"Siento miedo, pero no pienso tirar la toalla"
La edil del PP que recibi¨® una carta bomba cuenta c¨®mo su marido salv¨® la vida al etarra que despu¨¦s le mat¨®
Una espiral de macabras casualidades ha marcado la existencia de Pilar El¨ªas, la concejal del PP en el Ayuntamiento de la localidad guipuzcoana de Azkoitia (10.242 habitantes), que el pasado viernes recibi¨® un paquete bomba en su domicilio, desactivado por agentes de la Ertzaintza. Ella result¨® ilesa. Hace 19 a?os, su marido, Ram¨®n Baglietto, no tuvo tanta suerte. ETA le asesin¨® por ser simpatizante de Uni¨®n de Centro Democr¨¢tico (UCD). El horror dio una vuelta de tuerca en aquel crimen. El asesino que le remat¨® se llamaba C¨¢ndido Azpiazu. Baglietto le hab¨ªa salvado la vida cuando era un beb¨¦, 18 a?os antes.Pilar El¨ªas lo recueda bien: "Mi marido nunca pudo olvidar ese d¨ªa", coment¨® ayer a EL PA?S. "Y hay detalles que.., en fin... son incre¨ªbles. Yo llevo siempre un crucifijo conmigo que la verdad....". Ram¨®n Baglietto se encontraba en su tienda de muebles en Azkoitia cuando vio c¨®mo un ni?o escapaba de la mano de su madre para lanzarse a la carrera sobre la calzada. Ven¨ªa un cami¨®n. La mujer, en un gesto instintivo, corri¨® tras el peque?o. Llevaba un beb¨¦ en brazos. Baglietto vio en segundos lo que iba a ocurrir. Se abalanz¨® sobre ella y le arrebat¨® al beb¨¦. La mujer y su otro hijo murieron arrollados por el cami¨®n. La madre no falleci¨® en el acto. Vivi¨® lo suficiente para darse cuenta de que alguien hab¨ªa salvado al reci¨¦n nacido. Agradecida, le entreg¨® un crucifijo que llevaba siempre consigo. Es el que Pilar El¨ªas busc¨® en el cad¨¢ver de su marido el 12 de mayo de 1980, cuando un comando etarra le ametrall¨® mientras conduc¨ªa su coche en el alto de Azk¨¢rate, entre Elgoibar y Azkoitia. Un pistolero le remat¨® de un tiro en la sien. Era C¨¢ndido Azpiazu, entonces con 18 a?os cumplidos, el beb¨¦ al que la v¨ªctima hab¨ªa salvado en aquel accidente. "Le condenaron, pero s¨®lo cumpli¨® 10 a?os de c¨¢rcel. Ahora anda suelto, tan fresco. Yo me lo encuentro muchas veces por la calle. Ni le miro. Para m¨ª no existe", dice la viuda. Uno de sus familiares a?ade que prefiere no recordar la identidad del asesino: "S¨ª, puede que se llame C¨¢ndido Azpiazu, creo que s¨ª. Pero no queremos acordarnos".
No ha sido la ¨²nica jugada del azar en esta historia rocambolesca y terrible. El cad¨¢ver de Ram¨®n Baglietto fue reconocido por un sacerdote que pas¨® casualmente por la cuneta a donde fue a parar el coche de la v¨ªctima. Y le identific¨® porque eran primos. Como primos carnales eran tambi¨¦n los Baglietto de Eugenio Etxebeste, Txomin, el dirigente etarra que particip¨® en las negociaciones de Argel. Y de Javier Baglietto, concejal de Herri Batasuna, forzado a dimitir por apoyar a ETA desde el balc¨®n del Ayuntamiento.
Otro concejal de HB, elegido al igual que Pilar El¨ªas en los ¨²ltimos comicios municipales, pertenece al comando que asesin¨® a su marido. La viuda dice que tampoco recuerda su nombre, ni en qu¨¦ c¨¢rcel cumple ahora condena. Asegura que s¨®lo recuerda que cuando tuvieron que posar juntos para la fotograf¨ªa oficial del Ayuntamiento le busc¨® con la mirada para guardar las distancias. "Me coloqu¨¦ justo en el otro extremo, lo m¨¢s lejos posible de ¨¦l". Ahora, al poco de haber recibido el paquete bomba, comenta que siente miedo: "No somos h¨¦roes". Pero a?ade: "Yo no tiro la toalla".
Pilar El¨ªas viene siendo objeto de amenazas por parte de los violentos desde el ¨²ltimo s¨¢bado de carnaval, cuando apareci¨® su nombre en una pancarta junto a los ep¨ªtetos asesina y carcelera. "Todav¨ªa siguen colocando esa pancarta, todos los viernes y los s¨¢bados, en la plaza de Ayuntamiento. Pero yo evito pasear por ah¨ª. No quiero verla. Para m¨ª, tampoco existen".
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