FELICITA ZELED?N ALCALDESA DE POSOLTEGA (NICARAGUA) "Tres meses despu¨¦s del "Mitch", nos llegan muy pocas ayudas"
Felicita Zeled¨®n (Posoltega, 1948) ha iniciado un viaje contra el olvido. Este peque?o minicipio nicarag¨¹ense, situado a 114 kil¨®metros de Managua, del que es alcaldesa, fue arrasado por el hurac¨¢n Mitch. El Gobierno y algunos medios de comunicaci¨®n la llamaron "desequilibrada" cuando pidi¨® socorro nada m¨¢s consumarse la tragedia. Entonces hab¨ªa contabilizado mil muertos (el municipio ten¨ªa 15.000 habitantes). Ni la creyeron ni enviaron ayuda hasta que no quedaba nadie que rescatar. M¨¢s tarde se demostr¨® que ella estaba equivocada: el n¨²mero de v¨ªctimas fue de 2.556. El origen del desastre estuvo en el cercano volc¨¢n Casitas, cuyo cr¨¢ter se llen¨® de agua y provoc¨® una inmensa riada de lodo, un jueves de octubre. Desde entonces hasta ahora, Posoltega, regido por el Frente Sandinista, apenas ha recibido ayudas del Gobierno liberal. S¨®lo de las ONG extranjeras. Aunque los env¨ªos masivos de alimentos de los primeros d¨ªas ya se han disipado. De ah¨ª que la alcaldesa haya programado, invitada por la asociaci¨®n de ayuntamientos vascos cooperantes Euskal Fondoa, una gira de 10 d¨ªas por el Pa¨ªs Vasco y Barcelona para recaudar nuevos fondos. Pregunta. Usted ha dicho que jam¨¢s olvidar¨¢ la noche de aquel jueves. ?Qu¨¦ ocurri¨®? Respuesta. Ya eran cuatro d¨ªas de lluvia y se inund¨® todo. Se llev¨® las casas, abri¨® cauces donde no hab¨ªa... Esa noche no se pudo dormir. Fue un caos. Las brigadas de salvamento pasaron toda la noche trabajando, llevamos a la gente a las escuelas y a lugares m¨¢s seguros. Pero continu¨® el viernes. La gente que viv¨ªa en un cerro cre¨ªa o¨ªr el ruido de tres helic¨®pteros. En un inicio se alegraron porque pensaban que se los llevaban con vida. Pero nunca pensaron que era el deslave del volc¨¢n. El ruido que o¨ªan eran las piedras que ca¨ªan, los ¨¢rboles inmensos arrancados. P. ?Qu¨¦ porcentaje de la ayuda internacional ha llegado a su destino en Nicaragua? R. A Posoltega s¨®lo las de algunas ONG. Pero no podr¨ªa decir la cantidad de ayuda que ha sido. Otra clase de ayuda lleg¨® desde Cruz Roja, aunque al llegar a Nicaragua se estanc¨®. A nosotros solamente nos lleg¨® una vez alimentaci¨®n y unas champitas . P. Usted ha criticado tanto al Gobierno como a la Iglesia por la distribuci¨®n de la ayuda humanitaria. ?Qu¨¦ obst¨¢culos han impedido gestionarla? R. Al entrar en la aduana, el Gobierno central exig¨ªa que la ayuda se canalizara a trav¨¦s de ¨¦l mismo. En Managua hab¨ªa veh¨ªculos cargados y no los pod¨ªan llevar a los sitios que realmente lo necesitaban. P. ?Y ahora, tres meses despu¨¦s, sigue llegando la ayuda? R. En la emergencia llegaron muchos alimentos, que todav¨ªa estamos reparti¨¦ndo. Nos ha ayudado a paliar el hambre. Pero despu¨¦s ha sido poco. Ahora se pueden contar con los dedos de la mano. ?sa es la desgracia. Es uno de los motivos que me han llevado a salir fuera del pa¨ªs. Porque algunos piensan, y as¨ª lo he constatado en el pa¨ªs, que como Posoltega fue el pueblo m¨¢s perjudicado toda la ayuda se fue all¨ª. Y no. Fue el m¨¢s golpeado, pero en este momento es el m¨¢s necesitado. P. ?C¨®mo ocurri¨® su enfrentamiento con el Gobierno? R. Las inundaciones fueron tan grandes que me fui a tres kil¨®metros de Posoltega para pedir ayuda por tel¨¦fono al comit¨¦ de emergencia, a la defensa civil, al Ej¨¦rcito, a Cruz Roja y a otros. Fui varios d¨ªas. Pero no acudi¨® nadie. Lleg¨® un momento en que dije que ya hab¨ªa mil muertos, siendo precavida. Pero me contradijeron. Primero, el canal del Gobierno. Luego, las radios del partido del Gobierno. Dijeron que yo estaba demente. El presidente tambi¨¦n me acus¨® de alarmar a todo el mundo, y dijo que en ese momento hab¨ªa 14 muertos en toda Nicaragua. P. ?Es cierto que el presidente fue recibido con frialdad en su visita a Posoltega? R. S¨ª. Anunci¨® que dejar¨ªa una cantidad grande de dinero para entregar all¨ª. Cuando entr¨®, nadie le salud¨®. Nos prometi¨® que nos dar¨ªa 100 casas y cinco manzanas de suelo, pero lo llev¨® a otro municipio, Chichigalpa, y hubo gente que se march¨® all¨ª. P. ?C¨®mo cree que repercutir¨¢ todo esto en las pr¨®ximas elecciones ? R. Con esta situaci¨®n el Gobierno ha perdido credibilidad. Lo sucedido le afectar¨¢ pol¨ªticamente.
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