Pascua bajo las bombas
Los sermones de la Semana Santa ortodoxa condenan en Belgrado los ataques de la OTAN
ENVIADO ESPECIALFue un triste Domingo de Gloria para los serbios, que ayer pasaron la Pascua de Resurrecci¨®n bajo la amenaza de nuevos bombardeos aliados. Aun as¨ª, la concurrencia a las iglesias de Belgrado fue masiva y el mensaje que parti¨® de la mayor¨ªa de los p¨²lpitos ortodoxos de Yugoslavia fue casi el mismo: de firme condena a los ataques que cumplen hoy 20 d¨ªas.
El serm¨®n del patriarca Pavle, jefe m¨¢ximo de los serbios ortodoxos, denunci¨® los males y el "cinismo" de la "civilizaci¨®n antiespiritual", pero exhort¨® a los feligreses a no perder la esperanza "incluso bajo los implacables golpes del nuevo orden impuesto en el mundo y que es s¨®lo nuevo de nombre, pero antiguo en crueldad". S¨®lo el arzobispo de Montenegro se atrevi¨® a declarar que el presidente Slobodan Milosevic no es ajeno a las causas del nuevo y peligroso conflicto en los Balcanes. El Gobierno de Belgrado, dijo, ha colocado a los yugoslavos "en un callej¨®n sin salida".
Comprensiblemente, en la iglesia principal del barrio de Zemun, en la parte nueva de la capital, el serm¨®n fue menos atrevido y se ci?¨® al aspecto religioso con ¨¦nfasis en el perd¨®n a los enemigos. No pareci¨® convencer a muchos. Mar¨ªa Midzoidic, una destacada poetisa serbia que acudi¨® a comulgar con su madre, una anciana llamada Ljubica, no contemplaba compasi¨®n futura para con las fuerzas de la OTAN.
"Se puede perdonar a los seres humanos", dijo m¨¢s tarde en su casa de la calle Pohorska, mientras preparaba la tradicional cena pascual, a base de cordero, patatas, pimientos y otras verduras. "Pero ¨¦stos [los de la OTAN] no son humanos. Vean lo que est¨¢n haciendo con nuestro pa¨ªs. ?D¨®nde estaban cuando los croatas nos expulsaron de Krajina hace tan s¨®lo unos a?os?". Mar¨ªa resume el sentimiento de muchos serbios cuando describe los ataques aliados contra Yugoslavia como "una verdadera locura, como la que cometi¨® Hitler" en 1941.
Resume tambi¨¦n los temores de que el conflicto se prolongue indefinidamente y que el coste humano sea monstruoso. Por eso cita a un antiguo profeta serbio que a comienzos de siglo supuestamente predijo que llegar¨ªa el d¨ªa de una guerra tan terrible que terminar¨ªa con todos los hombres de Serbia y dejar¨ªa a las mujeres "sin otra cosa que abrazar que los ¨¢rboles". El ¨²nico consuelo para Mar¨ªa, que combina la fe religiosa con las creencias astrol¨®gicas, es que, seg¨²n algunos magos de Belgrado, "el hor¨®scopo de Wesley Clark para fines de este mes es terrible, catastr¨®fico".
Pero signos menos enigm¨¢ticos, como el env¨ªo de refuerzos a los aliados, alimentan cotidianamente el miedo. Las sirenas de alarma, los racionamientos de combustible, los apagones, est¨¢n suprimiendo el fervor de resistencia expresado en los conciertos de rock de los primeros d¨ªas. Los escudos humanos en los puentes son cada vez m¨¢s escu¨¢lidos. "S¨®lo Dios sabe lo que nos espera", afirmaba un sesent¨®n que llevaba un ramo de lirios a la casa de su hija, no lejos de la avenida de las Brigadas Proletarias, donde el propietario de un peque?o restaurante llamado New York se ha visto obligado a borrarle el nombre para ahorrarse la furia popular. "No s¨¦ si llegar¨¦ a ver el d¨ªa en que los serbios salgamos de este t¨²nel", agreg¨® antes de desaparecer detr¨¢s de la esquina de una casa con los cristales destrozados por una explosi¨®n.
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