"Generaci¨®n diesel" XAVIER BRU DE SALA
El asunto del relevo generacional es menos preocupante hoy que unos a?os atr¨¢s. Como afirma la fil¨®sofa Merc¨¨ Rius, los del 68 lo dieron todo tan elaborado a sus hermanos menores, e incluso a sus hijos, que les quitaron hasta el derecho a equivocarse. De ah¨ª que hayan vivido con la carga, livianamente culpable, de taponar no s¨®lo las ideas, sino sobre todo el paso, a los j¨®venes. Pues bien, justo es reconocer que las cosas han mejorado bastante. No igual en todos los terrenos -recu¨¦rdese un art¨ªculo de Josep M. Muntaner sobre el bloqueo absoluto de los arquitectos instalados, que conspiran contra cualquiera ascensi¨®n, ya que les quitar¨ªa una porci¨®n del reducido pastel-, pero los treinta?eros est¨¢n ocupando el espacio social que les corresponde, sin la menor espectacularidad pero tambi¨¦n sin excesivos retrasos. Las generaciones m¨¢s marcadas por los cambios del 68 se caracterizan por los virajes ideol¨®gicos forzosos y una muy notable capacidad de supervivencia adaptativa. Nadie les disputa, sin embargo, el honor de ser los que mejor se lo pasaron en su juventud, rompiendo juguetes que despu¨¦s de la fiesta ellos mismos se han encargado de recomponer. Los siguientes prefirieron portarse bien desde el primer momento, por lo menos en p¨²blico, que es lo relevante. Tal vez no han disfrutado tanto, pero da la impresi¨®n de que est¨¢n bastante menos dispuestos a sufrir. Juzg¨¢ndola peligrosa, sustituyeron la impaciencia por su contraria. Cautos y avispados, son m¨¢s dados a observar que a perorar, prefieren el trabajo silencioso y los resultados al fragor medi¨¢tico. No parecen haber venido al mundo a lanzar mensajes, no les posee la vanidad del ¨²ltimo grito ideol¨®gico (que se equivoquen ellos), lo suyo no es el ruido, pero saben d¨®nde encontrar las nueces. Nada mao¨ªstas, avanzan poco a poco, pero jam¨¢s retroceden. Se conforman con un poco menos antes que arriesgarse al demasiado. Si de ellos depende, Catalu?a nunca consumir¨¢ su p¨®lvora en una explosi¨®n de fuegos artificiales, pero dispondr¨¢ siempre de una reserva energ¨¦tica. Buena velocidad de crucero, pocas aver¨ªas, escaso consumo y menos distracciones. As¨ª no se puede llegar primero, pero se puede ir m¨¢s lejos. Es la generaci¨®n diesel. Empezando por la pol¨ªtica y la ideolog¨ªa, nos enga?ar¨ªamos si nos fij¨¢ramos demasiado en los j¨®venes talibanes en los que el pujolismo f¨ªa su continuidad radicalizada. Aunque vayan ocupando puestos relevantes, ¨¦sos son tan outsiders como los capitanes (y tan peligrosos como ellos, ya que est¨¢n m¨¢s sedientos de confrontaci¨®n y poder que preparados para el t¨¦rmino medio). La pauta de los treinta?eros viene marcada, tanto en terreno convergente como socialista, por la mayor¨ªa generacionalmente correcta. Todos son partidarios de Blair, de Soros y, los que se han enterado, de Amartya Sen. Todos son favorables al multiculturalismo, la tolerancia, las identidades compuestas y el resto de asuntos correctos. A los nombres conocidos del pujolismo, la espuma radicalista agrupada alrededor de Felip Puig, hay que a?adir los de la gente m¨¢s formada, agrupada en la revista Idees, de reciente aparici¨®n: ?ngel Casti?eira, Oriol Izquierdo, Mar?al Sintes y, entre otros, Francesc-Marc ?lvaro, su l¨ªder medi¨¢tico. En campo socialista, destacan nombres como Pipo Carbonell y Jordi William Carnes, avanzadilla de la renovaci¨®n, o bien Jaume Badia, n¨²mero dos del CCCB, as¨ª como Josep M. Mu?oz, el estudioso de Vicens Vives. Dejando el mundo de la pol¨ªtica -y despu¨¦s de orillar el de la empresa dejando dicho que la generaci¨®n diesel es tal vez la que menos problemas padece, eso s¨ª, despu¨¦s de mucho aguardar y prepararse-, llegamos al de la comunicaci¨®n. El camino abierto por Mikimoto se ha poblado de personajes de alto voltaje, como Buenafuente y Toni Soler, Antoni Bassas aparte. En literatura, M¨¤rius Serra, Ignacio Vidal-Folch, Imma Mons¨®, los dramaturgos encabezados por Sergi Belbel y unos cuantos m¨¢s se van situando con seguridad. En filosof¨ªa, Jaume Casals, Xavier Antich y los mencionados ?ngel Casti?eira y Merc¨¨ Rius. En otros campos de la cultura, el productor F¨¦lix Riera, la cantautora Mayte Mart¨ªn, el hombre de escena Xavier Albert¨ª y el tr¨ªo de Sonar destacan en un grupo de cabeza que se va y se ir¨¢ nutriendo. Da la impresi¨®n de que la generaci¨®n diesel ha acabado con el bloqueo generacional cuando era l¨®gico. M¨¢s preocupados deber¨ªamos estar por el suspenso en la incorporaci¨®n femenina. Aqu¨ª s¨ª que Catalu?a pincha intergeneracionalmente. Tanto, que puede ponerse pronto en el farolillo de cola de Espa?a. Mal s¨ªntoma para quienes todav¨ªa se creen locomotora. Las que se van quedando en el campamento base pueden tomar ejemplo de Araceli Segarra. Por lo menos ella ha fet el cim.
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