Invadir Kosovo: imposible por mar, arriesgado por aire y minado por tierra

"La guerra no es una ciencia exacta, incluso en estos tiempos de los ordenadores", recuerda un portavoz del Pent¨¢gono para explicar por qu¨¦ difieren tanto las estimaciones sobre el n¨²mero de soldados de la OTAN -40.000, seg¨²n los optimistas; 200.000, seg¨²n los pesimistas- que ser¨ªan precisos para arrebatarle a Serbia la regi¨®n de Kosovo. La misma inexactitud pesa sobre el tiempo necesario para poner en marcha una fuerza terrestre de combate: entre cuatro semanas y tres meses, seg¨²n las distintas fuentes.

De lo que s¨ª est¨¢ seguro el Estado Mayor norteamericano es de que los hechos han corroborado la advertencia que le hizo a Bill Clinton antes del comienzo de la campa?a: los bombardeos no son suficientes para ganarle el pulso a Slobodan Milosevic. Las im¨¢genes televisadas de los refugiados kosovares y la campa?a de la Casa Blanca de diabolizaci¨®n de Milosevic han provocado que se perfile en la opini¨®n p¨²blica una corta mayor¨ªa favorable al env¨ªo de fuerzas terrestres. Pero el s¨ªndrome de Vietnam pesa a¨²n m¨¢s: una mayor¨ªa mucho m¨¢s amplia dice que esa regi¨®n, que en general no saben situar en el mapa, no merece la p¨¦rdida de vidas estadounidenses. Y habr¨ªa muertos en las filas de la OTAN, entre 200 y 500, seg¨²n del Pent¨¢gono.La entrada en Kosovo de la infanter¨ªa y la caballer¨ªa acorazada de la OTAN ser¨ªa muy violenta. Tendr¨ªan que superar desde Albania o Macedonia las carreteras y puentes minados y los muchos valles y monta?as de la regi¨®n propicios a emboscadas. Clinton y los otros l¨ªderes aliados est¨¢n ante el dilema m¨¢s grave de sus carreras. Con el general norteamericano Wesley Clark, comandante de la OTAN, a la cabeza, sus asesores militares les dicen que los objetivos pol¨ªticos que proclaman -detener la limpieza ¨¦tnica, garantizar el regreso de los refugiados y establecer alg¨²n tipo de autogobierno- no se consigue desde el aire. Si se quiere ganar hay que ir a tierra.

"La situaci¨®n de Kosovo, un enclave terrestre sin acceso al mar, es el primer problema", dice el teniente general Ted Stroup. "Todos los lugares para los que EE UU se ha preparado para combatir, desde Corea al golfo P¨¦rsico, son accesibles por mar", coincide Loren Thompson, del Instituto Lexington, de Arlington (Virginia). "En la guerra del Golfo, "EEUU pudo transportar en barcos a cientos de miles de soldados y millones de toneladas de equipo".

Macedonia, el mejor sitio para lanzarse a su asalto, no tiene costas. "Lo m¨¢s f¨¢cil es llegar a Macedonia a trav¨¦s del puerto griego de Sal¨®nica", dice el general Gordon Sulliva, ex jefe del Estado Mayor de EE UU. Pero est¨¢ por ver que Grecia acepte que su territorio se convirtiera en un gran centro log¨ªstico. Queda Albania, con costas adri¨¢ticas, pero los analistas del Pent¨¢gono desconf¨ªan mucho de su estabilidad.

"El modo m¨¢s expeditivo de poner pie en Kosovo ser¨ªa despachar desde EE UU la 82? Divisi¨®n Aerotransportada, que fue la primera en ser enviada en 1990 a Arabia Saud¨ª", dice John Hillen, del Centro de Estudios Estrat¨¦gicos e Internacionales de Washington. Seg¨²n Hillen, costar¨ªa 72 horas enviar sobre el terreno a una brigada de unos 5.000 paracaidistas y el resto de la divisi¨®n podr¨ªa tardar otras dos semanas. Pero las primeras oleadas de paracaidistas carecer¨ªan durante demasiado tiempo de veh¨ªculos y armas pesadas para ser efectivos.

Sin descartar esa opci¨®n, Washington y Bruselas manejan otra posibilidad: la de constituir una vanguardia terrestre con las tropas que tienen m¨¢s a mano. Son los 1.200 paracaidistas norteamericanos del 508 Batall¨®n Aerotransportado, estacionados en Vicenza (Italia), y, sobre todo, los 12.000 soldados de varias nacionalidades europeas -4.000 brit¨¢nicos, 3.000 alemanes, 2.500 franceses y 950 italianos- del Cuerpo Aliado de Reacci¨®n R¨¢pida de la OTAN, que espera en Macedonia. Podr¨ªan acompa?arles unos 2.200 marines de la 24? Unidad Expedicionaria del Adri¨¢tico y parte de los 8.200 miembros de la Primera Divisi¨®n de Caballer¨ªa de EE UU, que pacifica Bosnia.

El teniente general brit¨¢nico Mike Jackson, jefe del Cuerpo Aliado de Reacci¨®n R¨¢pida, podr¨ªa estar al frente de esa primera y heterog¨¦nea vanguardia, que tendr¨ªa que enfrentarse a los entre 20.000 y 40.000 soldados yugoslavos presentes en Kosovo, que pueden ser reforzados en cuesti¨®n de horas por otros 75.000. Mientras los yugoslavos dispondr¨ªan del control y conocimiento del territorio, los aliados usar¨ªan la informaci¨®n facilitada por los sat¨¦lites y los aviones esp¨ªa U-2 y Awacs, la aplastante superioridad a¨¦rea de la OTAN y, m¨¢s importante sobre el terreno, los helic¨®pteros Apache, de los que Clinton ya ha despachado 24 a Albania.

Pero llegar a Kosovo no es tan f¨¢cil. Incluso una primera fuerza de miles de soldados creada con las fuerzas que la OTAN tiene a mano necesitar¨ªa el refuerzo de decenas de tanques Abrams y de veh¨ªculos de combate Bradley. Y luego vendr¨ªa el supremo problema de entrar en Kosovo. Dos carreteras unen a Macedonia con la regi¨®n en liza y se supone que los serbios las han minado a conciencia.