El bautizo culpable de la luz

El trabajo riguroso de Muraday y su empe?o en elevar la calidad de la representaci¨®n se ha notado con mucha evidencia en los logros obtenidos de su anterior y primer espect¨¢culo a ¨¦ste. De las tres coreograf¨ªas dos eran estreno absoluto y De 9 a 3 se repet¨ªa como un complemento que hace mucha justicia al sentido total de la velada. Lo que se ve en escena es como un intercambio de miradas de donde salen rayos de luz y complicidad, y es precisamente esa luz la que da cuerpo y responsabilidad argumental a la ¨²ltima obra, Light off.Chevi Muraday no es solamente un bailar¨ªn lleno de plasticidad y de sentido del enlace entre movimientos, sino que posee sentidos dram¨¢tico e ir¨®nico, dos cosas que hacen mucha falta para conseguir el todo teatral. En De tripas coraz¨®n hay iron¨ªa alrededor de la burocracia institucional y de los avatares del artista intentando conseguir una ayuda oficial para gestionar su creaci¨®n, y esto ser¨ªa s¨®lo una an¨¦cdota, pero es parte de la realidad de la danza espa?ola contempor¨¢nea, aqu¨ª expresada con soltura y eficacia. Light off puede parecer un segundo acto y colof¨®n de De 9 a 3, pues habla de la luz y de los efectos de la luz sobre el hombre, que a veces es un ba?o perfecto de iniciaci¨®n y otras un golpe de acero sobre una nuca dolorida. En la coreograf¨ªa hay un deje de relajaci¨®n a la vez que de poso amargo, hay contundencia en los movimientos, hay una m¨ªmica actual y poderosa y hay un trabajo geometrista que se aviene perfectamente al excelente sonido techno. El aparato est¨¦tico, de depurada factura (incluyendo el vestuario) est¨¢ claramente inspirado en el expresionismo abstracto americano.