Aplazada en el ¨²ltimo minuto la ejecuci¨®n de un alem¨¢n en EEUU

Minutos antes de que fuera ejecutado, un tribunal federal evit¨® la muerte de un ciudadano alem¨¢n en la c¨¢mara de gas de una prisi¨®n de Arizona. Un juez orden¨® parar la ejecuci¨®n al considerar que el m¨¦todo para acabar con su vida es "cruel" e inconstitucional. La orden no cambia la condena, pero concede al preso unos d¨ªas m¨¢s de vida, el tiempo que tarde el Tribunal Supremo de EEUU en resolver el recurso que ya han presentado las autoridades del Estado.Hasta que lleg¨® la orden del juez, la gobernadora de Arizona hab¨ªa hecho caso omiso a las solicitudes para que se aplazara la ejecuci¨®n y trat¨® de que se cumpliera le pena de muerte impuesta a Walter LeGrand, 37 a?os, acusado de asesinar al due?o de un banco durante un robo hace 17 a?os. La semana pasada fue ejecutado en la misma prisi¨®n y por el mismo crimen el hermano de LeGrand, Karl, 36 a?os, que se convirti¨® en el primer alem¨¢n ejecutado en Estados Unidos desde la Segunda Guerra Mundial. Los dos pidieron que la pena de muerte se cumpliera en la c¨¢mara de gas, m¨¦todo apenas empleado en EEUU. Con ello consiguieron su prop¨®sito: la ejecuci¨®n de Karl LeGrand se aplaz¨® porque el mismo tribunal que ayer fren¨® la nueva pena de muerte estableci¨® que el m¨¦todo para acabar con su vida era "cruel". Sin embargo, el Tribunal Supremo revoc¨® aquel aplazamiento y dio v¨ªa libre a la ejecuci¨®n. Minutos antes de ser ejecutado, Karl acept¨® el ofrecimiento de morir por inyecci¨®n letal.

Con su hermano Walter han aumentado las peticiones internacionales de clemencia, incluida la del canciller alem¨¢n Gerhard Schr?der -Alemania cree que la justicia de EEUU cometi¨® errores en el procedimiento-. El Tribunal Internacional de La Haya solicit¨® ayer el aplazamiento durante 60 d¨ªas para poder investigar de nuevo el proceso en el que LeGrand fue condenado a la pena capital, y pidi¨® a EEUU que tomara "todas las medidas a su alcance" para evitar su muerte. La justicia norteamericana insiste en que los acusados han disfrutado de los mismos derechos que reciben los ciudadanos de EEUU. Con la decisi¨®n del tribunal federal, la segunda ejecuci¨®n puede demorarse al menos unos d¨ªas.