Una exclusiva del domingo
Los principales puntos de inter¨¦s para los actores son las fiestas tras los premios
Dos objetivos fundamentales han sido esgrimidos como raz¨®n principal para trasladar al domingo una ceremonia tradicionalmente reservada al lunes: que los asistentes a la gala no tengan que luchar con el tr¨¢fico infernal que a diario obstaculiza el acceso al centro de Los ?ngeles, y que los telespectadores de la Costa Este puedan irse a la cama antes de medianoche. La raz¨®n principal es otra: con la venta de los derechos del pre-show a la cadena ABC, la Academia ingresa 37 millones de d¨®lares, frente a los 15 del a?o pasado.Incluso esta media hora de entrevistas y recepci¨®n de invitados en la alfombra roja, de la que ser¨¢n anfitriones Geena Davis y el presentador de la CNN Jim Moret, ha sido minuciosamente prevista y ensayada: prefabricada. Veremos lo que ABC quiera. Geena saldr¨¢ de su limusina y dir¨¢: "?Feliz noche de los Oscar para todos!". Y etc¨¦tera, etc¨¦tera. Ella, que por lo visto est¨¢ negada para improvisar, soltar¨¢ sus parrafadas de carrerilla, y, lo mismo que Moret, podr¨¢ elegir las preguntas que prefiera entre una lista propuesta por el gui¨®n. Como entrevistados en este pre-show, est¨¢ previsto que aparezcan Gwyneth Paltrow, Helen Hunt, Liv Tyler, Kathy Bates, Celine Dion y Gil Cates, productor de la ceremonia, entre otros. Todo ello, alternado con v¨ªdeos sobre el viaje que las estatuillas han realizado desde Chicago, que es donde las fabrican, hasta Hollywood; reportajes sobre la moda en los Oscar a trav¨¦s del tiempo y acerca de c¨®mo y por qui¨¦nes ha sido preparada la gala.
Esta exclusiva mundial de ABC puede que resulte mucho menos informativa que las aportaciones que cada cadena ha hecho hasta el a?o pasado al retransmitir el divertido caos de las entradas, y tal vez menos conveniente para los dise?adores de los trajes que lucen las estrellas, cuyos nombres son convenientemente voceados a la entrada. Hasta llegar a esta noche, la moda ha vivido un aut¨¦ntico frenes¨ª, que se repite cada edici¨®n. La moda es tan importante como el propio show, y prueba de ello es el asedio a cada actriz (y tambi¨¦n a los actores: un tuxedo, en Europa esmoquin, admite numerosas variaciones y fantas¨ªas).
Fue Armani el primer dise?ador que comprendi¨® que la aparici¨®n de sus modelos en la gala m¨¢s vista en todo el mundo supondr¨ªa una publicidad impagable, y desde entonces, nombres europeos y estrellas norteamericanas de la moda, como Donna Karan, o hollywoodienses, como Jessica Pastor o Phillip Bloc, chupan rueda del evento. Porque si es cierto que no hay business como el show-business, a¨²n m¨¢s lo es que la locomotora que lo mueve es esta sacrosanta noche de los Oscar. Exhibici¨®n ante las c¨¢maras, y luego, en las fiestas, m¨¢s exhibici¨®n. La cena oficial, a la que todo el mundo asoma el hocico aunque sea un momento, para luego distribuirse entre los muchos parties que se ofrecen, es el llamado Baile del Gobernador, en la carpa anexa al Dorothy Chandler Pavilion, profusamente adornada con un desmadre floral. En Morton"s, la revista Vanity Fair da una cena s¨®lo para 140 invitados; es tal el inter¨¦s por unirse a esta cr¨¨me de la cr¨¨me, que el jefe de bomberos que cuida de la seguridad hace que esperen fuera (hasta que se produzcan bajas en el interior) a famosas como Faye Dunaway y Neve Campbell (ocurri¨® el a?o pasado). Otra cita de inter¨¦s es la tradicional fiesta de Elton John a favor de la lucha contra el sida, en Pagani. En Cobalt Cantina, la BBC ser¨¢ la anfitriona de un jolgorio particularmente brit¨¢nico, con las Spice Girls como atracci¨®n principal.
Quiz¨¢ los puntos de mayor inter¨¦s ser¨¢n las fiestas que ofrecer¨¢n las dos grandes compa?¨ªas que esta noche compiten por los Oscar: Miramax (Shakespeare enamorado, La vida es bella) recibir¨¢ a sus invitados en el Beverly Hills Hotel, y Dream Works (la compa?¨ªa de Spielberg, que presenta Salvar al soldado Ryan) lo har¨¢ en el Barnaby. Cada cual competir¨¢ por llevarse a los hu¨¦spedes m¨¢s brillantes, pero el m¨¢s ex¨®tico ser¨¢ sin duda Alexander Lebed, el pol¨ªtico ruso que quiere suceder a Bor¨ªs Yeltsin: dicen que asistir¨¢ a la fiesta de Scorsese.
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