ARANTXA RODRIGUEZ ECONOMISTA "La mujer ha mostrado la cara oscura y el sexo oculto de la econom¨ªa"
"El debate del trabajo dom¨¦stico y de atenci¨®n a otras personas hay que trasladarlo a la esfera p¨²blica"
La situaci¨®n del empleo y el futuro del trabajo han vuelto a ser motivo de pol¨¦mica estas ¨²ltimas semanas. Coincidi¨®, adem¨¢s, con la celebraci¨®n del D¨ªa de la Mujer Trabajadora y con los debates en torno al 4 de marzo. Ese d¨ªa, Arantxa Rodr¨ªguez, profesora del departamento de Econom¨ªa Aplicada de la Universidad del Pa¨ªs Vasco, feminista en activo durante veinte a?os, pronunciaba una conferencia: Trabajar, repartir y compartir. Arantxa naci¨® en Caracas, donde hab¨ªan emigrado sus padres, algorte?os. Estudi¨® en California y en 1974 regres¨® a Bilbao. En 1988 ingres¨® en la Facultad de Econ¨®micas de Sarriko como profesora en la especialidad de Econom¨ªa Urbana y Regional. Pregunta. ?Cu¨¢l es el mensaje de su ¨²ltima conferencia? Respuesta. Que la econom¨ªa hemos de verla de una forma integradora que tome en cuenta la carga global de trabajo, el remunerado y no remunerado. S¨®lo as¨ª rescataremos su dimensi¨®n oculta no remunerada que revela el desigual reparto entre mujeres y hombres. Y a partir de ah¨ª hablamos de una redistribuci¨®n efectiva y un reparto igualitario. P. Recientemente, el Club de Roma presentaba un estudio: El dilema del empleo. El futuro del trabajo. Se dec¨ªa: "El trabajo tiene futuro y el futuro tiene trabajo". ?Lo cree usted as¨ª? R. Habr¨ªa que tener en cuenta que el empleo es la modalidad cl¨¢sica de trabajo, pero no es la ¨²nica, ni siquiera la dominante. Junto con el empleo coexisten actividades productivas que aunque no proporcionan una compensaci¨®n monetaria requieren una inversi¨®n de tiempo, esfuerzo y dedicaci¨®n con el objetivo de producir bienes y servicios necesarios. La mayor parte de estas tareas se realiza en la esfera dom¨¦stica. Por esta raz¨®n, es preciso que al referirnos al trabajo partamos de una visi¨®n integradora de la econom¨ªa que tenga en cuenta esa parte invisible, oculta por las estad¨ªsticass y que representa entre una tercera parte y la mitad del valor del PIB mundial. P. Con esa visi¨®n, ?usted cree que el empleo va hacia su fin? R. Mejor que hablar del fin ser¨ªa m¨¢s adecuado referirnos a su reorganizaci¨®n y, en particular, a la situaci¨®n precaria del mercado laboral. El fantasma del crecimiento sin empleo ha ido alejando las perspectivas de una recuperaci¨®n del pleno empleo. Sin embargo, el paro masivo y el d¨¦ficit de empleo no reflejan tanto el colapso de la sociedad salarial como la transformaci¨®n radical de las condiciones de acceso y de participaci¨®n en el mercado laboral y, en particular, el declive del modelo de organizaci¨®n de las relaciones laborales dominante. Porque lo que escasea en la actualidad no son los empleos en general sino los que seguimos considerando normales: estables, indefinidos, a tiempo completo, etc¨¦tera. De hecho, el descenso de la proporci¨®n de estos empleos coincide con la proliferaci¨®n de nuevas formas de contrataci¨®n, que son el trabajo temporal, a tiempo parcial, discontinuas... Lo que est¨¢ en cuesti¨®n no es tanto la generaci¨®n de empleo, aunque sea insuficiente, sino el tipo de empleo que se crea. P. ?Esto supone el fracaso de las pol¨ªticas contra el paro? R. Es cierto que se han puesto en evidencia los l¨ªmites de unas pol¨ªticas que en aras de aumentar la flexibilidad y el dinamismo del mercado de trabajo han conseguido la inestabilidad laboral, surgiendo trabajos precarios y contratos informales, sin que ello haya servido para reducir los niveles de paro. Eso ha hecho que propuestas como la reducci¨®n de la jornada laboral y el reparto del empleo tengan hoy una legitimidad inusitada y que se presenten como una alternativa innovadora y viable. P. As¨ª y todo, el paro -m¨¢xima preocupaci¨®n del ciudadano- sigue en aumento y el parado medio, presentado esta semana por el Gobierno espa?ol, resulta ser "una mujer, menor de 35 a?os, con estudios hasta EGB, que ha trabajado temporalmente en el sector servicios, que demanda empleo desde hace ocho meses y que est¨¢ necesitada