Decisiones y humildad
No hay p¨®cimas que aseguren el triunfo espa?ol en la Copa Davis. En los 100 a?os de esta competici¨®n, Espa?a ha disputado s¨®lo dos finales (1965 y 1967) y algunas semifinales, pero no ha pasado de ah¨ª. En la etapa de Manuel Santana, Manuel Orantes, Andr¨¦s Gimeno y Joan Gisbert se compuso uno de los equipos m¨¢s potentes del momento, pero por dos veces aquellos legendarios jugadores se estrellaron ante el potencial de Australia.Ahora Espa?a tiene un equipo de ensue?o, con Moy¨¤ (2? mundial), Corretja (6?), Costa (16?) y Mantilla (24?). Probablemente el equipo m¨¢s potente del mundo seg¨²n la clasificaci¨®n de sus jugadores. Pero esa superioridad no acaba de traslucirse en la pista. Los jugadores y el capit¨¢n aseguran que la presi¨®n de la Copa Davis es un cuento chino. "Eso ya est¨¢ superado", afirma Corretja. Y Santana dijo esta semana que el problema del doble s¨®lo existe para la prensa.
Son frases que no se ajustan a la realidad, pero que se justifican por el intento de que los jugadores se sientan libres y no acusen la presi¨®n. Sin embargo, al equipo espa?ol le har¨ªa falta quiz¨¢s un poco de humildad para recuperar el nombre de las cosas y no buscar calificativos envolventes con los que disfrazar un poco la realidad. Ayer esa mala costumbre cre¨® una contradicci¨®n entre Santana y Moy¨¤. Mientras el n¨²mero uno espa?ol afirmaba que las expectativas de ganar la Copa Davis son algo que lanzan los medios de comunicaci¨®n y los aficionados pero que no es cosa de ellos, el capit¨¢n reconoc¨ªa que haber perdido en primera ronda ha sido un "mazazo".
No fue la ¨²nica contradicci¨®n. Antes de que Corretja saltara a la pista para disputar el ¨²ltimo punto de la eliminatoria, F¨¦lix Mantilla hab¨ªa pedido ya permiso al capit¨¢n para abandonar la concentraci¨®n ante la certeza de que no iba a jugar el ¨²ltimo punto, a pesar de que no decid¨ªa nada. Santana afirm¨® en su conferencia de prensa que Corretja hab¨ªa pedido jugar este encuentro para coger confianza. Pero Corretja estuvo esperando que Santana tomara una decisi¨®n al respecto y se la comunicara. Mientras tanto, Mantilla, que hab¨ªa aceptado su condici¨®n de cuarto jugador con todas las consecuencias, se fue con el rabo entre las patas.
Santana no tiene inconveniente en cargar con culpas que no le corresponden cuando Espa?a pierde una eliminatoria. Pero, en cambio, le cuesta tomar decisiones que, algunas veces, son inexcusables. Eso ya le ocurri¨® en M¨¦xico en 1995, cuando permiti¨® que Alberto Berasategui se estrellara en la pista dura, cuando en los entrenamientos hab¨ªa perdido contra todos sus compa?eros. Y este fin de semana, Santana se mantuvo impert¨¦rrito con sus criterios, a pesar de que Corretja le hab¨ªa dicho que no estaba en sus mejores condiciones. Es posible que un cambio no hubiera cambiado nada. Pero tambi¨¦n es probable que si. Como m¨ªnimo, dej¨® escapar una buena ocasi¨®n de demostrar a Costa y a Mantilla que tambi¨¦n cuenta con ellos. Es as¨ª como debe irse construyendo el equipo capaz de ganar la Copa Davis. Con decisiones y con humildad, tanto del capit¨¢n como de los jugadores.
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