Vainica doble
Mi primer encuentro, virtual, con Gloria van Aerssen y Mari Carmen Santonja aconteci¨® en la madrile?a calle del ?lamo; no puedo precisar si fue en el n¨²mero 17 o en el 27, pero recuerdo que las componentes del d¨²o Vainica Doble hab¨ªan ido all¨ª preguntando por un afinador de c¨ªtaras, delicado oficio artesanal, ins¨®lito incluso en estos tiempos de especializaci¨®n. La calle del ?lamo, si permiten que me pierda un momento por la ramas, es una v¨ªa corta y discreta que une la plaza de Los Mostenses con la calle de los Reyes, entre Noviciado y la plaza de Espa?a, para los aficionados al metro. Una calle sin pretensiones pero con abolengo y pedigr¨ª ecol¨®gicos pues, seg¨²n cuentan las cr¨®nicas, el ¨¢lamo que la bautiza se gan¨® su fama por ser el ¨²nico superviviente de unas alamedas y jardines que amenizaban el paisaje, zona verde recalificada para uso inmobiliario en el Madrid de hace siglos. Pero su prestigio arb¨®reo no lograr¨ªa salvarle de la tala cuando fue acusado de haber servido de cobijo a unos malhechores que asaltaron a una piadosa y linajuda dama que iba a cumplir con sus devociones en el convento de los premostratenses, mostenses, seg¨²n la castiza abreviatura que recoge el callejero. La dama perdon¨® a los ladrones, pero los regidores de la villa no perdonaron al ¨¢rbol que se les hab¨ªa escapado en su primera remodelaci¨®n.El afinador de c¨ªtaras de la calle del ?lamo era, desde luego, una invenci¨®n, parte de una canci¨®n que interpretaba Nuevos Horizontes, un grupo pop de ef¨ªmera trayectoria, una canci¨®n surrealista que firmaban Santonja-Van Aersen; probablemente, pens¨¦, cuando vi sus nombres por primera vez, ser¨ªan poetas en paro que, acuciados por la necesidad, hab¨ªan decidido colaborar con la mediocre y obsoleta industria discogr¨¢fica nacional que, a finales de aquellos a?os sesenta que dar¨ªan tanto que hablar, a¨²n no se hab¨ªan enterado de por d¨®nde iban los tiros y segu¨ªan desconfiando de los j¨®venes como consumidores y a¨²n m¨¢s como creadores.
Un a?o despu¨¦s de aquel afinador an¨®nimo, Vainica Doble dejar¨ªan de poner sus preclaros talentos al servicio del pop domesticado para grabar con sus propias e irrepetibles voces el primer single, hito inicial de su leyenda: mitad brujas, mitad hadas, habitantes de un paisaje de f¨¢bula, de un territorio propio donde la fantas¨ªa y la realidad sosten¨ªan ins¨®litos di¨¢logos. Lejos del adocenamiento de los unos y del adoctrinamiento de los otros, Vainica Doble nunca gozaron del fastuoso ¨¦xito comercial y han permanecido discretamente ajenas a su entronizaci¨®n como "grupo de culto" entre dos generaciones de agn¨®sticos, esc¨¦pticos y d¨ªscolos, refractarios a los dictados del comercio musical.
Esta semana, en el C¨ªrculo de Bellas Artes de Madrid, por iniciativa de su m¨¢s sincero y devoto ap¨®stol, Paco Clavel, un pu?ado de artistas rinden su tributo pl¨¢stico a las divas menos divas que en el mundo han sido, con sus exvotos. Y como habr¨¢n comprendido ya a estas alturas del art¨ªculo, el autor de estas l¨ªneas quiere sumarse a la celebraci¨®n con este testimonio.
Lo de la calle del ?lamo puede parecer un tanto tra¨ªdo por los pelos para dar un toque de color local a la cr¨®nica; as¨ª es pero, abundando en la coartada, quiero apuntar que esta m¨ªnima calle del centro de Madrid donde ten¨ªa su taller el improbable vendedor de c¨ªtaras tiene tambi¨¦n su punto surrealista. A¨²n puede verse en la esquina de la plaza del Conde de Toreno la fachada cubierta de polvo de Los Chicos, establecimiento especializado en boinas, corbatas con el nudo hecho, tirantes, pajaritas y otros admin¨ªculos profusamente promocionados contra modas y mareas en sus anacr¨®nicos y estramb¨®ticos escaparates. Del otro extremo de la calle, junto a Los Mostenses, un veterano establecimiento de ultramarinos y coloniales sobrevivi¨® a los tiempos m¨¢s oscuros con el elocuente y esperanzador r¨®tulo "El Sol sale para todos" campeando sobre su puerta.
Caramelo de lim¨®n El Sol de mi pa¨ªs, cantaba Gloria y Mari Carmen, ¨¢cidas y l¨²cidas, ir¨®nicas y tiernas, t¨ªmidas y al¨¦rgicas a las actuaciones en directo, defensoras ac¨¦rrimas de las razas "de oscurita pigmentaci¨®n, de los atletas et¨ªopes que ganaban el marat¨®n con una dieta de d¨¢tiles, sin necesidad de anabolilzantes, de los alien¨ªgenas extraviados, las princesas aburridas y las brujas enamoradas".
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