El 'complejo Donosti' era el ¨²ltimo gran reducto operativo de ETA en Espa?a
M¨¢s que un comando convencional de ETA, el Donosti era desde mediados de los noventa una constelaci¨®n de grupos desconectados entre s¨ª para limitar las ca¨ªdas policiales y que se pon¨ªan al servicio de los sucesivos activistas ilegales (fichados por la polic¨ªa) que enviaba la organizaci¨®n terrorista. De ah¨ª que los responsables policiales se refirieran a ¨¦l como el "complejo Donosti" y estimaran que pod¨ªa contar con m¨¢s de un centenar de miembros: unos pocos activistas ilegales y legales (no fichados) y varias decenas de colaboradores que les informaban de objetivos y les facilitaban apoyo y cobijo.
El comando Donosti, parte del cual ha sido desarticulado ahora, hab¨ªa experimentado en los ¨²ltimos a?os una progresiva evoluci¨®n, hasta erigirse en el principal resorte terrorista de ETA. No en vano, sus activistas han protagonizado el 80% de los asesinatos de la organizaci¨®n desde 1995 y han dado al grupo un aura de impenetrabilidad. Forma una potente trama integrada por diversos grupos legales (peque?os comandos de dos o m¨¢s personas no fichadas por la polic¨ªa) con capacidad operativa y a las ¨®rdenes de los ilegales [fichados].Esta estructura, que se articula en torno al grupo ilegal que tra¨ªa las instrucciones de la direcci¨®n de ETA en Francia, se sosten¨ªa en todo momento sobre una numerosa red de colaboradores, tambi¨¦n desconectados entre s¨ª, que proporcionan cobijo y apoyo a los liberados. Su configuraci¨®n atomizada, para reducir al m¨¢ximo la extensi¨®n de las ca¨ªdas, han dotado al complejo Donosti de una gran impermeabilidad ante las acciones policiales y a sus miembros de amplia movilidad, incluso fuera de Guip¨²zcoa.
Los expertos antiterroristas calculan en m¨¢s de un centenar las personas que, en diversos grados de implicaci¨®n, pueden ser susceptibles de colaborar con este entramado etarra. Una cifra que, ante el progresivo debilitamiento de la banda y la sucesiva ca¨ªda de los comandos procedentes de la retaguardia francesa, ha convertido a este grupo no s¨®lo en el ¨²ltimo reducto operativo de ETA, sino en la propia cantera de la organizaci¨®n. El Donosti opera en Guip¨²zcoa y fuera de ella, como lo demuestra el historial de Sergio Polo, uno de sus liberados detenidos anteanoche. Y sus grupos legales se convierten con el tiempo en liberados (a sueldo de la organizaci¨®n). Ante el acoso policial se hab¨ªa convertido en una suerte de madre de todos los comandos.
Columna principal
El Donosti, que ha sido hist¨®ricamente, junto con el Madrid, la columna principal de ETA, fue evolucionando con el tiempo hacia esta compleja estructura arraigada en Guip¨²zcoa. En etapa m¨¢s reciente, la total desarticulaci¨®n del Madrid -que al final s¨®lo pod¨ªa apoyarse en la colaboraci¨®n de extranjeros para instalarse en la capital- dej¨® a ETA a la suerte del Donosti, su ¨²nico reducto. La organizaci¨®n lo ha cultivado y financiado para multiplicar su capacidad operativa y convertirlo, si era preciso, en un comando itinerante con el fin de suplir sus deficiencias en los restantes territorios del Pa¨ªs Vasco. La proximidad de la frontera francesa y las complicidades de que goza ETA en esta provincia, donde mayor es, cuantitativa y cualitativamente, la implantaci¨®n electoral y social y de HB, ha abonado su crecimiento.Los diversos taldes (grupos legales) del Donosti esparcidos por todo Guip¨²zcoa -desde la capital hasta la costa o el Goyerri, en el interior- tienen sus principales puntos de apoyo en algunas localidades de la comarca de San Sebasti¨¢n, donde m¨¢s fuerte es tambi¨¦n la presencia de la izquierda abertzale. Lo demuestran las detenciones de colaboradores efectuadas en Renter¨ªa y Hernani, mientras la c¨²pula del comando -los dos liberados- resid¨ªan en un piso situado en el centro de la capital.
En otras ocasiones en las que la polic¨ªa o la Ertzaintza han desarticulado algunos grupos de este comando -como el que integraba Valent¨ªn Lasarte en 1996-, los taldes de apoyo (legales) estaban distribuidos por las localidades de Astigarraga, Andoain, Urnieta o Lasarte, situadas en la periferia de la comarca donostiarra. All¨ª la obligada clandestinidad de los etarras resultaba m¨¢s f¨¢cil porque ten¨ªan mayor respaldo que en la ciudad.
Los sucesivos fracasos de ETA a la hora de reconstituir sus comandos estables en ?lava, Navarra, Vizcaya y Madrid, y el acoso de la polic¨ªa francesa hab¨ªan convertido al comando Donosti en el m¨¢s poderoso instrumento de intimidaci¨®n de ETA.
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