Antonio Soler gana el Premio Primavera con una novela de amor en el Madrid sitiado
El galard¨®n, convocado por Espasa-Calpe, est¨¢ dotado con 25 millones de pesetas
Atleta antes que escritor, Antonio Soler, que fue subcampe¨®n andaluz de los 400 metros, ha declarado que lo que le interesa es la "marginalidad interior, la gente que est¨¢ en la frontera y que no se conforma con la estabilidad". Soler (M¨¢laga, 1956) logr¨® ayer el Premio Primavera de Novela con El nombre que ahora digo. La historia de amor imposible, en el Madrid sitiado de la guerra civil, de un joven soldado republicano y una mujer casada es el eje de una novela que, seg¨²n Soler, sobre todo habla de "la amistad de un grupo de soldados que se encargan de organizar las actuaciones de toreros, c¨®micos y cantantes por las afueras de Madrid, una actividad frecuente en aquellos d¨ªas".
Un jurado compuesto por el escritor y acad¨¦mico Francisco Nieva, el novelista Luis Mateo D¨ªez, el cr¨ªtico literario ?ngel Basanta; el subdirector general de Espasa-Calpe, Rafael Gonz¨¢lez Cort¨¦s, y el director de ?mbito Cultural-El Corte Ingl¨¦s, Ram¨®n Pernas, decidi¨® ayer qu¨¦ escritor de los 419 que hab¨ªan presentado una novela (y de los que fueron seleccionados 50 finalistas) se llevar¨ªa a casa el tercer Premio Primavera de Novela. El jurado (que este a?o decidi¨® que no hubiera finalista) anunci¨® por la tarde, en una sala del C¨ªrculo de Bellas Artes de Madrid, que el libro ganador de 1999 era el que se escond¨ªa bajo el t¨ªtulo de Un soldado en la niebla y la firma de Casiopea, nombres elegidos por Antonio Soler para presentar las 280 p¨¢ginas de su manuscrito.El nombre que ahora digo es, seg¨²n su autor, una novela "coral". "He utilizado elementos de la picaresca junto a otros bastante rom¨¢nticos. Adem¨¢s, creo que tambi¨¦n tiene mucho humor. Pero, no s¨¦, es dif¨ªcil ponerme a m¨ª mismo etiquetas", explic¨® ayer el escritor andaluz, desde su casa de M¨¢laga, tras conocer la concesi¨®n del premio, que en las anteriores ediciones fue para Rosa Montero y Manuel de Lope.
Soler, que ha llamado al soldado de su obra Gustavo Sintora y a la mujer casada Serena Vergara ("¨¦l tiene unos 20 a?os, y ella, unos 35"), ha tardado dos a?os en terminar la que es su cuarta novela. El escritor asegura que en ella se aleja del tremendismo l¨ªrico y el realismo sucio que caracterizaron, seg¨²n la cr¨ªtica, sus ¨²ltimas obras. "Hay una evoluci¨®n natural, pero no un cambio radical en mi escritura. En cualquier caso, nunca se trata de una opci¨®n racional", a?ade.
Antonio Soler, que logr¨® en 1997 el Premio de la Cr¨ªtica del a?o anterior con Las bailarinas muertas, por la que meses antes hab¨ªa obtenido el Premio Herralde ("la seguridad no me la dan los premios, sino escribir mucho y tom¨¢rmelo con rigor", dijo entonces), narraba en aquel libro la historia inici¨¢tica de un adolescente de provincias que busca los enigmas del sexo y la muerte entre su propia experiencia y la que provocan en ¨¦l las fotograf¨ªas y cartas que recibe de un hermano mayor que trabaja como bailar¨ªn en un cabar¨¦ de la Barcelona de los a?os sesenta.
El escritor andaluz busc¨® en sus propios recuerdos para escribir aquel libro. "Y en ¨¦ste, de alguna manera, tambi¨¦n", afirma. En El nombre que ahora digo "hay referencias de gente que he conocido. Viv¨ª la guerra directamente a trav¨¦s de mi familia, como todos los de mi generaci¨®n. Hay un personaje que tiene que ver mucho con mi padre. Es el sargento Sol¨¦, uno de los amigos del soldado protagonista. Es su experiencia, pero muy tamizada", explica el escritor, que a?ade: "Tambi¨¦n el libro surgi¨® de los recuerdos de las conversaciones y narraciones de mi abuela materna, que era una gran narradora oral".
Escrita en dos voces (la tercera y la primera persona), El nombre que ahora digo transcurre durante dos a?os, en los que el joven soldado protagonista vive un amor imposible con una mujer casada junto a la experiencia de la amistad durante la guerra con otros soldados. Una amistad que surge al compartir sus vivencias con los artistas que trasladan por los pueblos de las afueras de Madrid.
La lesi¨®n
Antonio Soler fue atleta hasta los 21 a?os. "Me part¨ª una pierna y estuve durante un a?o tumbado en casa, sin poder moverme, por la lesi¨®n", recuerda. Fue entonces cuando escribi¨® su primer relato. "Jam¨¢s he escrito nada sobre el atletismo, quiz¨¢ porque todav¨ªa tengo una relaci¨®n extra?a con aquella etapa de mi vida". Soler public¨® su primer libro de relatos, Extranjeros en la noche, en Edhasa, en 1992. Siguieron las novelas Modelo de pasi¨®n (Algaida, 1993), que fue premio Andaluc¨ªa, y Los h¨¦roes de la frontera (Anagrama, 1995, premio de la Cr¨ªtica de Andaluc¨ªa). Fue este libro, cercano al realismo sucio, el que despert¨® los primeros elogios de los cr¨ªticos.El autor andaluz ha definido la marginalidad interior de la gente como el material de sus novelas y como una met¨¢fora de la propia condici¨®n del escritor: "Yo nac¨ª con unos ¨ªndices considerables de exilio interior", dijo en una ocasi¨®n Soler, y a?adi¨®: "Y el escritor, como dice Vargas Llosa, es una persona marginada que utiliza ese exilio como v¨ªa de acercamiento a la sociedad".
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