Preceptiva period¨ªstica
?ltimas declaraciones y pronunciamientos ponen de manifiesto la necesidad de volver sobre la preceptiva period¨ªstica, de reflexionar sobre las relaciones entre los medios de comunicaci¨®n y la cultura pol¨ªtica. Pero se advierte que en el intento siguiente quiere evitarse el puro reflejo corporativo; que la perspectiva elegida es contraria a la tendencia profesional de los periodistas, propensos a una concepci¨®n un poco ang¨¦lica de su propio oficio. Basta ya de esa pretendida asepsia, a la manera registral del Instituto Nacional de Meteorolog¨ªa, en la que se refugian muchos de los m¨¢s sectarios propagandistas afinando el lamento de "?quieren matar al mensajero!". Lamento sostenido con el mismo ardor de aquel "?a m¨ª la Legi¨®n!" de los de Mill¨¢n Astray, en cuanto perciben las reclamaciones, m¨¢s o menos airadas, de los afectados. Aclaremos, pues, que aqu¨ª los periodistas no son necesariamente inocentes, aunque tampoco sean inevitablemente culpables.Reconozcamos tambi¨¦n que los hechos de la realidad constituyen una serie infinita mientras que de entre ella s¨®lo algunos, determinados, resultan seleccionados para pasar al plano de la actualidad, esto es, para difundirse como noticias. Enseguida, hay que reparar en que esa selecci¨®n de los hechos que van a ser difundidos se hace, generalmente por los periodistas, sin aplicar la ley de la gravitaci¨®n informativa (v¨¦ase EL PA?S del 26 de agosto de 1992, p¨¢gina 10), lo que permitir¨ªa averiguar su aut¨¦ntica noticiabilidad. S¨²mese a todo lo anterior que, seg¨²n tenemos aprendido de la mec¨¢nica cu¨¢ntica, ning¨²n hecho permanece igual a s¨ª mismo despu¨¦s de haber sido difundido como noticia en los medios y que la alteraci¨®n experimentada en ese proceso tiene, a veces, consecuencias irreparables.
La experiencia demuestra adem¨¢s que los medios informativos se utilizan, sirven o ayudan en muy diversas direcciones. Son como las tecnolog¨ªas de doble uso: v¨¢lidas para la medicina y para la cat¨¢strofe. En las ¨²ltimas semanas con distinta autoridad personal o institucional y, en alg¨²n caso, con olor a p¨®lvora se han enunciado esquemas aproximados de preceptiva period¨ªstica, donde se se?ala lo que seg¨²n sus firmantes corresponde hacer a los medios en el ¨¢mbito de la cultura pol¨ªtica, para dignificarla y para evitar contribuciones al envilecimiento colectivo. A ese debate iba dirigido tambi¨¦n, por ejemplo, el programa Boulevard de ETB el viernes 22 de enero. La convocatoria, firmada por un redactor, precisaba que el objeto era "tratar la visi¨®n que se tiene desde el resto de Espa?a del proceso abierto en Euskadi a partir del acuerdo de Estella y el alto el fuego declarado por la banda terrorista ETA". Enseguida, a?ad¨ªa, "queremos discutir sobre la supuesta campa?a de ciertos medios de comunicaci¨®n estatales que, seg¨²n denuncian algunos l¨ªderes nacionalistas, tratan de poner dificultades al proceso de pacificaci¨®n y desacreditar al nuevo Gobierno vasco". La cuesti¨®n previa es acerca del art¨ªculo determinado la que antecede a visi¨®n. Porque desde el resto de Espa?a se tienen much¨ªsimas visiones diversas del proceso citado. Adem¨¢s es impropio hablar de medios de comunicaci¨®n estatales. Los medios de comunicaci¨®n social del Estado, procedentes del Movimiento, fueron liquidados en 1983. Medios estatales s¨®lo son ya RNE, TVE y la agencia Efe. Parafraseando a los c¨ªnicos de la posguerra para quienes "si un obrero come merluza, uno de los dos est¨¢ enfermo", ahora cabr¨ªa decir lo mismo en el caso de relaciones id¨ªlicas prensa-poder. El diagn¨®stico ser¨ªa de enfermedad de una de las dos partes. Lo mismo da cu¨¢l sea la naturaleza del poder o que la prensa -enti¨¦ndase tambi¨¦n radio y televisi¨®n- sea privada, tenga afinidades partidistas, o resulte de propiedad estatal o auton¨®mica. Ah¨ª est¨¢ la BBC, una y otra vez en conflicto con el Gobierno de Londres, ya sea conservador o laborista. Mientras semejante situaci¨®n nunca se ha producido aqu¨ª ni con Su¨¢rez, ni con Calvo Sotelo, ni con Gonz¨¢lez, ni con Aznar respecto a RNE o TVE. Porque, igual que sus an¨¢logas de ¨¢mbito auton¨®mico, RNE y TVE s¨®lo molestan a la oposici¨®n, sea la que fuere. En La Habana cuando el director de Granma neg¨® cualquier conflicto con el Gobierno le dijimos que deber¨ªa preocuparse. ?Estar¨¢n tambi¨¦n profesionalmente preocupados los medios ausentes de la ¨²ltima lista cr¨ªtica de Jarrai?
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.