Los populares, a contracorriente
C uando parec¨ªa remitir el golpe de efecto propinado por el Gobierno de Manuel Chaves tras aprobar el decreto de mejora de las pensiones asistenciales y no contributivas en Andaluc¨ªa, el PP acaba de imprimirle nuevos br¨ªos, evidentemente parece que sin pretenderlo, y en un claro ejercicio de torpeza pol¨ªtica, lo que obliga de nuevo a los populares a nadar a contracorriente. El anuncio de llevar el asunto ante el Tribunal Constitucional, cuesti¨®n con la que se ha estrenado Manuel Pimentel como ministro de Trabajo y Asuntos Sociales en esta comunidad, deja bien sentado hasta qu¨¦ punto esta medida de la Junta de Andaluc¨ªa ha alterado los planes de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar. El presidente del Gobierno central encomend¨® en su d¨ªa al entonces ministro Javier Arenas una tarea principal: conseguir suprimir el miedo de los mayores a que la derecha les quitara sus pensiones, tal y como denunciaban los socialistas. Transcurrido el tiempo, el mismo Arenas se ha encargado de recalcar que ese objetivo se ha alcanzado bajo su mandato. Sin embargo, tanto ruido como el que ahora vuelven a originar, tratando de matar a ca?onazos a unos simples mosquitos como pueden ser las actuaciones para completar las pensiones m¨¢s modestas, hace tambalear la labor realizada y vuelve a dar argumentos de peso al PSOE para cuestionar las garant¨ªas que los populares pueden ofrecer a nuestros mayores. Con esta perspectiva, la Administraci¨®n central se va a encontrar esta semana con el rechazo del Consejo de Gobierno del martes al requerimiento que se le ha hecho para que d¨¦ marcha atr¨¢s y retire su decreto. De modo que en el Tribunal Constitucional se ver¨¢n las caras unos y otros. La verdad es que esta amenaza, la de acudir a los tribunales, dista mucho de aquella inocente expresi¨®n de Juan Ojeda, secretario general del PP andaluz, quien, al conocerse los detalles del decreto de la Junta, exclam¨®: "Est¨¢n en su derecho". Se vieron en aquellos instantes desbordados y tuvo que venir de Madrid un posicionamiento del PP m¨¢s s¨®lido para convertir finalmente la contienda en un pleito judicial. Con todo, los populares, m¨¢s que fijar una clara estrategia de oposici¨®n a la Junta, bastante tienen con cubrir las vacantes que deja la elecci¨®n de Javier Arenas como secretario general del PP. Este s¨¢bado se espera que la Junta Directiva Regional determine qui¨¦n va a sustituirle como presidente del PP andaluz, aunque sea de forma transitoria. A estas alturas, ya est¨¢ bien de c¨¢balas y misterios. Basta con esperar unos d¨ªas para, al menos, conocer qui¨¦n se hace con la direcci¨®n del partido; qui¨¦n, en definitiva, es tocado por el "dedazo" para asumir, en principio, la m¨¢xima responsabilidad del PP en Andaluc¨ªa. Pero entre recurso y recurso queda margen para el entendimiento en otros temas, como puede ser la futura ley de Cajas de Ahorro. Acaba el plazo para la presentaci¨®n de enmiendas al texto. El PSOE busca el acuerdo del PP en torno a esta "ley de Estado", como le gusta llamarla a Manuel Chaves. Un proceso de entendimiento para mayor inquietud de sus socios de gobierno, los andalucistas. S¨ª, los mismos que, en cambio, no tienen remilgos a la hora de explorar v¨ªas de negociaci¨®n, por su cuenta y riesgo, con el Gobierno central. Por contra, son poco dados al flirteo PSOE-PP en relaci¨®n a las cajas. ?Por qu¨¦ ser¨¢? En todo caso, la elaboraci¨®n de esta norma se ve animada por el aviso a los navegantes lanzado por el mismo Chaves en sede parlamentaria. Quiere una sola caja en Andaluc¨ªa. Ya no caben medias tintas y ni siquiera procesos intermedios. ?Qu¨¦ cre¨ªa m¨¢s de uno, que el debate de la ley de Cajas se iba a reducir a la permanencia o no de sus presidentes? El camino iniciado va m¨¢s all¨¢ de un simple problema de buenos y bien retribuidos sillones. As¨ª que atentos a la jugada. ANTONIO Y?LAMO
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