Deficiencias

VICENT FRANCH El nacionalismo valenciano de ra¨ªces progresistas, herencia del movimiento cultural fusteriano, ha protagonizado en los ¨²ltimos veinticinco a?os una curiosa aventura en el camino hacia su consolidaci¨®n como opci¨®n organizada en el mercado de la competencia pol¨ªtica: Por una parte, el esfuerzo para el establecimiento de su koin¨¦ ideol¨®gica habr¨ªa dividido profundamente el movimiento hasta el punto de mantenerle en una debilidad te¨®rica m¨¢s que evidente; por otra, al producirse dicho proceso paralelamente a la crisis del r¨¦gimen autoritario y al subsiguiente nacimiento de un modelo democr¨¢tico le enfrent¨® como mercanc¨ªa pol¨ªtica a la competencia con otros actores pol¨ªticos cuyos intereses y estrategias propiciaron una ocupaci¨®n oportunista de algunos presupuestos del nacionalismo. Con todo, el dato m¨¢s relevante de la aventura habr¨ªa sido el continuado fracaso electoral de las opciones o versiones nacionalistas que concurrieron a las citas electorales. Unas veces porque el supuesto espacio lo ocup¨® otro partido (no nacionalista), o porque estrat¨¦gicamente los retos asumidos como movilizadores del hipot¨¦tico electorado propio distaban mucho de encontrar correspondencia social, el voto nacionalista, si lo hab¨ªa, no permiti¨® m¨¢s que un cierto ¨¦xito municipal y el curioso divorcio a la baja entre el voto local y el auton¨®mico. El resultado del dilatado per¨ªodo de asentamiento habr¨ªa dado lugar a un nacionalismo pol¨ªtico ideol¨®gicamente confuso, y a una disparidad an¨®mala entre su discreta presencia municipal y su escaso valor como referente del nacionalismo pol¨ªtico valenciano. En ese contexto, s¨®lo fen¨®menos procedentes del juego pol¨ªtico entre los actores preponderantes de lo pol¨ªtico en el ¨¢mbito valenciano habr¨ªan supuesto una aut¨¦ntica catarsis capaz de influir en la suerte de un movimiento v¨ªctima de su propia historia: El cambio de signo de las mayor¨ªas pol¨ªticas en el Pa¨ªs Valenciano (entre el 93 y el 96), la crisis quiz¨¢s autodestructiva de los dos grandes partidos de la izquierda (PSPV-PSOE y PCPV) y la creciente percepci¨®n de vac¨ªo ¨¦tico que la administraci¨®n virtual del PP arroja sobre el autogobierno valenciano promueven un cambio de actitud en sectores progresistas pol¨ªticamente activos hacia el nacionalismo pol¨ªtico valenciano, que miran ahora hacia ese movimiento que aguant¨® en la derrota las consecuencias de su propia biso?ez y que por fin parece que supo hacer su autocr¨ªtica a prop¨®sito de la naci¨®n que se propone construir entre nosotros. Instalados en un pragmatismo v¨¢stago de la precauci¨®n, a este nacionalismo pol¨ªtico al que a¨²n le falta integrar al grueso del err¨¢tico nacionalismo impol¨ªtico (verbalmente radical pero pol¨ªticamente inactivo) y a la cofrad¨ªa de los que con las prisas de obtener dividendos personales inmediatos corrieron raudos a las ubres del mediocre ensayo del autogobierno socialista entre 1983 y 1995, no debe ocult¨¢rsele que sin concreci¨®n del modelo ideol¨®gico y sin sujeto-naci¨®n de referencia las favorables condiciones del momento podr¨ªan no ser suficientes para su ¨¦xito. Porque sin naci¨®n no hay ni nacionalismo ni nacionalistas. Vicent.Franch@uv.es