Los "amigos" de Hussein

En el grupo, hoy envejecido, de los dirigentes ¨¢rabes, el rey Hussein de Jordania fue un modelo de ponderaci¨®n la mayor parte del tiempo. Se bati¨® con los palestinos y despu¨¦s supo hacer las paces con Yasir Arafat; se pele¨® con los israel¨ªes y luego fue el segundo jefe de Estado ¨¢rabe, tras el egipcio Sadat, en reconocer a su vecino del Oeste; gracias a las relaciones informales y clandestinas que vienen de lejos con este ¨²ltimo pa¨ªs supo hacerse respetar por Siria, en el norte, que no le ten¨ªa en mucha estima; con Irak, al sur, que tampoco le quiso mucho nunca, supo tejer importantes lazos econ¨®micos. Y, por ¨²ltimo, fue casi el ¨²nico de sus hom¨®logos ¨¢rabes en iniciar un principio de democratizaci¨®n que permiti¨® a una fuerte corriente islamista estar representada en el Parlamento de Amm¨¢n. El resultado no es desde?able, y todos los grandes del mundo, reunidos el 8 de febrero en Amm¨¢n para rendirle un ¨²ltimo homenaje, lo dir¨¢n hasta la saciedad. Pero su presencia masiva deja manifiesta tambi¨¦n su inquietud. De Yeltsin a Clinton, pasando por Netanyahu, cada uno sabe que Jordania es el eslab¨®n m¨¢s d¨¦bil de la zona. Nadie osa decirlo p¨²blicamente, pero nadie lo ignora: con m¨¢s de un 60% de palestinos, la poblaci¨®n de Jordania ten¨ªa sentimientos, cuando menos, ambiguos hacia el rey; no ve¨ªa los beneficios econ¨®micos de la normalizaci¨®n con Israel. (...) A fin de exorcizar una buena dosis de inquietud en cuanto al porvenir del pa¨ªs, los grandes quieren proclamar alto y fuerte su inquebrantable confianza en la continuidad de la dinast¨ªa hachem¨ª.

9 de febrero