El Atl¨¦tico supera el primer d¨ªa sin Sacchi
Correa y las correcciones de Aguiar conducen a los rojiblancos a la remontada ante el Espanyol
El Atl¨¦tico gan¨® en su primer d¨ªa sin Sacchi, despu¨¦s de cuatro tropiezos consecutivos. Lo hizo tras una primera mitad triste, vac¨ªa de juego, y gracias a la inspiraci¨®n de Correa en la segunda, a la pericia de Carlos Aguiar para corregir un planteamiento inicial equivocado y al coraje general. El Espanyol se puso por delante, pero no supo contestar la heroica posterior de los rojiblancos, que alcanzaron la victoria m¨¢s por ganas que por brillantez.Si el partido pon¨ªa a prueba a Carlos Aguiar y sus posibilidades de continuar en el cargo hasta final de temporada, el t¨¦cnico del filial realmente se gan¨® una oportunidad. No sucedi¨® el encuentro que se hab¨ªa imaginado el entrenador, no acert¨® con el dibujo t¨¢ctico inicial ni con la alineaci¨®n, pero supo interpretar los acontecimientos, localizar los errores y diagnosticar sobre la marcha los remedios que demandaba la reuni¨®n. Acert¨® el t¨¦cnico con los cambios, con la revoluci¨®n que aplic¨® a su propia revoluci¨®n tras el descanso.
ATL?TICO 2-ESPANYOL 1
Atl¨¦tico: Molina; Ram¨®n (Roberto, m.46), Santi, Chamot, Toni; Aguilera, Jugovic, Lard¨ªn (Correa, m.46); Juninho, Baraja; y Jos¨¦ Mari.Espanyol: Toni; Crist¨®bal, Nando, Helguera, Capdevila; Nan Ribera (Brnovic, m.60), Sergio (Pacheta, m.62), Galca, Arteaga; Posse (Dar¨ªo Silva, m.71) y Ben¨ªtez. Goles: 0-1. M.33. Posse tira una vaselina desde la frontal y Molina, adelantado, no acierta a despejar la pelota. 1-1. M.58. Aguilera profundiza hacia Correa, que controla dentro del ¨¢rea y bate a Toni con un tiro raso cruzado. 2-1. M.84. Roberto lanza un pase interior a Juninho, que resuelve con un derechazo cruzado el mano a mano ante Toni. ?rbitro: D¨ªaz Vega. Amonest¨® a Galca, Nando, Sergio, Dar¨ªo Silva y Jugovic. 10.000 espectadores en el Calder¨®n. Partido de ida de los cuartos de final de la Copa del Rey
Su 4-3-2-1 inicial no hizo mella en el Espanyol, que vivi¨® una primera parte c¨®moda. La superpoblaci¨®n rojiblanca en el centro del campo, la escasez de delanteros y el intento de conquistar el encuentro por las bandas, con Aguilera y Lard¨ªn muy abiertos, y con dos media puntas -Juninho no existi¨® en esa fase y Baraja actu¨® cohibido-, no funcion¨®. Probablemente porque dos sesiones de trabajo son pocas para aprender un nuevo montaje t¨¢ctico, el Atl¨¦tico sigui¨® con la misma ceguera de ideas que en los tiempos de Sacchi, con id¨¦ntica tristeza en asuntos ofensivos, con parecida incapacidad para hacer da?o. Muy acelerado e impreciso, apresado por los nervios, el Atl¨¦tico, tal vez v¨ªctima de ese bloqueo sacchiano del que hablan los directivos, cuaj¨® una primera mitad desastrosa.
El Espanyol mandaba f¨¢cil. Lo hac¨ªa a su manera, con acosos decididos sobre el rival, una mentalidad m¨¢s destructiva que constructiva, orden y lucha, pero sin gracia. Con esa f¨®rmula, y un sorprendente marcaje individual por toda la cancha de Crist¨®bal sobre Juninho, los catalanes se apropiaron de la situaci¨®n. Mandaron en todo. Cuando alcanzaron el gol, all¨¢ por el minuto 34, la estad¨ªstica era rotunda: el Espanyol hab¨ªa rematado ya seis veces a puerta; el Atl¨¦tico, ninguna. El tanto de Posse lleg¨® en una incursi¨®n por la derecha, el lado por donde m¨¢s flaquearon los madrile?os.
Juninho se ofrec¨ªa, pero no le sal¨ªa nada. Lard¨ªn no hac¨ªa da?o por su banda, y eso que la marca de Crist¨®bal sobre el brasile?o le hab¨ªa dejado a solas con Nan Rivera, que no es lateral. Aguilera s¨ª profundizaba por la suya, pero sus centros imprecisos le estropeaban todas sus carreras. Jugovic, sujeto a las obligaciones t¨¢cticas del medio centro, apenas sub¨ªa. Y Baraja parec¨ªa superado por la situaci¨®n, no se atrev¨ªa a las incursiones que le han hecho llamar la atenci¨®n en el filial. Defensivamente, pese a perder la rigidez y la presi¨®n constante de los tiempos de Sacchi, el Atl¨¦tico funcion¨® m¨¢s o menos bien, con seguridad y orden. El problema no estaba ah¨ª, sino en el manejo de la pelota.
La soluci¨®n lleg¨® en la segunda mitad, cuando Aguiar meti¨® el bistur¨ª a su alineaci¨®n y planteamiento. Dej¨® las bandas a los laterales -Ram¨®n se qued¨® en el vestuario, Aguilera abandon¨® el centro del campo para ocupar su sitio, y Lard¨ªn tambi¨¦n fue sustituido-, descongestion¨® el centro del campo -Baraja se tir¨® un poco a la izquierda y Roberto, que salt¨® al campo, a la derecha-, Juninho sigui¨® en la media punta y Correa reforz¨® cuantitativa y sobre todo cualitativamente la delantera. El uruguayo fue el mejor de los suyos, el verdadero art¨ªfice del cambio rojiblanco en la segunda mitad.
Con un juego m¨¢s corajudo que iluminado, con m¨¢s ganas que claridad de ideas, el Atl¨¦tico se fue viniendo arriba. Fue reconquistando progresivamente la autoestima, la pelota, la afici¨®n -que hab¨ªa despedido al equipo con silbidos en el descanso- y el resultado. Los futbolistas perdieron el miedo a s¨ª mismos, se atrevieron con peque?as aventuras y empezaron a buscar los dominios de Toni, animados por la grada, que se volc¨® decididamente con el equipo. El Espanyol retrocedi¨®, sin perder fiereza ni estructura, pero los arranques de casta del Atl¨¦tico y Correa empezaron a hacerle da?o. Lleg¨® el empate y, casi al final, el 1-2. Lo marc¨® Juninho, precisamente el jugador que m¨¢s lo necesitaba: viene de una mala ¨¦poca y precisa creer en los nuevos tiempos.
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