Huelga de goles contra el bombardeo
Los futbolistas yugoslavos proponen no jugar en las ligas de los pa¨ªses de la OTAN hasta que cese el ataque
Sintieron de cerca los bombardeos del mi¨¦rcoles, algunos escucharon explosiones desde el coche mientras intentaban alcanzar la frontera, y a¨²n les tiembla la voz. Los futbolistas yugoslavos de nuestra Liga, los 10 convocados por su selecci¨®n para el duelo ante Croacia finalmente aplazado, fueron regresando ayer a Espa?a de forma escalonada. No est¨¢n f¨ªsicamente bajo el ataque, pero se sienten all¨ª. No hay quien no tenga en el pa¨ªs balc¨¢nico alg¨²n familiar, decenas de amigos. Y en solidaridad con los que se quedaron, planean ahora no jugar al f¨²tbol hasta que cese el conflicto. Los jugadores serbios est¨¢n decididos a boicotear as¨ª las ligas de los pa¨ªses miembros de la OTAN.La iniciativa parti¨® de los capitanes de la selecci¨®n, Stojkovic (juega en el Grampus Eight, de Jap¨®n), Savicevic (Estrella Roja de Belgrado) y Mijatovic (Real Madrid), que ven en el plante una forma ideal y de publicidad segura para protestar por el ataque. Los tres firmaron un comunicado que hicieron llegar a su federaci¨®n para que transmitiera el llamamiento a todos los futbolistas que militan en esos campeonatos. La televisi¨®n yugoslava difundi¨® en la tarde de ayer el comunicado. Y la federaci¨®n hizo extensiva la propuesta a todos los deportistas y entrenadores que trabajen en los pa¨ªses aliados.
Pedja Mijatovic fue uno de los ¨²ltimos en llegar a Espa?a, a las once de la noche. Camin¨® impasible en el centro de un torbellino de periodistas. La prensa del coraz¨®n tampoco quiso perderse a la estrella engominada, a su novia, Anetta, y a su hijo, Luka, un ni?o con trazas de agotamiento. "He visto las bombas caer, he visto el miedo en la gente. Yo estaba all¨ª. Es algo que no puedo describir con palabras. Es el peor momento de mi vida", balbuce¨® el jugador. Mijatovic asegur¨® que ayudar a los suyos es prioritario: "Junto con nuestra selecci¨®n tenemos que hacer algo para echar una mano a nuestros paisanos. Ahora yo no puedo concentrarme en un partido de f¨²tbol".
Jokanovic, del Tenerife, no conoc¨ªa la propuesta cuando a eso de las cinco y media de la tarde aterriz¨® en Madrid, junto a Nadj (Oviedo), procedente de Budapest. Visiblemente afectado, no ten¨ªa ninguna duda sobre su posici¨®n ante el plante. "No s¨¦ nada", dijo, "pero est¨¢ claro que en la vida hay un orden de prioridades. El bombardeo sigue y ni yo ni mis compa?eros estamos en condiciones de jugar al f¨²tbol".
Ciric, del Bar?a, confes¨® tener la cabeza en otro lado cuando el mi¨¦rcoles compiti¨® ante el Lleida, en la Liga catalana. Brnovic, del Espanyol, consigui¨® el permiso de su entrenador para no disputar ayer el choque de dicho torneo ante el Figueres. Brnovic est¨¢ angustiado: no consigue comunicarse con sus padres, que viven en Podgorica, cerca de Kosovo.
S¨ª ha hablado con los suyos Paunovic, del Mallorca, pero escucharles no le ha tranquilizado demasiado. "Les localic¨¦ por la tarde. Estaban en casa, en Belgrado, y acababan de escuchar bombazos. No se atrev¨ªan a salir a la ventana. Hay aut¨¦ntico p¨¢nico all¨ª", declar¨® a la cadena Ser.
Desesperado est¨¢ Nadj, uno de los 10 internacionales espa?oles que tuvo que abandonar la concentraci¨®n de su selecci¨®n. Su padre es militar. "No tengo noticias suyas", dijo al llegar a Madrid, "mi hermano me ha dicho que lo han movilizado, pero no sabe d¨®nde". "No entiendo nada", a?adi¨®, "est¨¢n haciendo da?o a un pa¨ªs que lucha contra terroristas; igual que Espa?a contra ETA".
Los padres de Jokanovic, sus hermanos, est¨¢n escondidos en un refugio subterr¨¢neo de Novi Sad. "Est¨¢n llenos de miedo", coment¨® el jugador del Tenerife, "pero saben que tienen la raz¨®n. Mi pueblo tiene su informaci¨®n; en Espa?a ten¨¦is la vuestra, la que suministra Estados Unidos. Y como es el m¨¢s poderoso, tiene la raz¨®n. Pero a lo mejor los que tenemos la raz¨®n somos nosotros, los yugoslavos. No s¨¦".
Las declaraciones de los 43 deportistas serbios de ¨¦lite que re¨²ne el deporte espa?ol est¨¢n cargadas de pesimismo. Han aparcado el discurso futbol¨ªstico que los ocupaba y ahora est¨¢n perplejos ante el caos geopol¨ªtico. "Lo ¨²nico que le queda a mi pueblo es morir poco a poco", gru?¨® Djukic, el futbolista del Valencia. Uno de los l¨ªderes, Mijatovic, se despidi¨® ayer con una mensaje a la OTAN: "S¨®lo Dios puede ser juez. Nadie m¨¢s en este mundo".
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