"Lo ministre" GUILLEM MART?NEZ
Quo me, Bacche, rapis, tui plenum. Entrega de los premios del 33? Concurso de Calidad Vinos Pened¨¨s, organizado por la Acad¨¨mia de Tastavins Sant Humbert, una de las academias del ramo m¨¢s antiguas. El acto es en el Ritz, y estar¨¢ amenizado en todo momento con la presencia del ministro Piqu¨¦, que gentilmente ha hecho un hueco en su agenda y en la de sus abogados defensores. Bueno, es un decir. Hace una hora que el ministro deber¨ªa estar aqu¨ª. Hay un adagio que afirma que una princesita siempre debe llegar a las citas 10 minutos tarde, adagio del que se deduce que un ministro es como una princesita pero, como m¨ªnimo, 50 minutos m¨¢s. El "factor ministro". Los invitados se re¨²nen en una sala de calentamiento, peg¨¢ndole al morapio y al compadreo. Diez minutos despu¨¦s de la hora se?alada han empezado a llegar princesitas del Pened¨¨s. El grueso de los invitados, empero, ha llegado al Ritz en autocar desde la comarca -la vin¨ªcola, no la de Tolkien-. Por la sala circulan los miembros de la academia con uniforme y collar protomas¨®nico al uso, tipo Los Bisontes Mojados de Pedro Picapiedra y Pablo M¨¢rmol. Todo el mundo -y sobre todo, glups, toda la munda- va vestido de entrega de los Oscar en el Pened¨¨s. En las comarcas, por cierto, se viste muy bien. Uno va un domingo a una capital de comarca y ve al personal tan bien vestido que uno se siente a) pobre y b) libre, lo cual es una ant¨ªtesis, pero el mundo de los sentimientos es el mundo de las ant¨ªtesis. A la puerta de la sala hay un par de se?ores cobrando el cenorrio a los que a¨²n no lo han pagado. Guardan los billetes en fajos, sujetos por una goma de pollo, una manera de guardar el dinero -y, en general, unas maneras- poco propia del Ritz y que apunta cierta chuler¨ªa social. Y aqu¨ª, defini??o: la chuler¨ªa social. La chuler¨ªa social es algo bello y ¨¦pico que consiste en cosas como alquilar el Ritz para liarla socialmente. Es propia de una sociedad fuerte. Una sociedad que, por otra parte, no acostumbra a invitar a ministros a sus actos, posiblemente porque no sabe para qu¨¦ sirven. A su vez, los ministros no saben para qu¨¦ sirve la sociedad esa. El caso de Piqu¨¦ ilustra el fen¨®meno. Antes de acceder al cargo, no se le ve¨ªa el pelo en su Vilanova i la Geltr¨² natal. Ahora es parte del paisaje social, como la carpa Juanita, y no se pierde una. El ministro, vamos, necesita a la sociedad, pero no est¨¢ tan claro que la sociedad necesite al ministro, al menos antes de ser ministro. Inter pocula silent negotia. La sociedad catalana ha tenido poca cultura de Estado. Lo cual me parece a) fant¨¢stico y b) lamentable. Fant¨¢stico porque una sociedad que sabe organizarse sin Estado se merece una copa. Y lamentable porque eso ilustra la escasa vertebraci¨®n que este Estado ha mantenido con sus diferentes sociedades. Por ejemplo, desde el siglo pasado no hay ning¨²n jefe de Estado o de Gobi que haya salido de esta sociedad. Los ¨²ltimos fueron en la I Rep¨²blica, un periodo en el que, por cierto, est¨¢ documentada la primera alocuci¨®n en catal¨¢n en un Consejo de Ministros. Fue una frase que se le escap¨® a Nicolau Salmer¨®n, como un suspiro. ?sta: "Tinc els collons plens de tots nosaltres". De lo que se deduce que intentar desarrollar una din¨¢mica diferente de las cosas toca, por fuerza, los collons epistemol¨®gicos. Bueno. Llega Piqu¨¦. Los periodistas le rodeamos. Piqu¨¦ pondera los vinos del Pened¨¨s y dice que avui no toca hablar de Ercros, en lo que no es una din¨¢mica diferente de las cosas. Quosque tandem abutere, Catilina, patientia nostra? El se?or Piqu¨¦ es solemnemente investido como miembro de la academia en el comedor. Se suceden los discursos. Y se suceden. Y se suceden. A los tres cuartos de hora, las se?oras ya miran al techo y ponen cara de se?ora estoica de filat¨¦lico. Una hora despu¨¦s, ya no queda pan sobre la mesa. Cuando finalizan los discursos, empiezan los discursos presentando el men¨², los vinos y los postres. Por unos momentos se masca el mot¨ªn. Al final de la cena se entregan los premios. Son, posiblemente, los mejores vinos del Pened¨¨s posibles. Ah¨ª van. Mejor vino blanco cl¨¢sico vendimia 98: Heretat Mont-Rub¨ª (Font-Rub¨ª); vino blanco varietal 98: Bodega Mol¨ª Coloma (Subirats); mejor chardonnay: Gramona (Sant Sadurn¨ª d"Anoia); rosado 98: Heretat Mont Rub¨ª; vino rosado varietal 98: Ferret (Tont-Rub¨ª); vino tinto 98: Sadeve (Torrelavid); vino de crianza: Castell d"Age (Sant Llorens d"Hortons); vino negro varietal 98: Cooperativa vin¨ªcola del Pened¨¨s (Sant Sadurn¨ª d"Anoia). Esto es to, esto es to, esto es todo, amigos.
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