Un lugar llamado escuela

Setenta ni?os del poblado rumano de Malmea (Fuencarral) tuvieron ayer una importante cita, su primer d¨ªa de clase. La mayor¨ªa nunca antes hab¨ªa pisado una escuela, ni siquiera en su pa¨ªs, as¨ª que todos esperaban impacientes ayer la llegada del autob¨²s que los trasladar¨¢ cada d¨ªa al colegio Miguel Hern¨¢ndez, en Latina, al otro extremo de la ciudad.A las diez de la ma?ana, toda la chavaler¨ªa desembarc¨® en este centro, vac¨ªo desde hace un a?o, y habilitado por el Ministerio de Educaci¨®n y el Ayuntamiento de Madrid para atender a estos ni?os cuya penosa situaci¨®n denunci¨® Unicef. Les esperaban seis maestros y tres int¨¦rpretes del rumano, que pasaron toda la ma?ana intentando contener a una marea infantil poco acostumbrada a permanecer entre cuatro paredes.

A los cr¨ªos se les ve¨ªa contentos, pero inquietos y poco dados a entretenerse con los papeles y los lapices de colores que les facilitaron. Tambi¨¦n hab¨ªa algunos m¨¢s peque?os y llorosos por estar lejos de sus padres. Jos¨¦ Moreno, director de un colegio cercano que se ha hecho cargo provisionalmente de la batuta del Miguel Hern¨¢ndez, explica que el d¨ªa de ayer fue de toma de contacto. "Hab¨ªamos habilitado cuatro aulas, tres para clases y una para comedor, porque esper¨¢bamos 50 ni?os. Pero han venido m¨¢s de los previstos y tendremos que abrir otra para que haya menos chicos por clase", a?ade.

"Como no saben castellano y tampoco est¨¢n habituados a la escuela, m¨¢s que empezar con clases regladas lo que vamos a hacer, en principio, es intentar que se acostumbren al colegio y que vengan contentos. Luego, vamos a solicitar m¨¢s profesorado de apoyo y m¨¢s material escolar", concluye este director.

Los ni?os podr¨¢n ducharse y comer en el centro, algo que garantizar¨¢ una higiene y una alimentaci¨®n equilibrada, de las que carec¨ªan en su poblado de furgonetas y tiendas de campa?a rodeadas de escombros.

La escolarizaci¨®n de los ni?os en este centro es una medida temporal. Si en el curso pr¨®ximo siguen en Madrid, ser¨¢n matriculados en colegios con otros chavales, algo que ahora se ve¨ªa inviable por tratarse de un grupo grande, sin conocimiento del castellano ni h¨¢bitos escolares. En un principio, Unicef estim¨® que en el poblado hab¨ªa unos 200 ni?os, pero su n¨²mero oscila porque hay familias que van y vienen de Madrid. Para los menores de seis a?os se han ofrecido guarder¨ªas.

El consistorio se comprometi¨® la semana pasada a mejorar las condiciones de habitabilidad del campamento instalando 30 letrinas, 12 duchas y un lavadero, as¨ª como un peque?o puesto de atenci¨®n sociosanitaria regentado por Cruz Roja. Ayer, se colocaron las primeras cuatro duchas y dos letrinas.