Un recorrido por el arte espa?ol
Intentar extraer de un caleidoscopio como Arco -cuya oferta resulta, por su azarosa confluencia de voluntades, necesariamente ca¨®tica- una s¨ªntesis ordenada es, m¨¢s que una tarea tit¨¢nica, un empe?o contra natura. Algo as¨ª, dir¨ªamos, como pretender reducir la confusi¨®n de las lenguas de Babel a un diccionario y una gram¨¢tica operativos. Porque es cierto, por ejemplo, que, en una inercia inducida a lo largo de las ¨²ltimas ediciones, Arco 99 vuelve a contar con una destacada presencia de apuestas asociadas a las modas de turno, sea en el terreno de los nuevos usos de la fotograf¨ªa, la ret¨®rica del cuerpo o las apropiaciones objetuales. Pero, tambi¨¦n, que esos estereotipos del arte finisecular acaban sumergidos en una trama laber¨ªntica, junto a creadores de m¨²ltiples generaciones y tendencias muy dispares, y que, en el propio horizonte de los noventa, refleja a su vez a aquellos episodios emergentes que reivindican el uso de soportes y c¨®digos convencionales. Ante un paisaje tan poco dado a someterse al rigor de la cartograf¨ªa, nos contentaremos, al valorar la oferta de arte espa?ol que nos brinda en esta ocasi¨®n la feria, con apuntar algunas l¨ªneas generales de lo que se dibuja en el perfil de la presente edici¨®n. Un itinerario recomendado que, debo recordar, no excluye el atractivo de partir a la caza de otras piezas, seg¨²n las querencias de cada cual, pues, como suele decirse, para gustos se pintan precisamente -o se fotograf¨ªan, si les excita estar a la ¨²ltima- colores. La oferta asociada a las vanguardias hist¨®ricas del arranque del siglo tiene, por ejemplo, este a?o una presencia sensiblemente m¨¢s reducida que en anteriores ediciones de Arco. Hay, con todo, ejemplos sin duda recomendables, como los picassos de Gmurzynska, dos de ellos bien tempranos, fechados en 1909 y 1914; o la tela y dibujos del artista malague?o que, junto a dos Juan Gris y un Bores, incluye el excelente stand de Elvira Gonz¨¢lez.
En la Galerie de France pueden verse bronces de Julio Gonz¨¢lez y, en Guillermo de Osma, un Dal¨ª puntillista, un bodeg¨®n cubista de Mar¨ªa Blanchard y una maternidad de Lobo, sin olvidar el Remedios Varo del 36 que ofrece la galer¨ªa Sur. Pasando ya a los grandes nombres que irrumpen en la escena espa?ola con la segunda mitad del siglo, son de menci¨®n obligada las impactantes "metamorfosis" del primer Manolo Rivera, presentadas en Thessa Herold, una pintura del Equipo 57 en Denise Ren¨¦, la columna de Chillida y un Palazuelo de Lelong, los Saura, T¨¤pies y Barjola de Mach¨®n, un lienzo espectacular de R¨¢fols-Casamada en Joan Prats, o los Alfaro y Arroyo de Metta. Del pintor madrile?o hay tambi¨¦n una tela hist¨®rica, un muestrario de bigotes fascistas, en Val i 30, y una sorprendente cabeza de unicornio, en Carles Tach¨¦. El galerista barcelon¨¦s y Miguel Marcos presentan asimismo piezas notables del recientemente desaparecido Joan Brossa. Y cerrando ya este apartado, no se pierdan tampoco el T¨¤pies, el Gordillo y la escultura de Palazuelo de Soledad Lorenzo, el sutil stand monogr¨¢fico de Amable Arias en la galer¨ªa Diecis¨¦is, un Alexanco reciente en Bat o los mares abstractos de Eduardo Sanz en Sen.
En la generaci¨®n que ha dominado el panorama de las ¨²ltimas d¨¦cadas, destacar¨¦ los Garc¨ªa Sevilla, ya cl¨¢sicos, de Lelong y Juana de Aizpuru, junto a los Barbi de este ¨²ltimo espacio. Los Broto y Campano de Tach¨¦, el tr¨ªptico de Zush y el Miquel Navarro de Joan Prats, los Nagel de Antonia Puy¨® y Col¨®n XVI, los Solano de Quadrado Azul y Maior, los Schlosser de Elvira Gonz¨¢lez, los Aquerreta de Marlborough, los Eva Lootz, Carmen Calvo y Sinaga de Luis Adelantado, el stand de Soledad Lorenzo, con Sicilia, Usl¨¦ y P¨¦rez Villalta (este ¨²ltimo, con otras dos telas memorables en O.M.R.), los Andr¨¦s R¨¢bago de Manuel Ojeda, los Serrano y Lled¨® de Egam , Bados e Ignacio Tovar en F¨²cares, el extraordinario Elena Blasco de ?ngel Romero, los Savater, Garc¨ªa Alix, Dimas y Viladomiu de Moriarty, los Miguel ?ngel Blanco de Mar¨ªa Mart¨ªn, Cavada y Balde¨®n en Fernando Sili¨®, son otros encuentros altamente recomendables. La estupenda videoinstalaci¨®n Love story de Antoni Abad, en Oliva Arauna, y las refinadas estructuras sonoras de Jos¨¦ Antonio Orts, en Espai Lucas, dan paso, al fin, a las apuestas e incorporaciones de ¨²ltima hornada. Entre ellas, invito a prestar atenci¨®n al Ruiz Infante de Elba Ben¨ªtez, el Sergio Barrera de Luis Adelantado, la pieza de Concha Garc¨ªa en F¨²cares, los Susy G¨®mez de Giorgio Persano, los Murado de Metta, los Blanca Mu?oz de Mar¨ªa Mart¨ªn, los Amondarain de Antonia Puy¨®, Windsor y, ante todo, D.V., donde destacan asimismo Jon Mikel Euba y Manu Muniateguiandicoechea.
Muy recomendables son, a su vez, los Santiago Mallo de Magda Bellotti y May Mor¨¦, los David de la Torre en Fernando Serrano, los Ram¨ªrez Suasi en Altair-Xavier Fiol, el Mercado de Salvador D¨ªaz, las piedras de agua de Alcaraz en Van der Voort y, por supuesto, el impactante stand de My name"s Lolita, con habituales de la casa: Charris, Sicre, Mestre, Cu¨¦llar, De la Torre, Equipo L¨ªmite o Teresa Moro.
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