La violencia callejera se intensifica en funci¨®n de los avatares pol¨ªticos y policiales

La violencia callejera es una ola: sube y baja seg¨²n los acontecimientos pol¨ªticos y policiales. Unos meses antes del comunicado de tregua de ETA baj¨® su intensidad. Luego, hasta la declaraci¨®n de Lizarra y las elecciones vascas, continu¨® as¨ª. Las negociaciones del PNV y el PSE para la formaci¨®n del Gobierno de Vitoria fueron acompa?adas de un endurecimiento de las acciones, y las ¨²ltimas detenciones de dirigentes etarras, de tres atentados contra cargos del PP y el PSE y 15 sabotajes. El ministro del Interior, Jaime Mayor, ve detr¨¢s de la espiral violenta a responsables pol¨ªticos del entorno de ETA: "Cuando les interesa apretar, aprietan; cuando les interesa desacelerar, desaceleran".

La curva de la kale borroka (lucha callejera) confirma su relaci¨®n directa con los acontecimientos: responde a la marcha pol¨ªtica y policial. Los meses anteriores y posteriores a la declaraci¨®n de tregua de ETA y la de Lizarra (Estella), en la que confluyeron el PNV, EA y HB junto a IU y numerosas asociaciones y sindicatos, pasar¨¢n a la historia como una de las ¨¦pocas m¨¢s tranquilas.En septiembre y octubre, durante las elecciones vascas, los ataques no pasaron de 20 al mes. Una cifra que se mantuvo as¨ª durante la primera ronda de conversaciones del lehendakari, Juan Jos¨¦ Ibarretxe, con los partidos y que facilit¨® la primera conferencia de prensa del portavoz de EH, la marca electoral de HB, en la sede del Gobierno vasco. Arnaldo Otegi reafirm¨® entonces su compromiso con la pol¨ªtica y las instituciones vascas: "Estamos dispuestos a pactar con el PNV y EA un apoyo externo".

Cuantitativamente, de los ¨²ltimos 173 actos violentos, hasta noviembre apenas se produjeron 40. El inicio de las conversaciones serias entre el PNV y el PSE para la formaci¨®n del Gobierno supuso el primer aceler¨®n serio: en diciembre, 51; en enero, 45. Una cresta coincidente con el comunicado de ETA del 22 de diciembre exigiendo una negociaci¨®n directa con el Estado.

La constituci¨®n del Ejecutivo, en enero, relaj¨® algo el ambiente. El PNV y EA, en minor¨ªa, ten¨ªan pista para llegar a un acuerdo con EH. El comienzo de las negociaciones fue acompa?ado de un baj¨®n importante en los ataques: en febrero, 25.

Sin embargo la presi¨®n de los no nacionalistas, reclamando a EH una condena de la violencia, y la virulencia de sus acciones llevaron a Ibarretxe a considerar insuficiente para apoyar a su Gobierno el comunicado pactado por el PNV, EA y EH en el Parlamento el 18 de febrero. En este caso, y aunque el deseo de Otegi era llegar a un acuerdo firme, la exigencia del lehendakari fue respondida ese fin de semana con dos ataques a la tienda de un edil del PP en Amurrio (?lava) y los bajos del coche de otro de Abadi?o (Vizcaya).

Fuentes nacionalistas indicaron entonces que Otegi estaba haciendo un verdadero esfuerzo por minimizar la violencia y pidieron tiempo. El quinto comunicado de ETA tras la tregua, el 25 de febrero, en el que bendijo a los nacionalistas y suspendi¨® a la oposici¨®n, aument¨® la crispaci¨®n y abri¨® un periodo de objetivos selectivos. El coche de la portavoz socialista de Durango y la tienda de la esposa de un guardia civil en Getxo antecedieron a los ataques con medios capaces de matar.

Los ¨²ltimos golpes policiales a ETA han lanzado una ofensiva con 15 sabotajes y tres atentados directos contra cargos p¨²blicos.

Responsables directos

"Cuando les interesa apretar, aprietan. Cuando les interesa desacelerar, desaceleran", advirti¨® ayer el ministro del Interior, Jaime Mayor, sobre el incremento de la violencia, que, en su opini¨®n, se debe a una decisi¨®n directa de responsables pol¨ªticos del entorno de ETA, de acuerdo con la estrategia de la banda.La relaci¨®n entre quienes protagonizan esta violencia "y una minor¨ªa del mundo de ETA" es evidente para Mayor, que calific¨® de "eufemismo rid¨ªculo" que estas acciones sean llamadas "de baja intensidad" por cuanto ponen en riesgo la vida de personas.

Mayor insisti¨® en la incomodidad que para los nacionalistas vascos representan quienes no lo son, de ah¨ª el pacto de Lizarra y "el recrudecimiento de la tensi¨®n y las dificultades para los concejales del PP y del PSOE".

"La paz exige autenticidad", advirti¨® Mayor en relaci¨®n con los seis meses transcurridos desde que ETA plante¨® su tregua. Se trataba, dijo, de un cese indefinido de la violencia, no definitivo. "El Gobierno ha dicho siempre la verdad", afirm¨®; "asegur¨® que hab¨ªa contactos exploratorios para ver si la tregua indefinida se convert¨ªa en definitiva y los hubo y los habr¨¢. El Estado de derecho siempre debe funcionar y est¨¢ demostrado que funciona".