de informaci¨®n y formaci¨®n". ?Que significa esto? R. Pues que las mujeres se incorporan al trabajo asalariado tarde, poco y mal. No s¨®lo les cuesta m¨¢s encontrar un empleo sino que cuando lo encuentran tienen una probabilidad alt¨ªsima de que sea en condiciones muy precarias, y cuando lo pierden permanecen mas tiempo en paro. Pero, hay un agravante y es el hecho de que las mujeres dedican una proporci¨®n muy elevada de su tiempo al trabajo dom¨¦stico, lo que condiciona su disponibilidad para el mercado laboral y mantiene un reparto muy desigual de ese otro trabajo, el del hogar. Esto es uno de los factores claves en la discriminaci¨®n de las mujeres en el ¨¢mbito laboral. Y, a pesar de avances innegables en la participaci¨®n de las mujeres en el mundo laboral, el desv¨ªo hacia segmentos espec¨ªficos -a tiempo parcial, temporal...- es una muestra de c¨®mo el funcionamiento de ese mercado excluye y segrega en funci¨®n del sexo. P. ?Qu¨¦ ha sido lo fundamental del movimiento feminista? R. Visibilizar la contribuci¨®n econ¨®mica de las mujeres y dar carta de identidad al trabajo dom¨¦stico han sido uno de los ejes fundamentales de actividad feminista que se ha esforzado por mostrar la cara oscura y el sexo oculto de la econom¨ªa. A esta reivindicaci¨®n se le a?ade la de reclamar un reparto mas igualitario del trabajo remunerado y del dom¨¦stico. Por eso, no basta con hablar de reducci¨®n de jornadas y reparto del empleo; es preciso, adem¨¢s, compartir el trabajo dom¨¦stico para que las mujeres puedan incorporarse al mercado laboral en situaci¨®n de igualdad. P. ?No ser¨ªa una soluci¨®n remunerar al ama de casa? R. No. Lo prioritario debe ser el reconocimiento de la importancia de ese trabajo dom¨¦stico, de atenci¨®n y cuidado a otras personas, y su interdependencia con la econom¨ªa mercantil. Eso es absolutamente necesario para garantizar la reproducci¨®n social y el bienestar de las personas en nuestra sociedad. Que su responsabilidad recaiga sobre las mujeres y que esto no se quiera ver y est¨¦ desvalorizado, es un indicador de una situaci¨®n mal tratada, sesgada y parcial de la realidad. Es preciso, por tanto, trasladar este debate a la esfera p¨²blica y reconocer que adem¨¢s de compartir hay que crear nuevas estructuras que permitan mayor grado de corresponsabilidad entre mujeres y hombres y el conjunto de la sociedad para con el trabajo reproductivo.
Hacia una sociedad muy diferente
Arantxa Rodr¨ªguez es miembro del Centro de Documentaci¨®n y Estudios de la Mujer de la Asamblea de Vizcaya y tiene publicaciones relacionadas con el tema, como Razones para un feminismo ecologista. Por los planteamientos expuestos en sus conferencias y escritos, se aprecia que el camino para lograr emanciparse la mujer es la cooperaci¨®n social a gran escala, y eso lleva a recordar una cita de Engels: "La mujer s¨®lo podr¨¢ ser emancipada cuando tome parte en gran medida social en la producci¨®n, cuando el trabajo dom¨¦stico la reclame de manera insignificante". Pero, ?como llegar a eso? "Las feministas hemos hecho de la participaci¨®n de las mujeres en lo que llamamos la esfera productiva el caballo de batalla de la igualdad. Pens¨¢bamos que la independencia econ¨®mica era la base sobre la que se sosten¨ªa todo el edificio de la emancipaci¨®n. Sin embargo, despu¨¦s de 30 a?os de aumento de la presencia de las mujeres en el mundo laboral nos encontramos con que esa participaci¨®n es una condici¨®n necesaria pero no suficiente.En este tiempo, las mujeres hemos recorrido un camino que ha cambiado nuestra identidad y la sociedad, pero queda a¨²n mucho por hacer. Y hemos de hacerlo entre todos. Es preciso que los hombres tambi¨¦n se resituen y participen en el trabajo dom¨¦stico. La sociedad debe valorar el patrimonio cultural femenino y que las mujeres no nos veamos obligadas a asumir sin reservas el modelo masculino para poder mantenernos en el empleo, en la pol¨ªtica, en la cultura... Debe haber una participaci¨®n, tambi¨¦n interesada y activa, de los hombres para conseguir entre todos un mayor equilibrio y plantearnos juntos una sociedad muy diferente".
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