Descanso del guardi¨¢n

EN VEZ de dimitir, como hubiera dictado la ortodoxia pol¨ªtica hace ya tiempo, Roland Dumas, presidente del Consejo Constitucional franc¨¦s, ha decidido tomarse un "descanso" indefinido en su cargo para defenderse de las acusaciones de corrupci¨®n que pesan sobre ¨¦l. Dumas, de 76 a?os, dos veces ministro con Mitterrand, no ha resistido la presi¨®n de las ¨²ltimas revelaciones, pero ha elegido una salida florentina que no resuelve nada ni contribuye a la credibilidad de la instituci¨®n que encabeza desde 1995.Dumas fue primero inculpado por haber favorecido supuestamente la venta de seis fragatas a Taiwan en 1991 a cambio de comisiones a trav¨¦s de la petrolera Elf que cobr¨® su amante Christine Deviers-Joncour. Las magistradas encargadas de la instrucci¨®n decidieron archivar el caso contra Dumas el mes pasado, pero lo han reabierto ante nuevas acusaciones formuladas por quien fuera su amante durante 10 a?os. Esta mujer, que en su autobiograf¨ªa se define como "la puta de la Rep¨²blica", ha afirmado que Dumas y ella cobraron otras comisiones de Elf, entre ellas un lujoso piso en Par¨ªs de 450 millones de pesetas.

Quiz¨¢ el aliado m¨¢s fuerte con que hab¨ªa contado hasta ahora Dumas para aferrarse al cargo haya sido el actual presidente de la Rep¨²blica, Jacques Chirac. Algunos han hablado de "intercambio de favores" entre ambos. Chirac se ha visto implicado en supuestas corrupciones a favor de su partido, el RPR, cuando compaginaba la presidencia de ¨¦ste y la alcald¨ªa de Par¨ªs. Sin embargo, Chirac ha recibido hace poco una buena noticia del Consejo Constitucional, que, de forma indirecta, en un dictamen sobre el Tribunal Penal Internacional, ha considerado que el presidente de la Rep¨²blica, salvo en caso de alta traici¨®n, no puede ser penalmente responsable de actos cometidos en el ejercicio de su cargo, y s¨®lo tras unas complejas y dif¨ªciles decisiones podr¨ªa ser llevado ante el Tribunal Supremo por delitos cometidos anteriormente o en el ¨¢mbito privado.

Salpicado desde hace a?os por demasiados asuntos, el ambiente pol¨ªtico franc¨¦s se est¨¢ enrareciendo. El caso Dumas no es, sin embargo, uno m¨¢s. Las acusaciones que pesan contra ¨¦l son incompatibles con el cargo de guardi¨¢n de la Constituci¨®n.