El IPI se?ala a Am¨¦rica Latina como la zona del mundo m¨¢s peligrosa para la prensa

La prensa nunca ha sido tan independiente en Am¨¦rica Latina, pero el peligro contin¨²a: 21 de los 50 periodistas asesinados en 1998 trabajaban en ese continente y los "violentos ataques" contra los medios de comunicaci¨®n contin¨²an cometi¨¦ndose "con toda impunidad". En otras zonas, el Instituto Internacional de Prensa (IPI) se?ala la "draconiana ley de prensa" aprobada por el Parlamento de Belgrado y la inexistencia de libertad de informaci¨®n en gran parte de Asia, junto con una mejor situaci¨®n en Argelia, donde no se han producido m¨¢s asesinatos de periodistas.

Por octavo a?o consecutivo, el IPI declara a Colombia como el pa¨ªs "m¨¢s peligroso" de Latinoam¨¦rica para el ejercicio de la profesi¨®n period¨ªstica. Diez profesionales fueron asesinados en 1998, cuatro de ellos como consecuencia de su labor de investigaci¨®n. Otros once fueron secuestrados. Se han dado situaciones como una orden gubernamental de cierre de Radio Caracol, durante tres d¨ªas, tras un comentario pol¨ªtico intercalado por su periodista deportivo Edgar Perea durante la transmisi¨®n de un partido de f¨²tbol del equipo nacional. Para los periodistas mexicanos, 1998 fue "otro a?o de pesadilla", seg¨²n el IPI, que cita el asesinato de "al menos cinco profesionales" y un aumento del n¨²mero de informadores hostigados o amenazados de muerte. Adem¨¢s, la C¨¢mara de Diputados de M¨¦xico estudia un proyecto de ley que podr¨ªa asestar un duro golpe a las libertades de expresi¨®n y de prensa. El IPI se hace eco de un informe de Eloy Aguilar, decano de los corresponsales extranjeros, que acusa al presidente Ernesto Zedillo de intentar "un f¨¦rreo control" sobre los periodistas en Chiapas. En cuanto a Brasil, la prensa de grandes centros urbanos como R¨ªo de Janeiro y Sao Paulo trabaja con "considerable libertad", pero, fuera de esas zonas, muchos informadores "siguen siendo v¨ªctimas de amenazas, persecuci¨®n y ataques f¨ªsicos". Cuatro periodistas fueron asesinados en 1998; uno de ellos, el fot¨®grafo Miguel Pereira de Melo, muri¨® acribillado tras cubrir la muerte de 19 personas por disparos de la polic¨ªa en una manifestaci¨®n de "campesinos sin tierra". Guatemala y Per¨² sufrieron el asesinato de un informador en cada uno de esos pa¨ªses. El r¨¦gimen de Fidel Castro sigue "reprimiendo a los periodistas cubanos". Aunque La Habana ha permitido la instalaci¨®n de corresponsal¨ªas de CNN y de Associated Press, los enviados extranjeros son "amenazados e incluso expulsados muchas veces", seg¨²n el IPI, que recuerda la denegaci¨®n de visado a varios reporteros para cubrir la visita del Papa. Y menciona la regulaci¨®n estricta del acceso a Internet, as¨ª como la obligaci¨®n de registrar las m¨¢quinas de escribir y de comunicar la posesi¨®n de fax o fotocopiadora.

A lo largo del planeta

En general, seg¨²n el IPI, en toda Am¨¦rica Latina se conservan disposiciones que amenazan la libertad de prensa, incluso en pa¨ªses en proceso de democratizaci¨®n. As¨ª, en Chile siguen vigentes leyes de la ¨¦poca de Pinochet, que otorgan a los jueces un poder discrecional para prohibir la difusi¨®n de informaciones. En Europa, el IPI llama la atenci¨®n sobre el sombr¨ªo panorama en numerosos pa¨ªses del este. El acoso es un hecho: desde la actitud del r¨¦gimen de Belgrado, que proh¨ªbe la retransmisi¨®n de programas extranjeros y considera culpables a los medios desde el momento en que se les acusa, a menos que demuestren su inocencia -al contrario de la pr¨¢ctica legal en las democracias-, hasta Rusia, donde el asesinato sigue siendo el procedimiento para silenciar a los periodistas inc¨®modos (al menos cinco casos en 1998). Veinticinco periodistas presos en Turqu¨ªa y otros siete en Birmania se suman a innumerables casos de persecuci¨®n y violencia contra profesionales y sus medios en casi toda Asia. Adem¨¢s de nueve asesinatos en ?frica, sometida a la mordaza impuesta por diversos dictadores. "Dos tercios de la poblaci¨®n mundial vive todav¨ªa en pa¨ªses que no respetan los principios fundamentales de la libertad de expresi¨®n", concluye el informe anual del IPI.