"La sociedad actual oculta la muerte, que es tan natural como el nacer"
Anjel Lertxundi (Orio, 1948) se apasiona hablando de mitos y leyendas. Tambi¨¦n al hablar de Bayona, ciudad que considera "la capital vasca hist¨®rica, en el sentido arquitect¨®nico y en el sentido de confluencia de culturas (jud¨ªos, protestantes, cat¨®licos)". Estos elementos, ciudad y leyenda, est¨¢n presentes en Un final para Nora (Editorial Alfaguara), que acaba de ser traducida al castellano y que se basa en la leyenda del holand¨¦s errante. Esta novela, que narra el viaje de una mujer por Norteam¨¦rica y, a trav¨¦s del tiempo, hasta Zarautz, es la segunda del escritor vasco que se publica en castellano. "En la traducci¨®n, hay alguna intencionalidad que se pierde. Por ejemplo, Nora en euskera significa tambi¨¦n "ad¨®nde". Pregunta ?Qui¨¦n es Nora? Respuesta. Ser¨ªa la versi¨®n femenina del jud¨ªo errante. Nora es una mujer que est¨¢ supeditada a lo que el var¨®n manda, su destino est¨¢ marcado por otros, y en un momento determinado y por una serie de circunstancias se rebela contra ese destino. En el trasfondo de toda la historia estar¨ªa la rebeli¨®n de la mujer ante los destinos establecidos por el macho. P. Nora es varias mujeres a un tiempo. R. S¨ª. En los 300 a?os m¨¢s o menos que abarca la historia, Nora es en unos momentos m¨¢s de una mujer y en otros asume para s¨ª el sufrimiento de otras mujeres. Cuando en Salem ve el ahorcamiento de las mujeres acusadas de brujer¨ªa asume para s¨ª el sufrimiento de estas mujeres. O cuando m¨¢s tarde lee La letra escarlata, de Nathaniel Hawthorne, le sucede lo mismo: se pone en la piel de Hester Prynne, la protagonista, y trata de entender su tragedia. P. ?Cu¨¢ntos viajes hay en la novela y de qu¨¦ tipo? R. Est¨¢ el viaje f¨ªsico por las ciudades; el viaje m¨ªtico del jud¨ªo errante; el viaje carnal inici¨¢tico de la propia Nora, con el proceso de rebeli¨®n; y est¨¢ el propio viaje literario m¨ªo, en el sentido de las dificultades que me cost¨® el unir esos tres tiempos, el hist¨®rico, el de la ficci¨®n y el tiempo de otras novelas que aparecen en la m¨ªa. Lograr esa urdimbre de los distintos tiempos fue para m¨ª el viaje literario m¨¢s importante. P. ?Qu¨¦ es lo que le atrajo del mito del holand¨¦s errante? R. Hay dos versiones del mito de la inmortalidad. Por una parte tenemos a Fausto, que es capaz de vender absolutamente todo, hasta su alma, por lograr la inmortalidad. Y la otra vertiente es la de quien por alguna injusticia cometida en alg¨²n momento es condenado a vagar por toda la eternidad. Eso de la eternidad, que deber¨ªa ser un premio, se convierte en un castigo. La imposibilidad de morir es lo que me atra¨ªa m¨¢s de la historia, porque debe ser absolutamente terrible. P. ?Refleja esa atracci¨®n c¨®mo se enfrenta usted a la muerte? R. Siempre me ha interesado el tema de la muerte, pero de una forma no traum¨¢tica. Lo que s¨ª pienso es que la sociedad actual oculta la muerte, algo que no suced¨ªa hasta hace bien poco. Para mi la muerte es algo tan natural como el nacimiento. P. La novela comienza en Barcelona, ?por qu¨¦ esa ciudad? R. A Barcelona voy todos los a?os, pero la inclu¨ª de una manera casual, por enmarcar al narrador en una determinada ciudad. Se da la casualidad de que yo hall¨¦ en Barcelona algo parecido a lo que encuentra el narrador en la novela. Yo encontr¨¦ datos sobre el doctor Velasco. P. ?Es un personaje real? R. S¨ª, este personaje naci¨® en una familia muy pobre que viv¨ªa a unos tres kil¨®metros de Segovia. Alg¨²n noble le meti¨® en un seminario y cuando comienza la guerra, por un pacto entre Iglesia y Ej¨¦rcito por el que los seminaristas no pod¨ªan luchar como soldados, fue movilizado como enfermero. Ah¨ª es donde empieza a adquirir conocimientos de cirug¨ªa, anatom¨ªa, y se convierte a los pocos a?os en un m¨¦dico eminente. Luego funda el Museo de Anatom¨ªa de Madrid. A muy tard¨ªa edad tiene una ¨²nica hija. Se le muere a los 14 a?os y, del shock, la embalsama y la pasea en calesa por el parque del Retiro de Madrid. Yo recog¨ª esta historia. P. Orio, su localidad natal, aparece en un momento. ?Es un homenaje? R. Es curioso, porque en un principio ni siquiera iba a aparecer. Pero justo cuando estaba terminando la redacci¨®n de la novela vi una foto de finales del siglo pasado en la que se ve¨ªa a una chalana que atravesaba la r¨ªa de Orio, y dentro de la embarcarcaci¨®n iba una yunta de bueyes con un carro. Me pareci¨® una imagen pl¨¢stica tan bonita que la inclu¨ª. P. El lector puede jugar con esta novela a distinguir lo que es real de lo imaginario, qu¨¦ personajes existieron y cu¨¢les no... R. Lo fundamental es que, para un lector que desconozca que hay personajes reales, la historia funcione como una novela. P. ?Qu¨¦ le impact¨® de la novela La letra escarlata? R. Con respecto a eso me ha sucedido una cosa muy curiosa. Le¨ª hace poco que en las mismas fechas en que yo sit¨²o a Nora en Bayona, en 1870 m¨¢s o menos, en Zuberoa un cura oblig¨® a llevar una letra escarlata a una mujer porque se hab¨ªa quedado embarazada de soltera. P. ?Se puede suponer del final de la novela que Nora encuentra el amor-la paz-la muerte? R. Es un final abierto, como respeto al lector. Para m¨ª el final fundamental es que en ese momento es cuando Nora decide. Hasta ahora pr¨¢cticamente no ha decidido nada, ha sido arrastrada por los acontecimientos. Y el ¨²nico acto de su propia voluntad es el que acaba la novela.
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