Resquicios de oposici¨®n a Milosevic
La resistencia al r¨¦gimen serbio ha quedado reducida a una red universitaria y a diarios independientes que se han mudado a Montenegro
ENVIADO ESPECIALEl presidente de Serbia, Slobodan Milosevic, se ha quedado sin oposici¨®n pol¨ªtica. A base de utilizar los sentimientos nacionalistas, de agitar la amenaza internacional, de captar o comprar con cargos y prebendas a sus enemigos, Milosevic aparece como amo y se?or de la situaci¨®n. Casi nada se le opone en el panorama de la pol¨ªtica serbia.
La resistencia al r¨¦gimen ha quedado reducida apenas a dos sectores de la sociedad civil: un resto de prensa independiente y el intento de suscitar una alternativa universitaria. El r¨¦gimen de Milosevic se esfuerza desde hace meses por acabar con ellos. Dos leyes, la de universidades promulgada en mayo y la de prensa en octubre, buscan liquidar en Serbia estos ¨²ltimos resquicios por los que se puede colar la oposici¨®n. La ley universitaria acab¨® con 160 a?os de autonom¨ªa. La de prensa casi liquid¨® el escaso margen de maniobra de algunos de los medios de comunicaci¨®n.
Un pu?ado de periodistas y universitarios intenta crear y mantener en pie peque?as estructuras en torno a las cuales articular una m¨ªnima resistencia. En un piso de clase media alta de Belgrado se encuentra la sede de la Red de la educaci¨®n acad¨¦mica alternativa. Esta organizaci¨®n no gubernamental acaba de poner en marcha un programa de cursos con la intenci¨®n de levantar una bandera frente a la posible degradaci¨®n de la educaci¨®n universitaria. La nueva ley impone nuevos contratos a los profesores y otorga un poder dictatorial a los decanos fieles al r¨¦gimen. Unos 160 profesores universitarios se negaron a firmar el nuevo contrato. Cuarenta de ellos han sido ya despedidos o jubilados con anticipaci¨®n.
Una profesora que se vio obligada a dejar la universidad explica: "Se cre¨® mucha ansiedad entre los profesores. Todos sent¨ªamos que la nueva situaci¨®n significaba el fin de la Universidad, tal como la conoc¨ªamos, y que hab¨ªa que hacer algo para crear las condiciones y poder continuar con nuestra labor pedag¨®gica y cient¨ªfica. Estaba claro que esto ya era imposible dentro de las universidades estatales. S¨®lo quedaba la iniciativa de los mismos profesores".
Y entonces surgi¨® la Red: "Llegaron hasta nosotros informaciones sobre la creaci¨®n de una red de centros de ense?anza alternativos, en esos momentos poco definida. (...) una cosa s¨ª que estaba clara: hab¨ªa que participar en esos esfuerzos comunes. Cuando lo miro ahora, a pocos meses de distancia, creo que hicimos algo fenomenal".
Registrada ante las autoridades como organizaci¨®n no gubernamental (ONG), la Red inici¨® las clases hace dos semanas en pisos alquilados en Belgrado e intenta ya extenderse a otras ciudades. En Belgrado participan en la Red profesores represaliados. Otros comparten su actividad entre la universidad estatal y los cursos alternativos.
Refik Secibovic, un profesor de Geograf¨ªa Econ¨®mica y coordinador en la Red, explica que hasta ahora no le han puesto trabas a su labor "salvo las acusaciones de estar pagados por el extranjero, quintacolumnistas y traidores". Los ataques proceden de sectores ultranacionalistas del r¨¦gimen que les reprochan ser financiados desde el extranjero.
Casi todos sus gastos corren a cargo de una fundaci¨®n del mago internacional de las finanzas George Soros. Los promotores de la Red tratan de conseguir otras ayudas de instituciones extranjeras porque saben que en Serbia no podr¨¢n recaudar un c¨¦ntimo.
La respuesta de los medios de comunicaci¨®n a la ley de prensa, aprobada al amparo de la amenaza de bombardeos de la OTAN, es similar a la de los universitarios. Las emisoras de radio independientes han sido las primeras en unirse en una asociaci¨®n (ANEM) para resistir los intentos del r¨¦gimen de destruirlas. Despu¨¦s, editores de prensa independiente siguieron su ejemplo.
La represi¨®n ha obligado a algunos de los principales peri¨®dicos independientes, Danas Dnevni Telegraf y Glas Javnosti, a trasladarse en diciembre a Montenegro. Adem¨¢s de la sangr¨ªa lenta mediante multas confiscatorias, que se vieron obligados a pagar, se obstaculiz¨® el funcionamiento por todos los medios. El Estado prohibi¨® la importaci¨®n de papel, y la ¨²nica f¨¢brica de celulosa de Yugoslavia se neg¨® a vend¨¦rselo al tiempo que las grandes imprentas les cerraron sus puertas.
Una vez en Montenegro tuvieron que entrar en Serbia casi de contrabando para saltarse los controles policiales entre las dos rep¨²blicas yugoslavas. Hubo, adem¨¢s, que poner en pie una red de vendedores ambulantes porque los peri¨®dicos independientes tampoco pueden acogerse al sistema de distribuci¨®n normal. Incluso los vendedores ambulantes son agredidos o la polic¨ªa les requisa los ejemplares que llevan debajo del brazo. Se esconden para vender en subterr¨¢neos y rincones oscuros.
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