El Bernab¨¦u rechaza el vedetismo
Ra¨²l salva al Madrid en el ¨²ltimo minuto, pero la hinchada recrimina con dureza la actitud de sus jugadores
El pueblo soberano no quiere bromas en el Bernab¨¦u, ni admite reproches de sus caprichosos jugadores, que se permitieron la licencia de afear la conducta a la hinchada despu¨¦s del tercer gol de Ra¨²l. El tanto se produjo en el ¨²ltimo minuto, despu¨¦s de un sofoc¨®n considerable, propiciado por los habituales defectos del Madrid: apat¨ªa, desorganizaci¨®n y suficiencia. Tambi¨¦n por un error espectacular de Fernando Sanz, que estuvo a punto de cargarse su carrera en el Madrid. Empat¨® el Valladolid, se inflam¨® el p¨²blico, y tuvo que llegar Ra¨²l al rescate de todo el mundo. Su gol fue trascendental porque dio la victoria al Madrid y porque salv¨® numerosas cabezas, especialmente la del entrenador y la de Fernando Sanz. Pero de ah¨ª a que los futbolistas pasen factura a los aficionados, va un abismo que la gente no acepta de ninguna manera. Varios jugadores se atrevieron a recriminar la actitud del p¨²blico, un desaf¨ªo intolerable para una afici¨®n que no soporta m¨¢s el vedetismo reinante en el equipo, ni su indolencia. ?Con qu¨¦ derecho se sienten estos divinos para exigir el calor de la gente? El Bernab¨¦u no aguant¨® m¨¢s y abuche¨® con sa?a a los jugadores, a pesar del car¨¢cter crucial del gol, que sit¨²a al Madrid en una posici¨®n relativamente c¨®moda ante el gran duelo del Camp Nou. Por encima del partido se situ¨® la figura de Ra¨²l, capit¨¢n por vez primera, protagonista de la mayor¨ªa de las ocasiones de su equipo y autor de tres goles. El ¨²ltimo evit¨® una crisis grav¨ªsima en un equipo que volvi¨® a definir todos sus rasgos actuales. En lo bueno: la capacidad de hacer oportunidades con el peor juego posible. En lo malo: el desorden, la ausencia de un plan de juego, la apat¨ªa, la insolidaridad. Lo m¨¢s sorprendente es que todas estas carencias no le impidieron abusar del Valladolid, sostenido por la espl¨¦ndida actuaci¨®n de C¨¦sar, quien desbarat¨® al menos seis ocasiones limpias del Madrid. Pero la facilidad para producir oportunidades nunca estuvo relacionada con el juego, p¨¦simo durante todo el partido. Las oportunidades surgieron en comandita por la desastrosa actuaci¨®n de los centrales del Valladolid y por el ingenio indiscutible de los delanteros madridistas, con Ra¨²l a la cabeza. Por lo que se refiere al f¨²tbol, en el Madrid es dif¨ªcil encontrarlo. Para empezar, es un equipo mal dibujado, descompensad¨ªsimo. Cinco defienden y cinco atacan. El centro del campo es una entelequia. En el mejor de los casos, el Madrid juega un 4-2-4, con los riesgos de fractura que eso significa. Ni tan siquiera es un riesgo: es una realidad. El Madrid abandona el medio campo y se lo deja a todo el mundo. Si el Valladolid no lo aprovech¨® mejor fue porque su entrenador sufri¨® un ataque de p¨¢nico. A su equipo le qued¨® tan lejos la porter¨ªa que todos los ataques mor¨ªan al borde del ¨¢rea madridistas. El excelente partido de Vizca¨ªno y Eusebio result¨® bastante improductivo porque no hab¨ªa manera de encontrar delanteros. Al Valladolid le bast¨® la entrada de Alberto para hallar el hilo al encuentro. Al menos ten¨ªa una referencia, alguien capaz de generar alguna preocupaci¨®n a los centrales madridistas.
REAL MADRID 3
REAL VALLADOLID 2Real Madrid: Contreras; Panucci, Iv¨¢n Campo, Fernando Sanz, Roberto Carlos; Ra¨²l, Seedorf, Jarni, Savio (Guti, m.59); Mijatovic (Karembeu, m.82) y Morientes (Suker, m.90). Real Valladolid: C¨¦sar; Garc¨ªa Calvo, Julio C¨¦sar, Pe?a, Marcos; Torres G¨®mez, Vizca¨ªno (Lozano, m.82), Eusebio, Turiel (Alberto, m.59), Chema; y V¨ªctor (Klimowicz, m.80). Goles: 1-0. M.18. Ra¨²l, de penalti cometido por Vizca¨ªno con Roberto Carlos. 2-0. M.52. Ra¨²l, tambi¨¦n de penalti, tras derribo de Julio C¨¦sar a Morientes. 2-1. M.65. Falta que transforma Vizca¨ªno. 2-2. M.87. Error de Fernando Sanz que aprovecha Klimowicz para lanzar un duro disparo desde lejos. 3-2. M.90. Penetraci¨®n de Roberto Carlos, cuyo centro lo aprovecha h¨¢bilmente Ra¨²l. ?rbitro: Bueno Grimal. Amonest¨® a Iv¨¢n Campo, Panucci, Eusebio, Vizca¨ªno, Julio C¨¦sar y Klimowicz. Cerca de 55.000 espectadores
Es tan d¨¦bil la l¨ªnea de flotaci¨®n del Madrid que ni sus goles, ni sus ocasiones, consiguieron evitar la impresi¨®n de que el partido estaba abierto. As¨ª fue. Marc¨® Vizca¨ªno y empat¨® Klimowicz en un error clamoroso de Fernando Sanz, que recibi¨® la bronca de la hinchada y el abrazo de consuelo de Ra¨²l despu¨¦s del tercer gol. Un gesto hermoso desactivado por la actitud chulesca de varios jugadores. A destiempo, de forma oportunista, pretendieron pasar al p¨²blico una factura inexistente. Demasiado para el pueblo, que expres¨® abrumadoramente la opini¨®n que le merece su equipo. Ni le gusta como juega, ni le gusta el talante de unos futbolistas consentidos y caprichosos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.