Guti resucita al Madrid
El centrocampista, clave en la goleada que salva a Hiddink en Santander
Tutear al Real Madrid, incluso si juega sin Roberto Carlos y Mijatovic, es algo tremendamente peligroso. Puedes volver a casa con una goleada de esc¨¢ndalo y un humor de mil diablos, como le sucedi¨® ayer al Racing. Este Madrid cabizbajo, en horas bajas, metido en una crisis de mil diablos, todav¨ªa merece un respeto. A estas horas, Ben¨ªtez, el t¨¦cnico c¨¢ntabro, estar¨¢ sumido en una profunda reflexi¨®n autocr¨ªtica. Su primera l¨ªnea de tres defensas fue desmantelada f¨¢cilmente por Ra¨²l, Savio y Guti, sobre todo ¨¦ste, la gran estrella anoche en El Sardinero. Su gran actuaci¨®n, dos goles y dos pases de gol, resucit¨® al Madrid y salv¨® a Hiddink, el t¨¦cnico al borde del despido.Pero la culpa de todo la tiene el gui¨®n del partido. El Racing, seg¨²n el guionista, estaba destinado a hacer el papel, por una vez en la vida, de verdugo. Su v¨ªctima propiciatoria, el Real Madrid ser¨ªa, tambi¨¦n por una vez, yunque y no martillo. El autor de este gui¨®n olvid¨® que las cosas no cambian de la noche a la ma?ana. Los roles hist¨®ricos no se modifican en un santiam¨¦n. El Madrid encarn¨® durante mucho tiempo el poder absoluto en el f¨²tbol espa?ol. A¨²n conserva mucho despotismo pegado a las botas. Por eso vapule¨® ayer con tanta contundencia, sin contemplaciones, a su rival. En consecuencia, Hiddink sac¨® adelante su primer test, aunque no se sentir¨¢ orgulloso del juego de sus hombres. Durante la primera media hora, el Madrid era un equipo sin br¨²jula, que navegaba a la deriva. Sin embargo, nadie le puede negar la contundencia de su pegada. Es como los viejos boxeadores que todo lo f¨ªan a un golpe certero de sus pu?os. Al Racing de Ben¨ªtez le asest¨® cinco latigazos que le dejaron el h¨ªgado listo para sentencia.
R?CING 2-REAL MADRID 6
Racing de Santander: Ceballos; Mellberg, Arzeno, Neru; Tais, (Ismael, m. 46), Victor, Vivar Dorado, Amavisca (Shustikov, m. 68); Magallanes, Bestchastnykh (Preciado, m. 46) y Munitis.Real Madrid: Contreras; Karembeu, Panucci, Hierro, Iv¨¢n Campo (Karanka, m. 46), Jarni; Guti, Sanchis (Jaime, m. 68), Seedorf; Savio y Ra¨²l (Morientes, m. 79). Goles: 0-1. M. 6. Guti. 1-1. Victor, de penalti. 2-1. M. 14. Munitis. 2-2. M. 31. Hierro, de penalti. 2-3. M. 36. Seedorf. 2-4. M. 39. Savio. 2-5. M. 44. Guti. 2-6. M. 90. Morientes. ?rbitro: Manuel Brito. Amonest¨® a Panucci, Karanka, Iv¨¢n Campo y Seedorf. Partido de ida de los cuartos de final de la Copa del Rey. El Sardinero, 19.960 personas.
Ra¨²l hizo creer a todos, de entrada, que el Madrid se hab¨ªa quitado la crisis de encima. El pichichi espa?ol invent¨® una jugada genial, rob¨® el bal¨®n a Neru, dribl¨® a dos contrarios en un palmo de terreno y su pase retrasado lo culmin¨® con ¨¦xito Guti. Parec¨ªa que el cuadro de Hiddink hab¨ªa redimido todos los pecados que no le dejaban vivir en paz. No fue as¨ª. En 10 minutos dilapid¨® su exigua renta. En ese lapso de tiempo, el Racing pas¨® de perdedor a ganador, merced a los goles de V¨ªctor y Munitis. Durante media hora, el cuadro c¨¢ntabro pudo poner distancia en el marcador. Hasta que Hierro empat¨® de penalti en el minuto 31. A partir de ese momento, el Madrid empez¨® a pegar en serio a su rival y cada vez que llegaba al ¨¢rea hac¨ªa mucho da?o. Savio, Guti, Seedorf y Ra¨²l eran unos aut¨¦nticos bombarderos. El marcador, al final del primer tiempo, 2-5, vale m¨¢s que cualquier explicaci¨®n.
En la reanudaci¨®n, el Madrid jug¨® a placer, aprovech¨® la desesperaci¨®n del Racing y si llega a forzar la m¨¢quina su goleada hubiera sido a¨²n m¨¢s humillante. S¨®lo marc¨® Morientes un gol m¨¢s, el sexto, que complet¨® la resurrecci¨®n.Sin embargo, el Madrid pudo ahondar mucho m¨¢s la herida c¨¢ntabra, si Ra¨²l llega a batir a Ceballos en un remate con la izquierda a pase de Seedorf. En esta fase final del partido, la grada racinguista expres¨® su frustraci¨®n por la humillante derrota, gritando: "Hiddink, maric¨®n". Poco deb¨ªa importarle. ?l y el Madrid, aunque con carencias a¨²n, por ejemplo en defensa, salieron reforzados.
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