Guerra vasca
Francia apenas estuvo afectada por el terrorismo etarra; m¨¢s por el terrorismo GAL, que planteaba una supuesta cuesti¨®n de soberan¨ªa, aunque hay sospechas de que el presidente Mitterrand practicara con respecto a los GAL el laissez faire, laissez passer. Pero ahora, la tregua etarra preocupa a los franceses porque ha hecho crecer la sombra de la autodeterminaci¨®n y de un estado vasco futuro que no se contentar¨ªa con agrupar a Euzkadi sur, sino tambi¨¦n a Euzkadi norte. Oh, l¨¤, l¨¤! La cosa cambia y la herida abierta de Euzkadi ya no s¨®lo debilita a Espa?a, sino que proyecta preocupantes futuros m¨¢s all¨¢ de la frontera.Sin saber a qu¨¦ atenernos sobre el proceso de paz, porque en esta cuesti¨®n todos mienten y se acusan de no mover pieza, conviene irse ilustrando sobre lo que no sabemos. Ante la cuesti¨®n vasca, a los espa?oles se nos ha condenado a revivir el cargante mito de la caverna y por eso es importante asomarse al testimonio de los que estuvieron cerca de lo que vimos pero no vimos. Despu¨¦s de su paso por el equipo de Belloch, Fernando L¨®pez Agud¨ªn public¨® un espl¨¦ndido dietario sobre la gesti¨®n de gobierno de Belloch y Margarita Robles que ilumin¨® muchos aspectos oscuros de la guerra vasca, Intxaorrondo incluido. Ahora, Antoni Batista, desde hace muchos a?os seguidor de las guerras vascas, publica un libro indispensable, Diario privado de la guerra vasca, en el que reagrupa toda su experiencia indagadora. Important¨ªsimas las revelaciones de Ardanza, en las que se percibe que la pol¨ªtica de diferentes gobiernos de Espa?a fue desde la m¨¢s absoluta exaltaci¨®n represiva a la no menos absoluta depresi¨®n y desconcierto cuando ETA golpeaba a lo salvaje; por ejemplo, a Hipercor. Se llega a la sospecha de que pocos han querido cortar racionalmente los ritmos de esa sangr¨ªa. Algunos tal vez porque se enriquecieron gracias a la industria contraterrorista y otros porque no sab¨ªan, ni saben, ni sabr¨¢n nunca hacer otra cosa que terrorismo.
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