El Comit¨¦ de Sabios y la Comisi¨®n Europea

Por medio suyo quiero felicitar a don Xavier Vidal Folch por su excelente y equilibrado comentario Entre todos la mataron y ella sola se muri¨®, publicado en EL PA?S el d¨ªa 18 de marzo de 1999, p¨¢gina 4, en relaci¨®n con el informe del Comit¨¦ de Sabios sobre la Comisi¨®n Europea. Cuando un servidor ley¨® las conclusiones del cacareado informe del Comit¨¦ de Sabios result¨® muy sorprendido por la barah¨²nda de demagogia barata que se instal¨® en los medios "medi¨¢ticos" con v¨ªctimas tan ilustres como el Financial Times.Ya nos conformar¨ªamos nosotros con que cualquier informe de sabios sobre cualquiera de nuestras Administraciones, locales, provinciales, auton¨®micas o nacionales, descubriera s¨®lo fraudes de un 0,9% del presupuesto o que los males mayores fueran colocar a un amiguete, como la se?ora Cresson, o a un cu?ado, como el comisario portugu¨¦s, quien reun¨ªa todos los requisitos de preparaci¨®n requerida y cuya contrataci¨®n fue correcta.

Esta conformidad ser¨ªa aplicable tambi¨¦n a los dem¨¢s pa¨ªses de la UE, ?o es que en el Reino Unido, Alemania, Austria, Finlandia o Suecia no ocupan cargos de responsabilidad amiguetes o familiares o no se conceden contratas p¨²blicas a los afines? Lo que s¨ª est¨¢ claro, sin necesidad de tanto experto, es el d¨¦ficit democr¨¢tico en las instituciones comunitarias. Que un tal informe, con las implicaciones que ha tenido, no se haya ni discutido ni debatido en su foro natural, como es el Parlamento Europeo, y de all¨ª hubieran surgido las correspondientes propuestas, descalifica, seg¨²n mi opini¨®n, a esa instituci¨®n, y no le dan la importancia o protagonismo que deber¨ªan tener para los que en ella creemos. No ha estado fino el Parlamento Europeo, ni el debate anterior, centrado en Mar¨ªn y Cresson, ni despu¨¦s del informe sin debate alguno.

Las conclusiones no son como para felicitar a la Comisi¨®n, ni a las anteriores, que algo les toca, pero tampoco para esa especie de caza de brujas que se ha desatado. A m¨ª me preocupan esas campa?as moralizantes, sobre todo cuando parten de la falsa premisa entre lo buena que es la ¨¦tica protestante y lo mala que es la ¨¦tica cat¨®lica, que no es ni m¨¢s ni menos esa disyuntiva maniquea de pa¨ªses n¨®rdicos contra mediterr¨¢neos.

Los sinverg¨¹enzas, o los honrados, existen bajo cualquier bandera o religi¨®n.

Para terminar, a lo que no parece hab¨¦rsele dado mucha importancia es a un punto, en mi opini¨®n, clave y se?alado por los sabios: la falta, o dificultad, del control de la burocracia comunitaria por el poder pol¨ªtico. Pero este problema es de gran calado y puede llevar a muchas reflexiones, como por ejemplo: ?qui¨¦n controla el Banco Central Europeo? ?Ante qui¨¦n responde?

?stas son palabras mayores.-