Alfonso Basagoiti
Lo primero que sorprende de algunas personas es su curr¨ªculo, y m¨¢s de uno se pregunta inmediatamente lo dif¨ªcil que debe ser combinar un tarjetero tan amplio. Alfonso Basagoiti (Bilbao, 1947) ha sido diputado de Hacienda de la Diputaci¨®n Foral de Vizcaya y consejero de Hacienda del Gobierno vasco. Ahora, Alfonso Basagoiti es adjunto al presidente del Banco Bilbao Vizcaya, presidente de la Corporaci¨®n IBV, presidente de Euroseguros y presidente del C¨ªrculo de Empresarios. Todo un problema a la hora de entregar la tarjeta correspondiente. Hombre de s¨®lido patrimonio familiar, para ¨¦l la actividad pol¨ªtica ha sido una afici¨®n apasionada y gratificante m¨¢s que una necesidad. Basagoiti nunca ha ocultado su fascinaci¨®n por la capacidad de hacer cosas que afectan a los ciudadadanos que es inherente a los cargos p¨²blicos. Pero, en su caso, el hecho de no tener que depender econ¨®mica ni profesionalmente del cargo, ni tampoco de quienes los otorgan -casi nunca de forma gratuita-le han situado en una ambigua posici¨®n de independencia y debilidad. A Basagoiti, algunos lo han considerado una especie de infiltrado del PNV en el mundo del gran capital vasco-espa?ol, y otros, una suerte de quintacolumnista del BBV e Iberdrola en el santuario de Sabin Etxea. Dir¨ªase que, con ese curr¨ªculum, Alfonso Basagoiti es un hombre de n¨²meros -de ciencias, se dec¨ªa antes, cuando la vida estaba educativamente partida en dos mitades irreconciliables-. Y seguramente su vida transcurre entre n¨²meros que explican ideas, que transforman cosas como los pinceles del pintor transforma la realidad blanca del lienzo o la voz de tenor convierte una partitura en un elemento audiovisual. Porque a este hombre de n¨²meros le gusta sobre todo el arte y la ¨®pera y frecuenta los teatros como se le ha podido ver en ARCO, una cita a la que acude por amor al arte, m¨¢s que por conveniencia social. All¨ª, en ARCO, entre cuadros y pasillos, Alfonso Basagoiti barr¨ªa con su mirada interesada la polvareda de sus palabras sobre el proceso de pacificaci¨®n en el Pa¨ªs Vasco. A ese perfil habr¨¢ que a?adirle el riesgo definitivo de librepensador, que es tarea tan encomiable como arriesgada, cuando se interviene en asuntos que la pol¨ªtica (?los pol¨ªticos?) consideran como propios. Los partidos admiten a rega?adientes el librepensamiento, pero enjugan con dificultad la manifestaci¨®n hablada o escrita de esa cualidad. Alfonso Basagoiti es un independiente con una actividad p¨²blica ligada al nacionalismo democr¨¢tico. Quiz¨¢ por ello, la reacci¨®n de ese entorno a sus manifestaciones p¨²blicas en el programa de I?aki Gabilondo han generado una conmoci¨®n inesperada, a pesar de que sus advertencias englobaban a todos los implicados en el asunto. Basagoiti hablaba como presidente del C¨ªrculo de Empresarios Vascos, un club selecto cuyo dinamismo y presencia social ha impulsado para acercar esa realidad al conjunto de los ciudadanos. Y como tal, se planteaba dudas. Y resulta que la duda ha acabado por ofender. Cuesti¨®n de mesura Tiene Alfonso Basagoiti (seg¨²n dicen sus amistades) un trato f¨¢cil. Hombre dicharachero en lo particular y mesurado en lo p¨²blico, camina con facilidad por los terrenos deslizantes. No en vano se le puede ver por las pistas de esqu¨ª de Baqueira Beret con alguna frecuencia. Si la Hacienda y el mundo bancario le hicieron un hombre p¨²blico, si ha conseguido abrir el c¨ªrculo empresarial un par de ondas m¨¢s en el entorno social, resulta que la palabra le ha hecho un tanto m¨¢s popular, con esa evanescencia que suele procurar, sin embargo, la actualidad informativa. Al final, los curr¨ªculos prevalecen y los perfiles se apuntan o se achatan con mayor propiedad que las circunstancias coyunturales. Al final, este hombre de n¨²meros que gusta de la cultura se ha encontrado el remolino cotidiano por pedir m¨¢s mesura, advertir de suficiencias e insuficiencias, y reclamar m¨¢s acomodo global a la resoluci¨®n de un problema b¨¢sico y fundamental que trasciende a los n¨²meros de cada d¨ªa y encandila el ¨¢nimo colectivo para el futuro. Lo sencillo (algo que tiene a bien emparentar con la sensatez) suele resolver en ocasiones los asuntos m¨¢s complicados. Porque, en definitiva, el mundo se mueve cuando dos y dos son cuatro y suele agitarse cuando no lo son .
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