Un juez investiga los bienes de un abogado por el robo de 100 millones a una tetrapl¨¦jica
Un juez de Madrid investiga el patrimonio de un abogado, fallecido hace dos a?os, en busca de los m¨¢s de cien millones de pesetas que supuestamente le rob¨® a una inmigrante polaca que qued¨® tetrapl¨¦jica en 1992 tras sufrir un accidente de tr¨¢fico. Desde entonces, Bernadeta Lewandowska, de 35 a?os, se agarra con fuerza a lo ¨²nico que le queda, su marido, Andrezj Staszczak, y sus tres hijos, para huir de la aflicci¨®n que le acecha.Bernadeta contaba, hace s¨®lo tres a?os, con m¨¢s de cien millones de pesetas depositados en un banco; hoy, sin embargo, s¨®lo tiene mucho miedo al futuro y numerosas deudas. Son de peque?a cuant¨ªa, pero ni aun as¨ª puede pagarlas.
La compa?¨ªa del gas pretende cortarle el suministro si no abona antes del d¨ªa 13 de marzo una factura atrasada, y la Junta de Castilla-La Mancha le amenaza con desahuciarla si no paga el alquiler de la vivienda de protecci¨®n oficial que le facilit¨® hace tiempo.
Bernadeta ha recibido todas estas malas noticias en los ¨²ltimos d¨ªas postrada en una cama y sin poder moverse.
El causante de sus apuros econ¨®micos es, supuestamente, el abogado Luis Alberto Pinillos Mora, el hombre al que contrat¨® para que pleitease con la compa?¨ªa de seguros la indemnizaci¨®n que le correspond¨ªa como consecuencia de las graves lesiones que le caus¨® el accidente.
El letrado Pinillos Mora muri¨® en julio de 1996. Con su fallecimiento se esfumaron los millones que entreg¨® la aseguradora para financiar los m¨²ltiples cuidados que necesita Bernadeta Lewandowska.
Un juez de la plaza de Castilla de Madrid est¨¢ investigando la desaparici¨®n de los m¨¢s de 100 millones de pesetas, para lo que ha ordenado a la Brigada de Delitos Econ¨®micos de la Polic¨ªa Judicial que siga el rastro del dinero, de cuyo paradero nadie ha querido dar pistas.
Bernadeta reside en la actualidad en una casa de protecci¨®n oficial situada en el pol¨ªgono industrial de Toledo, cerca del hospital donde acude a recibir sesiones de rehabilitaci¨®n.
La mujer puede hablar y mover los p¨¢rpados que protegen sus ojos claros, pero el resto de su cuerpo est¨¢ apagado, con excepci¨®n de su mu?eca derecha, que a¨²n se mantiene viva y que Bernadeta puede girar levemente.
Su ¨²nico anhelo desde hace alg¨²n tiempo es recuperar los m¨¢s de cien millones de pesetas de la indemnizaci¨®n para sacar adelante a sus tres reto?os.
Un accidente de tr¨¢fico ocurrido el 28 de junio de 1992, cuando pasaba por la localidad navarra de Tudela -su inseparable marido dio una cabezada al volante del autom¨®vil en el que viajaban- parti¨® su espina dorsal y cambi¨® definitivamente sus costumbres. Desde entonces, Bernadeta vive pegada a una silla de ruedas.
Arreglo extrajudicial
El juez imputa un delito de estafa a la viuda y a un testaferro del abogado de la tetrapl¨¦jica
La compa?¨ªa prefiri¨® un arreglo extrajudicial y abon¨® a Bernadeta, a trav¨¦s de un tal¨®n emitido por el Banco de Sabadell, 150 millones, pese a que el abogado les dijo supuestamente que eran 125. "De esa cantidad nos descont¨® su minuta, 12,5 millones, y sald¨® varias deudas que tuvimos que afrontar a ra¨ªz del accidente mientras llegaba la indemnizaci¨®n", se?ala Andrezj.Con el dinero sobrante (100 millones), el abogado abri¨®, supuestamente, una cuenta bancaria a su nombre y al de Bernadeta. "Se ofreci¨® a ser nuestro consejero financiero y dijo que hallar¨ªa el modo de buscarle rentabilidad. Nos f¨ªamos de ¨¦l porque se hab¨ªa portado bien con nosostros e incluso nos hab¨ªa prestado dinero", evoca. Bernadeta y Andrezj alquilaron entonces un piso en Toledo, junto al hospital de parapl¨¦jicos, al que ella acud¨ªa para rehabilitaci¨®n. El abogado les enviaba todos los meses desde Segovia 400.000 pesetas, que iba restando de los 100 millones. Todo fue bien hasta agosto de 1996.
Ese mes fall¨® la mensualidad. "Ll¨¢mamos a Segovia y su esposa nos dijo que Luis Alberto hab¨ªa muerto. Como necesit¨¢bamos dinero para los gastos fuimos al banco a sacar y, ante nuestro asombro, el director nos dijo que la cuenta estaba vac¨ªa", recuerda Andrezj. Llamaron a la viuda, que tambi¨¦n es abogada, y le pidieron una explicaci¨®n. A Bernadete no se le olvidar¨¢ nunca la respuesta: "Nos dijo que ella s¨®lo era responsable de s¨ª misma y de sus hijos".
El juez, de momento, ha elevado una imputaci¨®n por delitos de estafa y apropiaci¨®n indebida contra la viuda del letrado, Mar¨ªa Luisa Lorenzana, y contra el socio y supuesto testaferro del difunto, Santiago Vidaechea.
Se les cay¨® el mundo encima. "No ten¨ªamos nada ahorrado, pues viv¨ªamos al d¨ªa creyendo que el dinero estaba en el banco", cuenta Andrezj, mientras da el biber¨®n a su peque?o de siete meses.
Para seguir adelante tuvieron que vender el coche, dejar la casa de alquiler cercana al hospital y buscar ayuda humanitaria en C¨¢ritas.
Tambi¨¦n acudieron a la Seguridad Social para ver en qu¨¦ fase se hallaban los tr¨¢mites de la pensi¨®n que el abogado estaba tramitando para Bernadete por su grave dolencia. "Si hubiese muerto tres meses despu¨¦s", afirma Andrezj, "habr¨ªamos perdido la pensi¨®n, pues no hab¨ªa hecho nada... Y s¨®lo faltaban tres meses para que la solicitud prescribiese".
Tras muchas vicisitudes y penurias, consiguieron arreglar la pensi¨®n: 96.000 pesetas al mes. "Tenemos que pagar 21.000 pesetas de alquiler, luz, agua, los gastos de los ni?os... No tenemos para vivir", afirma Andrezj, apenado y cabizbajo. Los ojos claros de Bernadeta se empa?an al escuchar el comentario de su marido. Ahora s¨®lo les queda confiar en la justicia.
Bernadeta, desde su lecho, lo que m¨¢s teme ahora es que llegue el d¨ªa 13 de marzo. La compa?¨ªa del gas, si no paga, le cortar¨¢ el suministro. "No tengo las 34.000 pesetas de la factura; s¨¦ que es alta, pero he tenido que poner algunas noches la calefacci¨®n. Bernadeta, los ni?os y yo cogimos la gripe y hac¨ªa mucho fr¨ªo", se disculpa Andrezj.
Primero, el accidente, y luego, el supuesto robo de los 100 millones han destrozado todos los sue?os que Bernadeta y Andrezj abrigaron cuando, hace nueve a?os, llegaron a Espa?a en busca de una vida mejor.
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