Quejas en el aeropuerto de las esperas
Centenares de pasajeros se agolpan frente a los mostradores de Iberia para reclamar por las demoras de Barajas
El colapso se dej¨® sentir ayer de forma muy especial en las oficinas de tr¨¢nsito y de incidencias de Iberia. A los problemas habituales de congesti¨®n del aer¨®dromo madrile?o en d¨ªas de viajes masivos (como las vacaciones de Semana Santa) se unieron los derivados de las restricciones en el espacio a¨¦reo europeo (debidas a los ataques de la OTAN contra Yugoslavia) y la tercera jornada de paros de los pilotos de la compa?¨ªa de bandera. La suma de contingencias provoc¨® que, durante toda la jornada, cientos de viajeros acudieran a los mostradores de Iberia en busca de soluciones que les permitieran llegar a sus destinos. Las propuestas de los chaquetas rojas (auxiliares de tierra) no siempre dejaron satisfechos a los pasajeros. Esto provoc¨® m¨¢s de una discusi¨®n.Escalas. Los pasajeros obligados a hacer escala en Barajas fueron de los m¨¢s afectados por el colapso del tr¨¢fico europeo. As¨ª, tres viajeros italianos de Mil¨¢n que llegaron a Madrid con cuatro horas de retraso no pudieron enlazar con ning¨²n otro vuelo a Sevilla. La soluci¨®n que les dio el personal de Iberia fue la de continuar el viaje en autocar. "Mi hijo ya estar¨¢ esper¨¢ndome en el aeropuerto de Sevilla y yo no tengo ning¨²n medio de avisarle. La soluci¨®n de ir por carretera y tardar cinco horas me parece excesiva. Voy a tardar casi tanto como si hubiera venido en tren", explic¨® una de las afectadas, Silvana Barberini.
Falta de informaci¨®n. "Te pasas todo el d¨ªa en el aeropuerto por culpa de los retrasos, y cuando crees que vas a embarcar y te acercas al mostrador, te dicen que tu vuelo se ha cancelado. Es impresentable la falta de informaci¨®n de Barajas". As¨ª se quejaba ayer un viajero que estuvo esperando m¨¢s de tres horas para salir hacia Valencia. Cinco minutos antes de embarcar, le dijeron que su vuelo no sal¨ªa y que, si quer¨ªa volar tendr¨ªa que esperar otras dos horas, hasta el vuelo siguiente. "Una vez all¨ª, tendr¨¦ que coger un coche para ir hasta Castell¨®n. Si me lo hubieran dicho antes me habr¨ªa ido en autob¨²s o, incluso, habr¨ªa alquilado un veh¨ªculo. Siempre tienes que estar encima de ellos. Es una pena", se quejaba este pasajero, que no quiso dar su nombre.
Pagarse el almuerzo. Fernando Jim¨¦nez D¨ªaz, un pasajero cuyo vuelo a Ginebra se demor¨® m¨¢s de seis horas, no oy¨® ayer por ning¨²n parte que la compa?¨ªa Iberia pagaba en el bar del aeropuerto el almuerzo a los viajeros que tuvieran que esperar un vuelo. Por eso, cogi¨® un taxi y se march¨® a un restaurante cercano al aer¨®dromo para comer. Cuando se acerc¨® por la tarde al mostrador de incidencias para reclamar el importe, recibi¨® una negativa. La compa?¨ªa, seg¨²n la azafata que le atendi¨®, no paga las comidas de fuera del aeropuerto. Jim¨¦nez Campos se enfad¨® y sigui¨® protestando. S¨®lo consigui¨® el libro de reclamaciones. "Es vergonzoso. Encima de que ten¨ªa que estar trabajando en Suiza desde las cuatro de la tarde, no son capaces ni de pagarme la comida", protestaba el pasajero.
Papeleo diverso. Siete viajeros que fueron desviados a Barajas en lugar de ir a Barcelona estuvieron a punto de tener que pagarse los billetes hasta la capital catalana. La oficina de Iberia en Dusseldorf (Alemania) no mand¨® un fax a Madrid, por lo que los chaquetas rojas de Barajas se negaban a darles plazas en el puente a¨¦reo. "Ya tuvimos problemas para ir a Dusseldorf y llegamos con un d¨ªa de retraso por culpa de la huelga de pilotos. Ahora me amenazan con tener pagar el regreso, cuando yo no he pedido que me desviaran. Un simple papel puede costarme mucho", dijo ayer Francisco Tutzo. Al final lleg¨® el papel de Alemania y se marcharon en el puente a¨¦reo. Largas colas en los mostradores. Una pasajera casi perdi¨® su vuelo a Nueva York por culpa de las colas que se formaron ayer ante los servicios de incidencias de Iberia. La joven, que pidi¨® al resto de personas que esperaban pasar la primera por la urgencia del caso, vio c¨®mo el tiempo pasaba y no consegu¨ªa un justificante del retraso para entregar en su lugar de trabajo. En el ¨²ltimo minuto logr¨® el justificante y ella, al menos, logr¨® volar, aunque lo hizo con abundante retraso.
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