El sue?o del Celta muere
El acoso gallego se estrell¨® frente a la defensa impenetrable del Ol¨ªmpico de Marsella
El Marsella mostr¨® en Vigo su rostro m¨¢s inesperado, el de un equipo robusto e imbatible en defensa, y acab¨® con las aspiraciones europeas del Celta. El equipo de V¨ªctor Fern¨¢ndez cay¨® sin arriar la bandera: hizo las cosas como deb¨ªa, tuvo ramalazos magn¨ªficos e instantes de f¨²tbol de verdad, pero termin¨® desesperado frente a un bloque herm¨¦tico y g¨¦lido, que nunca se dej¨® intimidar. Hasta el final persigui¨® el Celta el ¨²nico gol que necesitaban y aunque no pudiese hallarlo, le queda el consuelo de haberse un labrado un enorme prestigio internacional que no defraud¨® siquiera en el momento de la derrota.Desde el principio el Celta hizo los deberes que exig¨ªa el partido con el ritmo justo y la buena letra que le caracterizan. Pero enfrente tuvo un bloque muy consistente, un equipo muy bien puesto sobre el campo y atento a todos los detalles. De la alineaci¨®n inicial se cay¨® Ravanelli que la v¨ªspera hab¨ªa abandonado renqueante el entrenamiento, y en vez de optar por otro delantero como Camara, Rolland Courbis, el veterano t¨¦cnico marsell¨¦s, prefiri¨® reforzar el centro del campo con el abuelo Bravo (37 a?os). Respecto al duelo de ida, la nueva alineaci¨®n priv¨® al Marsella de presencia en ataque, pero le proporcion¨® mejor organizaci¨®n y, por tanto, mayor solidez.
CELTA 0
OL?MPICO MARSELLA 0Celta: Dutruel; M¨ªchel Salgado, C¨¢ceres, Oskar Vales (Tom¨¢s m. 73), Djorovic; Makelele, Mazinho; Karpin (S¨¢nchez m. 64), Mostovoi, Revivo; y Penev (Gudelj m. 60). Ol¨ªmpico de Marsella: Porato; Gallas, Blanc, Issa (Dasilva m. 80), Domboraud; Brando, Luccin, Bravo; Pires, Dugarry (Camara m. 88); y Maurice (Guel m. 77). Arbitro: Pierluigi Collina, italiano. Amonest¨® a C¨¢ceres, Issa, Djorovic y Dugarry. Lleno hist¨®rico en Bala¨ªdos, con casi 35.000 espectadores en las gradas. Partido de vuelta de los cuartos de final de la copa de la UEFA. Se clasifica para disputar las semifinales el Ol¨ªmpico de Marsella, que en el encuentro de ida se hab¨ªa impuesto por 2-1.
El Celta no traicion¨® su estilo, aunque tampoco cay¨® en el pecado del exceso de ansiedad, de esa clase de respuesta excesivamente acelerada que siempre tienta a los equipos en ocasiones tan emotivas. El grupo de V¨ªctor Fern¨¢ndez asumi¨® sin complejos y sin prisas el mando del partido, y trat¨® siempre de buscar el ¨¢rea con el bal¨®n raso y de abrir huecos trenzando paredes en la zona m¨¢s poblada de defensas. Nada que reprochar a los vigueses, aunque sus encomiables ideas tropezasen con frecuencia frente a una zaga francesa que no dio una sola concesi¨®n.
El partido vivi¨® una fase inicial de equilibrio porque el Marsella, aunque m¨¢s preocupado por contener, no perdi¨® oportunidad de estirarse a cada robo de bal¨®n, aprovechando la velocidad supers¨®nica de Pires y la dedicaci¨®n constante de Dugarry. Este ¨²ltimo cabece¨® por encima del larguero al minuto y medio del inicio, en una especie de advertencia de que el Marsella no iba a vivir encerrado en la cueva. Durante la primera parte, los franceses llevaron poco peligro ante Dutruel, entre otras razones porque Maurice, su incisivo ariete, estuvo bastante desconectado de los dem¨¢s. Pero los franceses golpearon lo justo para que el Celta, sin sentirse del todo inquietado, no perdiese tampoco de vista la amenaza del contraataque rival. El Celta se elev¨® por encima del Marsella tras el primer cuarto de hora y en los quince minutos siguientes, mostr¨® retazos de su mejor f¨²tbol y se aproxim¨® al gol con fundamento. Sobre todo, en una maravillosa combinaci¨®n de medio equipo, tras el saque de una falta, que termin¨® con un remate de Mostovoi dentro del ¨¢rea. Poco despu¨¦s, Karpin rob¨® la cartera a Dugarry y centr¨® para Penev que no pudo hallar el mejor disparo ante la r¨¢pida respuesta y la buena colocaci¨®n del portero. Pero el Marsella super¨® pronto su peque?a crisis y lleg¨® al descanso sin ofrecer el menor s¨ªntoma de flaqueza.
El Marsella acentu¨® su vocaci¨®n defensiva en la segunda parte, a lo que contribuy¨® tambi¨¦n la actitud m¨¢s decidida del Celta, que intensific¨® su presi¨®n sobre la primera l¨ªnea francesa. El partido se hizo tambi¨¦n m¨¢s bronco y trabado, aunque el ¨¢rbitro italiano no escatim¨® gestos de autoridad para cortar los conatos de juego violento. En medio de este paisaje cada vez m¨¢s ¨¢spero, el Celta dilapid¨® su mejor ocasi¨®n: una magn¨ªfica apertura de Karpin a Mostovoi que, de frente a la porter¨ªa y escoltado por dos defensas, no logr¨® precisar el disparo. Lejos de esconderse, el ruso asumi¨® anoche con todas las consecuencias el liderazgo que se exige a un jugador de su estatura. Mostovoi dej¨® muestras de su insuperable regate y su capacidad casi m¨¢gica para no desprenderse del bal¨®n. Si sus alardes no rindieron m¨¢s fruto, fue por la excelente prestaci¨®n defensiva del Marsella, de la que tambi¨¦n podr¨ªa hablar mucho Revivo, un tanto oscurecido ante la enorme fortaleza de Gallas.
Pasaba el tiempo, la resistencia de los franceses no ced¨ªa y V¨ªctor no tuvo miedo a asumir riesgos. Entraron sucesivamente Gudelj, S¨¢nchez y Tom¨¢s, mientras el partido se comprim¨ªa en las inmediaciones del ¨¢rea visitante. Se sucedieron los cl¨¢sicos barullos, en los que la distancia entre un gol o un despeje de la defensiva se mide por cent¨ªmetros y d¨¦cimas de segundo. Pero ni en esos momentos tan tensos y tan propicios para la desconcentraci¨®n, perdi¨® el Marsella su compostura.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.