El Celta despeja dudas con goles

Las dudas sembradas en un enero flojo de f¨²tbol y nefasto de resultados las resolvi¨® el Celta por la v¨ªa de la efectividad. Lo hizo en una tarde que no fue la suya y ayudado por las precauciones de Irulegui; al entrenador del Villarreal le dio un ataque de p¨¢nico en el descanso y puso el partido como lo quieren los celestes, con el bal¨®n para ellos y sin oposici¨®n hasta el ¨¢rea. Como casi siempre reserv¨® el Celta lo mejor de su repertorio para la segunda mitad; los sucesivos disparos a la red hicieron olvidar una primera mitad desagradable y restablecieron el prestigio c¨¦ltico cuando empezaba a ser cuestionado.

No podr¨¢ decir el Celta esta vez que se le atragant¨® la presi¨®n, porque el Villarreal sali¨® al estadio de Bala¨ªdos en la primera mitad a disfrutar del f¨²tbol, y el cansancio de los de Vigo hizo el resto. Los de V¨ªctor Fern¨¢ndez se dejaron llevar por el partido, que los traslad¨® a terreno comprometido cuando, a los 25 minutos, el Villarreal sac¨® petr¨®leo de uno de los abundantes errores en la entrega de Josema. Gerardo corri¨® la banda hasta la l¨ªnea de fondo y le dio a su hermano Mois¨¦s lo que los cl¨¢sicos llaman el pase de la muerte. Los goles del ex jugador del Celta llevaron el a?o pasado a los de Vigo a Europa; ayer, pusieron al equipo de Bala¨ªdos contra las cuerdas.

Al agotamiento de los celestes se les sum¨® el desconcierto de un marcador en contra. Es el Villarreal un equipo que se desenvuelve con comodidad cuando tiene el bal¨®n, y ayer no hizo demasiado el Celta por retenerlo.

El problema para Irulegui es que anda sobrado de delanteros, y las circunstancias le obligaron a poblar el centro del campo de jugadores sobrados de pegada pero algo escasos para el toque. Si se les deja ir arriba sin demasiada oposici¨®n, los problemas est¨¢n asegurados.

El Celta, que estaba en la estratosfera d¨¢ndole vueltas a la eliminaci¨®n de la Copa o a su futuro en la Liga, baj¨® a la tierra por sorpresa y casi sin buscarlo. Ocurri¨® adem¨¢s cuando el partido iba para el descanso y en una de las escasas frivolidades defensivas de un equipo serio. S¨¢nchez se limit¨® a hacer dos cosas: a pasar por all¨ª y a enchufar el bal¨®n en la porter¨ªa, dos virtudes del goleador cl¨¢sico. Sin pensarlo, casi instintivamente, peg¨® la pelota al palo derecho del debutante L¨¢inez y resucit¨® a su equipo.

Del regreso c¨¦ltico al partido no s¨®lo se encarg¨® S¨¢nchez. El entrenador del equipo amarillo tambi¨¦n contribuy¨®, al empe?arse en cambiar el gui¨®n de un choque prometedor para sus intereses. A saber qu¨¦ extra?o temor cruz¨® su cabeza para meter a su equipo en el castillo y regalarle el control a los de Vigo. Para entonces, el Celta hab¨ªa adelgazado su defensa, reducida ya a una l¨ªnea de tres hombres, y como casi siempre dejaba el trabajo duro para la segunda parte.

Al Celta no se le puede permitir que mande como hizo Irulegui, pues aunque tenga la tarde gris, y ayer la ten¨ªa, acaba por asestar el golpe. Tard¨® en hacerlo e incluso tuvo que sacrificar a un intocable como Mostovoi, que abandon¨® el campo enfadado con el mundo y muy especialmente con V¨ªctor Fern¨¢ndez. Pero el ruso no es la ¨²nica estrella que brilla en el Celta. Por ejemplo, est¨¢ Mazinho. Traz¨® una perpendicular y marc¨® Michel Salgado. Se invent¨® otra y provoc¨® un penalti sobre Penev. Qued¨® tiempo incluso para que Revivo clausurara el marcador al aprovechar un bal¨®n envenenado por Karpin. El 4-1 no fue un resultado fiable, porque la tarde fue todo apuros, pero s¨ª tremendamente terap¨¦utico.