Una instalaci¨®n en la Casa de la Caritat muestra la vigencia del pensamiento de Nietzsche
Friedrich Nietzsche (1844-1900) muri¨® a las puertas de este siglo, pero su obra ha ejercido una potente influencia desde entonces. De ah¨ª que haya sido seleccionado como uno de los "faros del siglo XX" en la serie de exposiciones que bajo este lema se suceden en la Casa de la Caritat de Barcelona. La ayer inaugurada es el resultado de la colaboraci¨®n entre los fil¨®sofos Jaume Casals y Josep Ramoneda y el arquitecto Albert Viaplana. La instalaci¨®n trata de mostrar la vigencia del pensamiento de Nietzsche, el valor de sus "martillazos a la modernidad", dijo Casals.
"?En qu¨¦ crees t¨²? En que ha de ser determinado de nuevo el peso de todas las cosas". La frase, de Nietzsche, la obtendr¨¢ el visitante que tome un papelito de uno de esos expendedores de turnos que se encuentran en los comercios. En la instalaci¨®n hay dos m¨¢quinas de este tipo y cada una de ellas contiene dos aforismos de Nietzsche. Se trata de que el espectador entre de inmediato en un espacio que, en palabras de su dise?ador, Albert Viaplana, "fue pensado para que merezca ser pensado". Se llega a trav¨¦s de unos trazos en el suelo que evocan los pasos de cebra y que permiten alcanzar el lugar en el que se halla la instalaci¨®n y cruzarla. Si se siguiera el camino se volver¨ªa al principio, como si se volviera a empezar. Las l¨ªneas interiores son especulares, lo invierten o subvierten todo, transmutan su percepci¨®n y sentido. Al visitante le espera Nietzsche en fotograf¨ªa y en forma de textos, seleccionados por Ramoneda y Casals con el objetivo de mostrar a un pensador que habla con nosotros, m¨¢s all¨¢ de la interpretaci¨®n tradicional que le asocia al wagnerismo y a construcciones de cart¨®n piedra. "Nietzsche es un autor antip¨¢tico", apostilla Casals, "no es un promotor de la humanidad, salvo que ¨¦sta sea entendida de forma selectiva. Pero quiz¨¢s no todos los hombres son hombres. Y esta invitaci¨®n a no ser parte de la humanidad pretende que seamos m¨¢s humanos". Un v¨ªdeo permite recorrer la metamorfosis: el camello (el deber) se convierte en le¨®n (el querer) que se convierte en ni?o (el crear), camino del superhombre. Otro v¨ªdeo ofrece a Gilles Deleuze. Es una entrevista con el pensador franc¨¦s donde revisa, a partir de la idea de alegr¨ªa, la relaci¨®n de ¨¦sta con la potencia que la origina. La potencia es distinta del poder, en cuyos aleda?os anida la tristeza, dice.Potencia: voluntad de vivir, de afirmaci¨®n; el poder es el estado mas bajo, la parte muerta de la vida; la forma del poder es la humanidad como reba?o. Emerge el pensador "cr¨ªtico, nihilista, la transmutaci¨®n de los valores", recuerda Ramoneda. La vida cobra su sentido en la idea del eterno retorno: "Esta vida, as¨ª como la vives ahora y la has vivido, tendr¨¢s que vivirla una vez m¨¢s e innumerables veces m¨¢s; y nada nuevo habr¨¢ all¨ª, sino que cada dolor y placer y cada pensamiento y suspiro y todo lo indeciblemente peque?o y grande de tu vida tendr¨¢ que regresar a ti". Al fondo se halla una piedra que explica un fragmento de As¨ª habl¨® Zaratustra: "La concepci¨®n fundamental de la obra, el pensamiento del eterno retorno, esa f¨®rmula suprema de afirmaci¨®n a que se puede llegar en absoluto, es de agosto del a?o 1881. Aquel d¨ªa caminaba yo junto al lago de Silvaplana a trav¨¦s de los bosques; junto a una imponente roca que se eleva en forma de pir¨¢mide, me detuve. Entonces me vino ese pensamiento". Ha escrito Ramoneda: "Nietzsche nos trae una buena noticia: es posible seguir haciendo filosof¨ªa". Basta con alargar la mano hacia la m¨¢quina que da los turnos y leer: "El bien y el mal son perjuicios de Dios"- dijo la serpiente". Y pensar en ello.
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