Demandan al Gobierno australiano por separar de sus familias a miles de ni?os abor¨ªgenes entre 1880 y 1960
Dos abor¨ªgenes, Lorna Cubillo, de 60 a?os de edad, y Peter Gunner, de 51, declararon ayer en la primera sesi¨®n del proceso judicial que han iniciado contra el Gobierno de Australia, al que acusan de haberles separado de sus padres a la fuerza y de obligarles a crecer, maltratados y en situaciones de casi esclavitud, entre blancos. Son dos miembros de la llamada generaci¨®n robada, que constituyen las decenas de miles de ni?os abor¨ªgenes que sufrieron las mismas penalidades que Lorna y Peter.La Comisi¨®n Australiana de Derechos Humanos redact¨® en en 1997 un informe que calific¨® de "genocidio" la pol¨ªtica de asimilaci¨®n racial seguida por el Gobierno australiano, que secuestr¨® de sus hogares a miles de ni?os ind¨ªgenas para obligarles a crecer en hogares y misiones de la Iglesia o con familias blancas.
El organismo exigi¨® el reconocimiento de los hechos por parte del Gobierno australiano y una compensaci¨®n para las v¨ªctimas. El informe de la comisi¨®n, denominado Llev¨¢ndolos de casa, detall¨® en 700 p¨¢ginas los abusos f¨ªsicos y sexuales que sufrieron los ni?os entre 1880 y 1960.
El texto sostiene que el alcoholismo, la drogadicci¨®n, la violencia y la depresi¨®n en las que se sumieron miles de familias de ind¨ªgenas est¨¢n estrechamente relacionados con esta pol¨ªtica de asimilaci¨®n. A pesar de ello, el Primer Ministro, John Howard, ha evitado pedir perd¨®n por las atrocidades cometidas por anteriores gobiernos y ha descartado cualquier compensaci¨®n para la generaci¨®n robada.
Si la demanda de Lorna Cubillo y Peter Gunner tiene ¨¦xito en el Tribunal Federal de Darwin, hasta 30.000 abor¨ªgenes podr¨ªan iniciar acciones judiciales similares. El abogado de Cubillo y Gunner, Jack Rush, reconoci¨® a las puertas del tribunal que "el relato de los hechos revela la tristeza, abusos y traumas que supone la separaci¨®n forzosa de los ni?os abor¨ªgenes de sus familias".
Golpeada regularmente
Lorna Cubillo fue introducida en un cami¨®n en 1946, cuando ten¨ªa ocho a?os, junto a otros 17 ni?os ind¨ªgenas. Les dijeron que iban de excursi¨®n, pero en realidad fueron conducidos a cientos de kil¨®metros, hasta una misi¨®n religiosa en Darwin. Durante los siguientes ocho a?os Cubillo fue maltratada y se le prohibi¨® tanto hablar en su idioma como ver a su familia. En su declaraci¨®n ante el tribunal, la mujer dijo que fue golpeada regularmente con un cintur¨®n de cuero y encerrada por las noches por hablar en su lengua materna. Ahora se siente como una extra?a entre los de su familia: ha olvidado su idioma.Peter Gunner, seg¨²n relat¨® en la sala, fue secuestrado en su casa, cerca de Alice Springs, en 1956. Ten¨ªa ocho a?os, no hablaba ingl¨¦s y cre¨ªa que lo iban a matar. Ambos solicitan una compensaci¨®n por da?os a causa del trauma mental y emocional que les provoc¨® haber sido apartados a la fuerza de sus familias.
El a?o pasado, otro aborigen perdi¨® un caso similar en el Tribunal Supremo de Australia al argumentar que las leyes de separaci¨®n eran inconstitucionales. Cubillo y Gunner no arguyen que la pol¨ªtica fuera equivocada o genocida. Le reprochan al Gobierno que no cumpliera con la obligaci¨®n de velar por sus ciudadanos, seg¨²n explic¨® su abogado.
"Una soluci¨®n favorable para los intereses de los ind¨ªgenas podr¨ªa facilitar que el Gobierno de Howard pidiera disculpas y aprobara una compensaci¨®n generalizada", declar¨® la portavoz de los abor¨ªgenes del norte de Australia, Barbara Cummings.
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