El Bar?a resuelve con comodidad
El equipo azulgrana marc¨® diferencias y dej¨® en el olvido todos los fantasmas de un Salamanca muy inferior
Salamanca puso tierra sobre Valencia. El Bar?a reencontr¨® ayer en cancha ajena el hilo de una Liga que gobierna con comodidad tanto por su superioridad como por la inferioridad de sus adversarios. Salvo sobresaltos que comprometen mucho m¨¢s al entrenador que al equipo, el l¨ªder va camino de ser el campe¨®n, incluso en momentos de gran zozobra, pre?ados de mal ambiente, como el de la presente semana. Le saca el Bar?a un palmo a sus contricantes.Una vez ha completado el equipo apetecido, el grupo de Van Gaal es inalcanzable para el rival que pretende disputarle la pelota sin atender la n¨®mina de futbolistas. Quiso el Salamanca jugarle con el bal¨®n por delante y qued¨® retratado. Con autoridad y suficiencia, el Bar?a se trabaj¨® un partido muy calmado y obtuvo un triunfo rotundo que le permitir¨¢ atrapar el homenaje a Cruyff con un grado de serenidad imprescindible.
SALAMANCA-BARCELONA: 1-4
Salamanca: Stelea; Nuno Luis, Corino, Pavlicic, Lanna; Edu Alonso, Taira (Barbar¨¤, m.76), Giovanella, Vellisca; Silvani (Cardetti, m.60) y Casartelli (Munteanu, m.60).Barcelona: Hesp; Reiziger, Abelardo, Frank de Boer, Sergi; Ronald de Boer (Celades, m.65), Xavi, Luis Enrique; Figo, Kluivert (Anderson, m.68) y Rivaldo. Goles: 0-1. M.8. Kluivert roba la pelota en una jugada de presi¨®n a Corino, remata ante Stelea, el portero rechaza y Figo remacha. 0-2. M.44. Figo lanza un c¨®rner desde la izquierda y Luis Enrique cabecea a gol. 0-3. M.44. Jugada de Figo y Ronald de Boer, con intervenci¨®n final de Kluivert cuyo remate introduce Nuno Luis en propia meta. 1-3. M.71. Cardetti resuelve una jugada personal de muy buen ver. 1-4. M.80. Rivaldo engancha el bal¨®n, quiebra una y otra vez, y habilita a Anderson para que marque. Arbitro: Ansuategui Roca, valenciano. Mostr¨® la tarjeta amarilla a Figo, Casartelli y Corino. El Helm¨¢ntico. Unos 15.000 aficionados.
Frente a dos defensas vulnerables, el ataque azulgrana fue incontenible. El partido respondi¨® al estado de juego de uno y otro equipo: uno es el m¨¢ximo goleador y otro, el m¨¢s goleado. El resultado resumi¨® lo acontecido en el Helm¨¢ntico. Mand¨® el Bar?a desde el inicio y decidi¨® en un abrir y cerrar de ojos. El Salamanca le dio campo para correr y acab¨® en la cuneta. Fue v¨ªctima de un grado de excitaci¨®n muy dif¨ªcil de entender.
Crey¨®, Ortuondo incluido, que el Bar?a era sobre todo un equipo batible, tanto por sus disfunciones como por el llamado s¨ªndrome de Salamanca por el que la victoria le estaba negada hist¨®ricamente a Van Gaal en sus partidos con la Uni¨®n. Tir¨® el t¨¦cnico vasco la l¨ªnea defensiva muy arriba, quiso que la pelota saliera jugada desde atr¨¢s y habilit¨® la contra barcelonista. El Bar?a tuvo gol en una y otra salida. Kluivert se ofreci¨®, siempre de cara, tanto a los extremos como a los volantes, tir¨® una y otra pared, y dej¨® a Stelea en repetidos uno contra uno con los atacantes azulgrana. Tal fue su superioridad ofensiva que sus desajustes defensivos resultaron llevaderos. El Salamanca le gan¨® la posici¨®n en todas las jugadas a bal¨®n parado y tuvo un cierta entrada por la banda derecha. Pero le falt¨® tiro y le sobr¨® Abelardo. El central, muy en forma, barri¨® de la zona con contundencia.
El gol de Cardetti, ya en la segunda parte, qued¨® en el anonimato. Estaba ya el partido muy decicido y el Salamanca hab¨ªa asumido su condici¨®n de derrotado. Rivaldo, sin embargo, quiso dejar su se?a y engendr¨® un cuarto gol muy suyo, aunque marcado por Anderson. El tanto ilustr¨® el cambio de fisonom¨ªa azulgrana. Antes, en ¨¦pocas de inestabilidad, en partidos con rivales delicados y campos ariscos como el de ayer, el Bar?a no ten¨ªa otro punto de uni¨®n que el del portero con el del extremo izquierdo: Hesp paraba y Rivaldo decid¨ªa. Hoy, los recusos del Bar?a son amplios y su jerarqu¨ªa es indiscutible cuando se le juega sin respeto.
No necesit¨® el Bar?a de Guardiola ni de su mejor juego ni de un acto hero¨ªco de Rivaldo, pese a que el partido ten¨ªa muy mala pinta. Al tran tran, con un toque de Figo, una ayuda de Kluivert y el eterno remate de Luis Enrique, resolvi¨® en un plis, plas. Muy f¨¢cil. El Salamanca pag¨® su descaro con una goleada, y el Bar?a sali¨® refrendado como l¨ªder del Helm¨¢ntico. La suya fue una tarea muy profesional. En un viaje de ida y vuelta, se llev¨® los puntos y dej¨® cuatro goles para combatir la flojera que le hab¨ªa entrado a la sufrida hinchada cul¨¦ desde el encuentro con Ranieri y el Piojo L¨®pez, dos tipos que desde el camuflaje y la humildad rebajaron la soberbia del Bar?a de Van Gaal. Olvidado ya el Valencia, el Bar?a recuper¨® el pulso recaudador que le hab¨ªa distinguido en el ¨²ltimo tramo del campeonato.
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