Zamora no despeja
UNO DE los constructores acusados por la persona que destap¨® el caso Zamora de haber entregado dinero a Aznar para financiar su campa?a a la presidencia de Castilla y Le¨®n en 1987 ha reconocido ante el Tribunal Supremo la veracidad de esa acusaci¨®n, rectificando lo que hab¨ªa negado anteriormente. La declaraci¨®n deja en posici¨®n desairada al presidente del Gobierno y a su partido, que a?os despu¨¦s utilizaron los m¨¢s hirientes ep¨ªtetos contra los socialistas a cuenta de sus ilegales m¨¦todos de financiaci¨®n y que les llevaron a cuestionar la legitimidad de la victoria socialista en 1989 por haber recibido financiaci¨®n ilegal a trav¨¦s de Filesa.Cuando, hace dos a?os, surgieron las primeras noticias del caso, Aznar consider¨® "poco serio" que le preguntasen por el supuesto cheque que le habr¨ªan entregado en un hotel de Valladolid tres constructores de Zamora. El PP quit¨® importancia a la denuncia alegando la escasa credibilidad del empresario denunciante, procesado por estafa. El hecho de que un miembro del PP, ex alcalde de Zamora y luego presidente de la Diputaci¨®n, Antol¨ªn Mart¨ªn, otorgara credibilidad a esa denuncia, hasta el punto de trasladarla a la Fiscal¨ªa de la Audiencia Provincial, fue despachado por la direcci¨®n local del PP con el argumento de que actuaba "por despecho". Mart¨ªn hab¨ªa ca¨ªdo en desgracia para entonces tras una serie de batallas internas de poder.
La explicaci¨®n del despecho es, por cierto, la misma que recientemente dio el PP ante las denuncias de su ex presidente en Tenerife, Francisco de la Barreda, sobre actuaciones supuestamente irregulares que afectaban a dirigentes de su partido. El informe de la Comisi¨®n de Investigaci¨®n del Parlamento canario constituida al efecto ha constatado la existencia de serias irregularidades, y la Fiscal¨ªa Anticorrupci¨®n acord¨® ayer investigar los hechos. Puede que haya un componente psicol¨®gico de despecho en el origen de ¨¦stas y otras denuncias de corrupci¨®n (como en el caso Filesa), pero ello no anula necesariamente su veracidad. En el asunto de Zamora, el constructor que ahora ratifica la denuncia inicial no es ya un testigo indirecto, sino una de las tres personas se?aladas por la supuesta entrega del cheque a Aznar.
?Donaci¨®n o cohecho? La actual ley de financiaci¨®n de partidos limita la cantidad que cada formaci¨®n puede recibir de donaciones an¨®nimas y proh¨ªbe las que proceden de empresas que "realicen obras" para cualquier administraci¨®n p¨²blica. Es cierto que esa ley se aprob¨® tres semanas despu¨¦s de que se celebraran las elecciones para las que se recaud¨® supuestamente este dinero. Pero parece dif¨ªcil considerar como donaci¨®n no finalista una entrega de dinero que, seg¨²n lo declarado ante el Supremo, fue solicitada con la promesa de futuras adjudicaciones de obras. El declarante ha dicho tambi¨¦n que su anterior negativa a reconocer los hechos la hizo a instancias de un diputado del PP que le ofreci¨® m¨¢s contratos de obras. Si hay o no delito es algo que dilucidar¨¢ la justicia, pero los indicios que est¨¢n aflorando ya no se pueden despachar con una gracieta. Lo ¨²nico que resultar¨ªa poco serio es que Aznar no diera explicaciones.
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