Contra el olvido

PARA QUE las v¨ªctimas perdonen, alguien deber¨ªa pedirles perd¨®n. La reciente sensibilidad hacia las v¨ªctimas del terrorismo contrasta con el silencio sin fisuras que se ha cerrado sobre ellas durante largos a?os. Se hablaba de reinserci¨®n de los presos, de sus derechos e incluso se amenazaba con denunciar ante tribunales internacionales la pol¨ªtica penitenciaria de dispersi¨®n; pero nadie, fuera del c¨ªrculo familiar m¨¢s cercano y algunos penalistas que predicaban en el desierto, parec¨ªa reparar en la reinserci¨®n y en los derechos de las v¨ªctimas. En primer lugar, el derecho a ser reconocidas como tales, no como un efecto colateral inevitable de un "contencioso".El Gobierno aprob¨® ayer una proposici¨®n de ley que establece un sistema de indemnizaciones para los sobrevivientes de atentados y parientes de las v¨ªctimas mortales de todos los actos terroristas registrados desde 1968, a?o en el que ETA mat¨® por primera vez. La medida responde al compromiso contra¨ªdo por Aznar poco despu¨¦s del anuncio del alto el fuego por parte de la organizaci¨®n terrorista. El Gobierno se hizo eco, con acierto, de la inquietud de sectores que reclamaron atenci¨®n y reconocimiento para las v¨ªctimas como condici¨®n previa a cualquier iniciativa de reconciliaci¨®n en relaci¨®n, por ejemplo, con los presos de ETA.

De un total de unas 900 v¨ªctimas, 774 fueron causadas por ETA, y unas 60, por los GRAPO. El resto corresponden a los GAL (27), Batall¨®n Vasco Espa?ol y diversos grup¨²sculos terroristas. Se desconoce el n¨²mero de heridos susceptibles de acceder a la indemnizaci¨®n, pero un escrito del juez Garz¨®n publicado hace tres a?os hablaba de 1.904 heridos en atentados de ETA desde 1968. La proposici¨®n trata sobre todo de responder a la queja de las asociaciones de v¨ªctimas sobre las indemnizaciones fijadas por los tribunales y que los condenados por delitos terroristas no pagan al ser declarados insolventes. Hace dos a?os, un estudio de la Asociaci¨®n de V¨ªctimas del Terrorismo cifraba en 60.000 millones las indemnizaciones no satisfechas.

La norma aspira a paliar los problemas econ¨®micos asociados a la condici¨®n de v¨ªctima, y a evitar la discriminaci¨®n de hecho existente entre quienes sufrieron los efectos del terrorismo antes y despu¨¦s de que se aprobaran, en 1985, algunas medidas de ayuda. Pero es evidente que en la iniciativa hay una dimensi¨®n moral, de reconocimiento colectivo. No puede haber paz sin ese reconocimiento. En el acuerdo sobre Irlanda firmado hace un a?o hay un cap¨ªtulo sobre Reconciliaci¨®n y v¨ªctimas de la violencia. Los firmantes estiman "esencial reconocer y abordar el sufrimiento de las v¨ªctimas" para alcanzar la reconciliaci¨®n, y proclaman en primer lugar "el derecho de las v¨ªctimas a recordar". Es decir, a no olvidar.

Tambi¨¦n tienen derecho a no ser agraviadas con nuevas ofensas. La representante de Euskal Herritarrok en la Comisi¨®n de Derechos Humanos del Parlamento vasco argument¨® que eran v¨ªctimas todos los "afectados por el conflicto pol¨ªtico", incluyendo los discriminados por "intentar usar el euskera". Equiparar el asesinato a cualquier otro hecho, por discutible que sea, es una p¨¦sima contribuci¨®n a la paz.