Los kurdos moderados intentan hacerse o¨ªr entre los fieles de Ocalan y el Estado central

La quinta parte de la poblaci¨®n de Turqu¨ªa, un pa¨ªs de 63 millones de habitantes, miembro de la OTAN, asociado a la UE y con una econom¨ªa emergente, carece de derechos y de v¨ªas de representaci¨®n. Empobrecidos y marginados en los suburbios o en las aldeas del sureste, los kurdos no pueden hacer o¨ªr su voz, atrapados en el fuego cruzado del independentista Partido de los Trabajadores del Kurdist¨¢n (PKK), y el Estado centralista fundado por Ataturk

Ambos contendientes se han empleado a fondo en bloquear cualquier v¨ªa de soluci¨®n pol¨ªtica al problema de la minor¨ªa kurda y no parece que la detenci¨®n de Abdal¨¢ Ocalan vaya a abrir una salida al viejo conflicto."S¨®lo soy un kurdo que vive en Turqu¨ªa". Con esta idea, el abogado Serafettin El?i, raro exponente del ala nacionalista moderada del Kurdist¨¢n turco, resume casi todo su programa. Es una voz que clama en el desierto desde hace m¨¢s de 20 a?os. Diputado por la provincia de Mardin (sureste) en 1977 en las listas encabezadas en ese momento por el hoy presidente turco, Suleim¨¢n Demirel, El?i fue tambi¨¦n titular de la cartera de Obras P¨²blicas entre 1978 y 1979 en un Gabinete presidido por el actual primer ministro, Bulent Ecevit.

Ya entonces se atrevi¨® a llamar a las cosas por su nombre. Hasta bien entrada la d¨¦cada de los noventa era una blasfemia hablar en Turqu¨ªa de la existencia de un pueblo kurdo. Como mucho, se hablaba de "turcos de las monta?as".

"Utilizar libremente la lengua kurda en los medios de comunicaci¨®n, en los tribunales o servicios p¨²blicos; poder recibir educaci¨®n en la propia lengua materna. Dirigir nuestros asuntos locales, contar con representaci¨®n en el Parlamento nacional, en suma, tener la posibilidad de autoorganizar nuestra identidad", resume El?i los derechos que se niegan a m¨¢s de 12 millones de turcos.

Tras el golpe de Estado militar de 1980 fue condenado a dos a?os y medio de prisi¨®n y qued¨® inhabilitado para toda actividad pol¨ªtica durante una d¨¦cada. Sali¨® de su forzado ostracismo en 1992 para crear en Estambul la Fundaci¨®n Kurda, germen del Partido Democr¨¢tico de las Masas (DKP) fundado hace ahora dos a?os en Ankara. Casi desde su nacimiento, el DKP ha sido perseguido por la fiscal¨ªa del Estado, que ha instado ante el Tribunal Constitucional su ilegalizaci¨®n como organizaci¨®n pol¨ªtica. La Constituci¨®n heredada de la Junta Militar proh¨ªbe los partidos de base nacionalista o religiosa.

"Dif¨ªcilmente podremos participar en las elecciones generales del pr¨®ximo mes de abril bajo esta presi¨®n", confiesa El?i. "Somos un partido democr¨¢tico opuesto a toda forma de violencia; respetamos la integridad de las fronteras turcas, pero tambi¨¦n decimos que en este pa¨ªs viven millones de kurdos que est¨¢n privados de sus derechos culturales y que aspiran a tener alg¨²n tipo de autonom¨ªa".

Este veterano pol¨ªtico nacionalista moderado se distancia, sin embargo, del izquierdista Partido Democr¨¢tico del Pueblo (Hadep), tambi¨¦n prokurdo, aunque considerado pr¨®ximo al PKK. "No existe ning¨²n tipo de acercamiento hacia ellos, no queremos saber nada con los violentos", advierte.

El peso pol¨ªtico del Hadep en el sureste de Turqu¨ªa es indudable, y en 1991 el partido que le precedi¨® al frente del nacionalismo radical -el Laborista Democr¨¢tico (Dep)- alcanz¨® representaci¨®n en el Parlamento de Ankara. Dos a?os despu¨¦s, sin embargo, el Dep fue ilegalizado y sus diputados encarcelados o forzados al exilio.

El presidente del Hadep, Murat Bozlak, y los principales dirigentes est¨¢n en prisi¨®n desde hace cuatro meses, mientras el Tribunal Constitucional debate sobre la prohibici¨®n del partido. "Vamos a presentar nuestra candidatura a las elecciones generales antes de que el Constitucional dicte la sentencia de ilegalizaci¨®n", anunci¨® el viernes un responsable del Hadep en Ankara tras informar de la detenci¨®n de centenares de sus militantes a ra¨ªz de la captura del l¨ªder del PKK.