Guerra fr¨ªa en Dos Hermanas
El 'h¨¦roe' K¨¢rpov y el 'traidor' Korchn¨®i reviven su pugna ajedrec¨ªstica veinte a?os despu¨¦s
[CI]Que se sepa, en Dos Hermanas (Sevilla) no hab¨ªa ayer agentes del KGB ni parapsic¨®logos ni gurus ni yogures con mensajes en clave. ?sos eran elementos frecuentes hace veinte a?os en la enardecida pugna de Anatoli K¨¢rpov, h¨¦roe del Kremlin, con V¨ªktor Korchn¨®i, disidente sovi¨¦tico. Ahora s¨®lo quedan peque?os vestigios de odio en la hermosa lucha deportiva de dos extraordinarios gladiadores del ajedrez.
Tampoco hizo falta colocar un tabl¨®n de madera bajo la mesa para que no se dieran patadas, como en Merano (Italia) en 1981. Ni hubo guerra de banderas, como en Baguio (Filipinas) tres a?os antes: el coronel del KGB V¨ªktor Baturinski, jefe de la delegaci¨®n sovi¨¦tica, propuso que Korchn¨®i, asilado en Holanda desde 1976, jugase con una bandera blanca en la que se leyese la palabra Ap¨¢trida. El traidor, como le llamaba la prensa de la URSS sin citar siquiera su nombre, replic¨® que aceptaba el color blanco, pero con la inscripci¨®n Yo me escap¨¦. El ¨¢rbitro decidi¨® finalmente que se jugase sin banderas.
Sin embargo, en el Teatro Municipal sevillano se viv¨ªa un ambiente especial desde la ronda del s¨¢bado, cuando Korchn¨®i, ahora ciudadano suizo, de 67 a?os, rompi¨® su habitual combatividad a ultranza e hizo tablas en media hora escasa con el ruso Vlad¨ªmir Kr¨¢mnik, tercero del mundo, "para reservar energ¨ªa". Consciente de que un cuerpo sano ayuda a una mente sana, K¨¢rpov recorri¨® a pie buena parte de los tres kil¨®metros que separan la sede del torneo y el hotel, a pesar de los 34 grados al sol y de sus 47 a?os. Ayer, K¨¢rpov lleg¨® al escenario con tres minutos de retraso, como de costumbre; Korchn¨®i se levant¨® y estrech¨® su mano sin mirarle a la cara. En el recuerdo de ambos vibraban los numerosos cap¨ªtulos de una de las rivalidades m¨¢s escandalosas de la historia del deporte, que se remonta a 1962, cuando ambos se enfrentaron por primera vez. En ella se bas¨® la pel¨ªcula francesa La diagonale du fou (loco o alfil, en franc¨¦s), Oscar a la mejor pel¨ªcula extranjera en el a?o 1984.
En t¨¦rminos ten¨ªsticos, K¨¢rpov aprovech¨® ayer la iniciativa de las piezas blancas para subir t¨ªmidamente a la red mientras Korchn¨®i, un virtuoso de la defensa, aguardaba al fondo de la pista. Petra Leuwerik, actual esposa de Korchn¨®i y su secretaria en 1978, cuando la primera mujer y el hijo del disidente fueron retenidos en la URSS, aprovech¨® ese periodo tranquilo de la partida para tomarse un helado en el vest¨ªbulo: "Estoy mucho m¨¢s tranquila que entonces, pero no puedo olvidar lo que K¨¢rpov y las autoridades del Kremlin le hicieron a V¨ªktor. Por otra parte, mi marido gan¨® a K¨¢rpov hace dos a?os en Dortmund", coment¨® esta anticomunista visceral. Secuestrada por las tropas de Stalin en 1948, pas¨® 10 a?os en el campo de concentraci¨®n de Vorkut¨¢ (zona subpolar de Rusia), sometida a trabajos forzados a 40 bajo cero.
Su papel en el duelo de Baguio fue relevante: "A V¨ªktor le molestaba mucho la presencia del parapsic¨®logo Zujar, contratado por K¨¢rpov "porque era un experto para curar el insomnio"; as¨ª que intent¨¦ espantarle pinch¨¢ndole en el culo con un alfiler desde la butaca de atr¨¢s. Pero lo resisti¨®, y entonces decid¨ª contratar a dos gurus [vestidos de naranja y sentados entre los espectadores] con el fin de que su presencia tranquilizase a V¨ªktor". Hoy, Leuwerik asiste a su marido durante los torneos y no se olvida de introducir en su bolso una latita de caviar cuando bajan a desayunar. Korchn¨®i, que durante el sitio de Leningrado derret¨ªa el hielo para beber y buscaba cartillas de racionamiento entre los cad¨¢veres, asegura que ese preciado alimento diario es una de las claves de su longevidad deportiva: sigue estando entre los veinte mejores del mundo.
Con independencia de la utilizaci¨®n pol¨ªtica de sus ¨¦xitos por el Gobierno sovi¨¦tico, K¨¢rpov es un deportista excepcional: varias veces campe¨®n del mundo y ganador de m¨¢s de cien torneos; adem¨¢s, ha demostrado ser un gran psic¨®logo. Ayer escrutaba con una mirada penetrante a su viejo rival mientras ¨¦ste pensaba; por el contrario, el suizo aprovechaba las reflexiones de su adversario para estirar las piernas y esconderse entre bastidores para comer chocolate.
As¨ª llegaron al momento decisivo del duelo, que termin¨® en tablas tras cuatro horas de lucha. Pero el resultado le importaba poco a Petra Leuwerik: "V¨ªktor hubiera sido campe¨®n del mundo en 1978 sin el juego sucio; pero lo esencial es que estamos vivos".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.