Financiaci¨®n, gesti¨®n y deuda

Asistimos en los ¨²ltimos tiempos a un interesante y necesario debate sobre el sistema de financiaci¨®n de la Generalitat de Catalu?a. Ciertamente hay un trato injusto y desequilibrado en las relaciones fiscales entre la Administraci¨®n del Estado y Catalu?a, la diferencia entre la contribuci¨®n de los catalanes a las arcas del Estado y lo que recibimos anualmente en Catalu?a (el llamado d¨¦ficit fiscal) oscila entre 700.000 millones y m¨¢s de un bill¨®n de pesetas. Catalu?a, cuya poblaci¨®n representa el 15,3% del total de Espa?a, ha aportado en los ¨²ltimos a?os el 19% de los recursos fiscales del Estado y ha recibido ¨²nicamente el 13,5% de los gastos de la Administraci¨®n central (el porcentaje en inversi¨®n p¨²blica fue a¨²n menor, s¨®lo del 10%). Se deber¨ªa establecer un nuevo pacto fiscal que reequilibrara y reestructurara la relaci¨®n entre Catalu?a y Espa?a de manera que los ciudadanos de Sant Vicen? dels Horts o Reus recibieran la misma cantidad de pesetas por persona para educaci¨®n o sanidad que los de Lugo o Huelva (lo cual no ocurre ahora), y por otra parte parecer¨ªa aceptable que los catalanes, que poseemos un nivel de ingresos mayor que la media espa?ola, contribuy¨¦ramos en proporci¨®n a nuestra renta a los ingresos fiscales del Estado. Sin embargo una visi¨®n completa del problema financiero de la Generalitat debe considerar tambi¨¦n las deficiencias en la gesti¨®n econ¨®mica del Gobierno de Converg¨¨ncia i Uni¨®, con duplicidades de administraciones, servicios y cargos p¨²blicos; un enquistado clientelismo pol¨ªtico; agujeros financieros no aclarados, como los 800 millones del Consorcio de Turismo de Catalu?a; presupuestos que presentan desviaciones de m¨¢s del 17%; facturas sanitarias por importe de m¨¢s de 10.000 millones que se dejan de contabilizar y se trasladan de un a?o a otro para no incrementar las cifras del d¨¦ficit; tasas que no se cobran, etc¨¦tera. En definitiva, una incapacidad pol¨ªtica para gestionar eficientemente el dinero p¨²blico. Ambas cuestiones, sistema de financiaci¨®n injusto y mala gesti¨®n en los recursos p¨²blicos, han provocado un crecimiento insostenible a medio plazo de la deuda de la Generalitat, que ha aumentado en los ¨²ltimos tiempos en cerca de 200.000 millones anuales y ha alcanzado para el conjunto del sector p¨²blico de la Generalitat de Catalu?a la cifra de 2,2 billones de pesetas. En consecuencia, es urgente la realizaci¨®n de una nueva pol¨ªtica econ¨®mica capaz de realizar las dos tareas citadas. Se tratar¨ªa en primer lugar de lograr un acuerdo entre las fuerzas parlamentarias catalanas para establecer las bases de un nuevo pacto fiscal con el Estado que permitiese autonom¨ªa financiera a la Generalitat de Catalu?a, otorg¨¢ndole la capacidad de incidir normativamente sobre los impuestos que se pagan en Catalu?a; asimismo la Generalitat recaudar¨ªa y gestionar¨ªa los tributos que se recaudan en Catalu?a, estableciendo un acuerdo sobre la parte de los ingresos fiscales que obtendr¨ªa la Administraci¨®n central con objeto de cubrir tanto la participaci¨®n en los servicios generales del Estado como los gastos de la Administraci¨®n central en Catalu?a y uno o varios fondos de solidaridad interterritorial. Como consecuencia del pacto, el d¨¦ficit fiscal de Catalu?a se ver¨ªa reducido sustancialmente, lo que permitir¨ªa ofrecer mejores servicios educativos, sanitarios, etc¨¦tera, a los ciudadanos. El acuerdo anterior deber¨ªa incluir tambi¨¦n un incremento de la autonom¨ªa financiera y de los recursos de las administraciones locales (en un horizonte de distribuci¨®n del gasto p¨²blico entre Administraci¨®n central, autonom¨ªas y corporaciones locales del 40%, el 30% y el 30%, respectivamente). Asimismo el pacto fiscal anteriormente descrito u otros