Luces y sombras en el reino hachem¨ª
Nueve de noviembre de 1989. Mientras Europa contempla incr¨¦dula la ca¨ªda del muro de Berl¨ªn, en Jordania se produce un cambio de menor repercusi¨®n exterior, pero de gran relevancia interna: los integristas salen triunfadores de las elecciones legislativas celebradas el d¨ªa anterior, las primeras en tres d¨¦cadas. El rey Hussein convoc¨® a palacio a los periodistas acreditados para la ocasi¨®n. Varias horas despu¨¦s, los informadores se agitaban nerviosos en la elegante sala de prensa ante el largo retraso del monarca. Durante ese tiempo, Hussein, seg¨²n contar¨ªa con posterioridad a esta corresponsal uno de sus asistentes, se hab¨ªa trasladado al sur del pa¨ªs para tranquilizar a los jefes de las tribus beduinas, el principal apoyo de la monarqu¨ªa en un pa¨ªs en el que la mayor¨ªa de la poblaci¨®n es palestina.Una vez m¨¢s, el monarca hab¨ªa dado pruebas de astucia pol¨ªtica y capacidad de adaptaci¨®n a los nuevos tiempos. La democratizaci¨®n que inici¨® con las elecciones del 89, por m¨¢s incompleta que la juzguen muchos de sus s¨²bditos, no ha tenido equivalente en el resto del mundo ¨¢rabe. A partir de entonces se aboli¨® la ley marcial, se liber¨® a los prisioneros pol¨ªticos, se legalizaron los partidos y empez¨® a emerger -con sus m¨¢s y sus menos- una prensa pluralista.
Este peque?o paso reformista pronto qued¨® eclipsado por el cariz de los sucesos que peri¨®dicamente sacuden la vol¨¢til regi¨®n de Oriente Pr¨®ximo. Un a?o m¨¢s tarde, la invasi¨®n iraqu¨ª de Kuwait dio pie para uno de los errores estrat¨¦gicos m¨¢s sonados del rey jordano, tal vez s¨®lo superado por su entrada en la guerra de 1967. Pillado entre la espada de su dependencia econ¨®mica de Irak y la pared de un Estados Unidos que no le garantiz¨® una alternativa, Hussein se opuso al embargo y la intervenci¨®n aliada, con graves consecuencias para su pa¨ªs.
Jordania fue una de las naciones m¨¢s afectadas por aquella crisis. Un tercio del Producto Interior Bruto se evapor¨® en pocos meses. El aislamiento internacional que sigui¨® dificult¨® a¨²n m¨¢s las cosas. La marginaci¨®n diplom¨¢tica s¨®lo empez¨® a superarse tras la firma, en 1994, de la paz con Israel, un objetivo largamente perseguido por el monarca. Fue el principio de su reconciliaci¨®n con el viejo aliado estadounidense, culminado en el abrazo a Bill Clinton del pasado oto?o, cuando el rey abandon¨® el hospital para ayudarle a sacar adelante Wye Plantation.
Pero el reconocimiento internacional a la figura del monarca no se ha traducido en un verdadero empuje al desarrollo econ¨®mico y social de Jordania (la subida del precio del pan motiv¨® una revuelta en 1996). Los vaivenes pol¨ªticos que se producen en la regi¨®n siguen afectando sobremanera a su econom¨ªa de servicios. A pesar de que la paz con Israel ha permitido el despegue del turismo o de que la fiebre de la construcci¨®n desborda la capital, Amm¨¢n, el ¨ªndice de paro supera el 20% y un tercio de la poblaci¨®n sigue bajo el umbral de la pobreza.
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