Esperanza en Timor
El Gobierno indonesio ha sacado de la c¨¢rcel y puesto bajo arresto domiciliario al l¨ªder guerrillero de Timor oriental, Jos¨¦ Xanana Gusmao, para que participe en las negociaciones sobre este territorio que Naciones Unidas auspicia entre Yakarta y Lisboa, a quien la ONU reconoce todav¨ªa como poder administrador. Es el primer paso concreto tras el imprevisto anuncio del presidente Habibie, a finales de enero, de estar dispuesto a conceder este mismo a?o la autonom¨ªa o la independencia a la ex colonia portuguesa, que las tropas de Suharto invadieron en 1975, so pretexto de luchas entre grupos locales. La anexi¨®n de la mitad de la isla del vasto archipi¨¦lago indonesio, resistida siempre por sus habitantes, fue un episodio brutal que la comunidad internacional nunca ha convalidado. La cuarta parte de sus 800.000 pobladores muri¨® por la guerra o el hambre durante los primeros a?os de la ocupaci¨®n. La nueva actitud de Yakarta, que se enmarca en las promesas democratizadoras de Habibie al pa¨ªs que ha sido durante 32 a?os la finca de su jefe, Suharto, es una esperanza para la antigua colonia. Pero muchos dudan de las rectas intenciones del Gobierno indonesio, que debe afrontar este a?o unas decisivas elecciones parlamentarias y presidenciales. En Timor oriental la tortura y el asesinato siguen a la orden del d¨ªa, y el Ej¨¦rcito indonesio arma a una poderosa milicia local que aterroriza a quienes se oponen al poder invasor.
Una transici¨®n escalonada har¨ªa probablemente mejor servicio a sus sufridos habitantes que una explosiva autodeterminaci¨®n. Tras un desarme general y la retirada del grueso de las tropas indonesias, es su pueblo el que debe poder decidir su futuro en un refer¨¦ndum supervisado internacionalmente.
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