"El mundo no est¨¢ pensado para dos terceras partes de la humanidad"

El jesuita Jon Sobrino, de 61 a?os, lleva desde 1957 en El Salvador. Era u?a y carne de Ignacio Ellacur¨ªa y sus siete compa?eros asesinados por la ultraderecha en 1989. Ahora publica La fe en Jesucristo. Ensayo desde las v¨ªctimas (Editorial Trotta), dedicado al tambi¨¦n asesinado arzobispo de Guatemala, Juan Girardi, y se embarca en una serie de conferencias por Espa?a.Pregunta. ?Qu¨¦ piensa de la carta del Vaticano en defensa de Pinochet?

Respuesta. No s¨¦ los intr¨ªngulis, pero, viniendo como vengo de un mundo de v¨ªctimas, me parece un acontecimiento triste y lamentable.+

P. Cuando el mundo rico y el mundo empobrecido nombran a Jesucristo, ?hablan de lo mismo, o hubo un Big Bang que cada vez aleja m¨¢s dos ideas?

R. Ambos mundos se diferencian en la base. Aqu¨ª la vida se da por supuesto, en el Tercer Mundo nadie garantiza la vida. Aqu¨ª dices: democracia, o ej¨¦rcito, o derecho, y sabemos de qu¨¦ hablamos, pero all¨ª esas palabras significan otra cosa. Por eso Jes¨²s es all¨ª algo que lo cuestiona todo, es una buena noticia liberadora. Hay una presencia de Jes¨²s en los pobres. Ellacur¨ªa dec¨ªa: "El signo de los tiempos es siempre el pueblo crucificado". Jes¨²s es algo que poner en pr¨¢ctica.

P. ?Nunca cesar¨¢n las v¨ªctimas?

R. No soy un optimista, pero constato cada d¨ªa que la fuerza de la vida no conseguimos matarla. Las v¨ªctimas han sido y son machacadas, pero la frase terrible del Dante, "Quienes entr¨¢is dejad toda esperanza", no se ha hecho realidad del todo. En Centroam¨¦rica veo c¨®mo luchan, cada vez con menos miedo y m¨¢s memoria, grupos de derechos humanos, de mujeres, de ind¨ªgenas. Hay una opci¨®n por los pobres, y los textos del Papa van por ese camino. Lo veo como creyente, y creyente que no significa que cierre los ojos. Y veo que donde se testimonia a Jesucristo un poquito bien, all¨ª surge vida.

P. El Mitch, ?puede ser moralmente un borr¨®n y cuenta nueva?

R. El Salvador es lo que mejor conozco. All¨ª la cat¨¢strofe ha impulsado la esperanza, aunque desde luego la misericordia ha sido mayor en la gente sencilla. Y s¨¦ que en Espa?a ha habido una gran solidaridad. Sospecho que es porque los espa?oles estaban previamente informados de que los pueblos de Centroam¨¦rica han sido tan crucificados, y tambi¨¦n porque ante un desastre natural se reacciona m¨¢s f¨¢cilmente que ante un desastre pol¨ªtico: no hay que preguntar por el verdugo. Pero ?qu¨¦ pasar¨¢ con el pr¨®ximo Mitch?

P. Su libro habla del principio Misericordia. Condonar la deuda externa de esos pa¨ªses, ?ser¨ªa aplicar ese principio?

R. Hablo de principio en el sentido de origen generador: cuando estamos ante el pr¨®jimo que sufre, realmente nos jugamos qui¨¦nes queremos ser. Los pueblos endeudados viven en la angustia de no poder pagar los intereses. Eso es algo que clama al cielo. El mundo no est¨¢ pensado para dos terceras partes de la humanidad. Y hay que decidir de una vez si queremos ser una familia humana. So?ando, me gustar¨ªa que los grupos religiosos serios dieran una campanada mundial, lanzaran un manifiesto n¨ªtido contra la deuda.