Poda de riesgo en el Retiro
Un equipo de jardineros trepadores aplica t¨¦cnicas ecol¨®gicas a los grandes ¨¢rboles del parque
Vale la pena asumir riesgos por los ¨¢rboles. Tal es el lema del grupo de trepa del Retiro, el colectivo responsable de la poda de altura y del cuidado de los m¨¢s se?eros ejemplares de los 23.000 ¨¢rboles que pueblan el parque. Cualquier ma?ana soleada cabe ver a sus 14 miembros encaramados y encordados a treinta metros de altura sobre los grandes pinos carrascos, los eucaliptos o los cipreses calvos, hist¨®ricos del jard¨ªn madrile?o. No muestran miedo, ni v¨¦rtigo alguno y, si acaso lo sienten, lo disimulan. Se concentran a fondo en sus conocimientos y emplean sus brazos curtidos para podar delicadamente los rincones m¨¢s remotos de las frondosas copas. Las podan de tal manera que, tras el empleo de sus serrotes curvos, sus p¨¦rtigas y sus motosierras, por el ramaje y los troncos no se aprecia su cortante paso. Como ha de ser.El grupo fue fundado en 1993 por iniciativa de Isabel Gonz¨¢lez, a la saz¨®n responsable del parque madrile?o, adscrita al departamento municipal de Parques y Jardines, que dirige Santiago Romero. Cont¨® entonces con cuatro miembros. A partir de aquella fecha fue cobrando importancia: crecieron en n¨²mero y experiencia sus miembros, y hoy el grupo est¨¢ compuesto por dos mujeres, Lourdes Castell y Rosa Villalba, y 12 varones. Su edad media frisa los 33 a?os. Ellas y ellos tienen conocimientos intensivos de arboricultura, bot¨¢nica, poda de plantas y escalada. Aprendieron estas t¨¦cnicas por su cuenta, primero, y por cuenta municipal, despu¨¦s, en escuelas-talleres y seminarios espec¨ªficos, como el impartido por el experto estadounidense Kenneth Allen, una autoridad mundial en arboricultura.
Unos son jardineros, los hay t¨¦cnicos en especialidades agron¨®micas, otros son bi¨®logos, y se encuentran profesionalizados al m¨¢ximo. " Y dedicados a su trabajo con entrega", cuenta Natividad Rom¨¢n, hoy responsable del mantenimiento del Retiro, que coordina el grupo y que asisti¨® a su nacimiento.
Todos los miembros del grupo presentan una evidente buena forma f¨ªsica. Muestran la particularidad de que, a su sensibilidad ecol¨®gica, agregan su habilidad para la trepa, la poda de altura.Es ¨¦sta una peligrosa tarea que les lleva hasta las copas de los grandes ¨¢rboles del parque mediante una t¨¦cnica de ascenso que tiene mucho que ver con la escalada profesional. "Pese a la dureza de su trabajo apenas sufren accidentes". "Trabajan con toda la seguridad posible", agrega Rom¨¢n. En ocasiones sufren luxaciones y, tambi¨¦n, fatiga. "Este trabajo nos obliga a pensarnos muy mucho salir de marcha entre semana", bromea uno de los podadores. "Debemos estar siempre en buena forma", a?ade.
Atados mediante arneses, despliegan potentes cuerdas con las que se enlazan a los troncos de los ¨¢rboles mediante nudos especiales, como el prusik, el blade o el as de gu¨ªa, as¨ª como otros de mariner¨ªa; luego, con una t¨¦cnica de polea y un tipo de sujeci¨®n adicional denominado eslinga, suben seguros a alturas de hasta 35 metros. Van provistos de vestuario Stihl de color azul plomo y de calzado, tambi¨¦n anticortante, de redonda punta de acero, para evitar los temibles desplomes de su instrumental sobre sus cuerpos.
Su destreza arremolina numerosos veedores a su alrededor, eso s¨ª, de lejos, sobre espacios cercados previamente que vetan el paso de los paseantes para protegerlos. Faenan todos los d¨ªas del a?o en los que ni el viento ni la lluvia les impiden trabajar. No quieren pronunciarse sobre otras podas que se realizan en Madrid, donde, hasta su llegada, cualquier r¨²stico con motosierra era considerado oficial de poda.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.