La pasi¨®n por Don Quijote

"A mi se me ocurren generalmente las historias fant¨¢sticas, y no por que las prefiera, sino porque mi mente est¨¢ acostumbrada a fabricarlas. Y para que las historias fant¨¢sticas sean persuasivas y convenzan al lector, hay que ser muy realista en la narraci¨®n", explic¨® apenas hace tres a?os Adolfo Bioy Casares.

En esta simple enunciaci¨®n se esconde una viva pasi¨®n por la literatura, que parti¨® de su fascinaci¨®n ante la lectura de El Quijote.

"En el primer cap¨ªtulo, el Quijote decide dejar su aldea, sus amigos, el cura, el barbero, la sobrina, para lanzarse a la aventura. Eso me hizo sentir por ¨¦l, hacia ¨¦l, una agradable ansiedad. Y decid¨ª siempre, desde entonces, despertar en los lectores una ansiedad similar para que lean mis libros".

Aunque clara, la vocaci¨®n de Bioy Casares por la literatura tard¨® algo en cuajar. Su primera obra conocida, publicada en 1937, es un folleto comercial en el que se narraban las ventajas diet¨¦ticas del yogur.

Algo nada fantasioso, en apariencia, si no se a?ade el detalle de que la escribi¨® en colaboraci¨®n con su amigo y colega Jorge Luis Borges.

La amistad con el autor de El Aleph tuvo como fruto muchos otros proyectos en com¨²n. Juntos codirigieron la colecci¨®n de novela policiaca El S¨¦ptimo C¨ªrculo, adem¨¢s de escribir al alim¨®n Seis problemas para don Isidro Parodi y el divertido Cr¨®nicas y cuentos de Bustos Domecq, entre otros.