Tramitan la muerte del diplom¨¢tico dan¨¦s desaparecido en Marbella
Once a?os despu¨¦s de la desaparici¨®n en Marbella (M¨¢laga), del diplom¨¢tico dan¨¦s Vang Hoffmeyer Hoelgaard, un juez de esta localidad tramita, a instancias de sus familiares, el expediente para declarar su fallecimiento, sin que se tengan pistas sobre su paradero.La desaparici¨®n de Hoelgaard, que sali¨® de su residencia marbell¨ª, el chal¨¦ Las Cumbres de la urbanizaci¨®n Elviria, el 3 de febrero de 1988, para dar un paseo y contemplar, como todas las tardes la puesta del sol, sigue siendo una inc¨®gnita. Nada se sabe sobre su paradero y ahora se ha publicado un edicto del titular del juzgado n¨²mero cuatro de la localidad, Antonio Navas, en el que se hace saber que se sigue el citado expediente, y se hace p¨²blico, "para que quienes tengan noticias de su existencia, puedan ponerlas en conocimiento del juzgado y ser o¨ªdos". Desde que el 3 de febrero de 1988, a las nueve de la noche, sus familiares denunciaran la desaparici¨®n del diplom¨¢tico, que se hab¨ªa retirado a Marbella a comienzos de la d¨¦cada de los 80, la investigaci¨®n abierta no consigui¨® arrojar luz sobre lo sucedido. Apenas una hora y media m¨¢s tarde de que se produjera la denuncia, la Guardia Civil encontr¨® abandonado el coche, un Renault 18, y comenz¨® el rastreo de la zona. B¨²squeda A partir de aquel d¨ªa, se busc¨® en todas las cl¨ªnicas y hospitales de M¨¢laga y la Costa del Sol, se rastrearon campos y carreteras, unas tareas en las que participaron perros especialmente entrenados en la b¨²squeda de personas, tra¨ªdos a Marbella desde Sevilla, y que s¨®lo lograron descubrir cad¨¢veres de varios zorros enterrados en la zona. El 22 de febrero, la Guardia Civil comenz¨® a distribuir por toda la provincia 5.000 carteles, impresos a instancias y expensas de su familia, en los que, bajo el ep¨ªgrafe de "Desaparecido", aparec¨ªa una fotograf¨ªa de Vagn Hoelgaard, su nombre, descripci¨®n y un n¨²mero de tel¨¦fono de contacto. Pese a las llamadas que se recibieron de un hotel de la localidad malague?a de Carratraca y de una mujer de nacionalidad danesa, que aseguraba haberlo visto en La Herradura (Granada), no hubo ¨¦xito. Se barajaron todas las hip¨®tesis posibles. La edad del diplom¨¢tico, que ten¨ªa 74 a?os en el momento de su desaparici¨®n, y su deficiente visi¨®n, que le obligaba a usar gruesas gafas, hicieron pensar entonces en la posibilidad de que se hubiera perdido. Se pens¨® en el secuestro, descartado a medida que transcurr¨ªan los d¨ªas sin que se recibieran llamadas reivindic¨¢ndolo ni pidiendo rescate; en un atropello y la posterior ocultaci¨®n del cad¨¢ver; un encuentro con un malhechor; y hasta en su fuga voluntaria, por motivos sentimentales. Sobre este ¨²ltimo aspecto, su esposa apunt¨® entonces que hab¨ªa sido el hombre "m¨¢s fiel y cari?oso del mundo", y que en los d¨ªas anteriores a su desaparici¨®n, no hab¨ªa retirado dinero de su cuenta corriente, y tampoco se le hab¨ªa visto especialmente nervioso.
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